Las claves
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El pasado 3 de octubre, la vida de Eva, una anciana de 83 años residente en Marbella, se apagaba para siempre. Su marido, de 84, presuntamente acabó con su vida a puñaladas en la vivienda donde ambos residían, en la urbanización Ciudad de los Periodistas. Así, este fin de semana, se ha conocido que él ha muerto dentro de la cárcel de Alhaurín. Se encontró mal de golpe mientras comía y falleció en la enfermería, sin que se pudiera hacer nada por salvar su vida ante la falta de médicos en prisión.
Allí se encontraba por orden judicial desde el pasado 6 de octubre y de momento no se saben las causas de su muerte, será la autopsia la que revele el principal motivo del óbito. Estaba investigado por la presunta comisión de un delito de homicidio.
La Sección de Violencia sobre la Mujer del Tribunal de Instancia número 1 de Marbella acordó que el detenido fuera sometido a los pertinentes exámenes facultativos para determinar su estado mental en el momento de llevar presuntamente a cabo la muerte de la que era su esposa, de 83 años.
Desde el sindicato Acaip-UGT han lamentado el fallecimiento y han señalado que "ante la falta de médico, la situación tuvo que ser controlada por los funcionarios de vigilancia y enfermero que a pesar de realizar las maniobras de reanimación no pudieron hacer nada por salvar la vida del interno".
En una nota, han vuelto a criticar "la grave situación sanitaria que atraviesan las prisiones españolas, donde en demasiadas ocasiones no hay presencia médica". A nivel nacional, "la falta de médicos asciende ya al 72%, mientras que en Alhaurín de la Torre solo hay cubiertas dos plazas de las diez que constan en relación de puestos de trabajo lo que supone un déficit del 80%", han precisado.
"Una situación insostenible que deriva en una atención deficiente de la sanidad penitenciaria", han dicho desde Acaip, recordando que "la falta de atención médica adecuada pone en riesgo tanto la salud como la vida de los internos, muchos de ellos con enfermedades mentales, patologías psiquiátricas o dolencias crónicas".
Han considerado que "la ausencia de un médico agrava los tiempos de respuesta" y han incidido en que "al encontrarse la mayoría de las prisiones alejadas de los núcleos urbanos, esta carencia puede derivar en consecuencias fatales, una respuesta médica rápida es fundamental en casos de urgencia y sin facultativos es imposible".
Asimismo, desde el sindicato 'Tu Abandono me puede matar' (TAMPM) también han subrayado que los funcionarios y el servicio de enfermería del centro "intentaron reanimarlo sin éxito" y han coincidido en que "lo más grave es que no había médico en el centro penitenciario" ese día.
"Una circunstancia que, lejos de ser una excepción, se repite en la mayoría de las prisiones españolas. En demasiadas ocasiones, son los enfermeros y los propios funcionarios quienes asumen tareas de emergencia que no les corresponden ante la falta de personal médico y la pasividad de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias", han criticado.
Desde TAMPM han incidido en que "una vez más la ausencia de cobertura sanitaria estable en los centros penitenciarios, una situación que pone en riesgo tanto la vida de los internos como la seguridad de los trabajadores".
