Si el heroísmo se mide en la capacidad de ayudar a los demás, la hazaña protagonizada por un agente de la Policía Nacional de Antequera le hace merecedor de tal reconocimiento. Y ello porque fue capaz de salvar la vida a una bebé de año y medio que se encontraba en parada cardiorrespiratoria tras llegar en brazos de su padre a la Comisaría antequerana. 

El agente, según han informado desde el Cuerpo Nacional de Policía, intervino con la rapidez necesaria ante la gravedad del suceso. Practicó la maniobra de Heimlich a la pequeña, que no podía respirar por la flema y fue trasladada a un hospital en vehículo policial. Tras pasar por el área de observación, la niña recibió el alta médica. Según se explica, la bebé padeció un episodio de convulsión por estado febril.

Los hechos ocurrieron días atrás en la puerta de la Comisaría de Antequera. De acuerdo con el relato de lo sucedido, cuatro agentes adscritos al Grupo Local de Policía Judicial bajaban de un vehículo oficial cuando vieron a un varón joven, descalzo y en pijama, corriendo hacia ellos con un bebé en brazos, solicitándoles ayuda.

Después de una breve comprobación inicial, en la que se observó que la niña no respiraba y presentaba una tonalidad amoratada, uno de los agentes tomó las riendas de la situación.

La colocó boca abajo sobre su antebrazo, sosteniéndole con una mano la cabeza, y le dio varias palmadas en la espalda, justo entre los omóplatos, consiguiendo que echara restos de mucosa y volviera a respirar entre leves sollozos.

Tras la práctica de los primeros auxilios, los agentes trasladaron en un coche oficial a la bebé y su padre a un hospital de la localidad, donde aguardaban los médicos, que previamente habían sido avisados.

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