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“Israel continúa controlando lo que entra en Gaza, incluidas las personas”. Esa frase es el resumen que hace del alto al fuego de la guerra entre Israel y Palestina, Raji Sourani, abogado y director del Centro Palestino de Derechos Humanos, que ayer estuvo en Málaga para dar a conocer el miedo de su pueblo sobre que el alto al fuego no perdure.

Sourani sobrevivió a dos bombardeos que destruyeron su casa en Gaza en los primeros meses de la ofensiva israelí en la Franja y actualmente forma parte del equipo legal de Sudáfrica en la demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia, pero su lucha no comenzó en octubre de 2023, sino hace varias décadas.

“La situación no empezó hace dos años. Llevamos décadas de maltrato por parte de la maquinaria de Israel y la opresión”, aseguró el abogado que también explicó que durante estos años no ha sido una persona “ingenua o desconocedora” de lo que Israel era capaz de hacer. Él pensaba que “nunca llegaría al nivel de estos dos años”.

Su primer intento para acabar con la “maquinaria” israelí fue a través de sus leyes. Ahí se dieron de bruces “contra un sistema jurídico que no nos dejaba actuar contra él porque está blindado”.

Según Sourani “las propias leyes israelíes impiden que puedan hacer nada contra el propio régimen”. Lo que le llevó a ir por las vías de la Justicia Universal. Lo intentaron en Reino Unido, Suiza, España y Nueva Zelanda, encontrándose “con un bloqueo legislativo que impedía continuar por esa vía”.

Su tercer intento fue a través del Tribunal Penal Internacional. Las primeras comunicaciones llegaron en 2008, pero fueron bloqueadas. Lo volvió a intentar en 2012 y 2014, teniendo el mismo final.

“En todo este tiempo nos hemos encontrado que tenemos el genocidio y la violación de los derechos humanos mejor documentado de la historia”, añadió el abogado.

Finalmente, llegó el 7 de octubre de 2023 y el inicio del genocidio “con la intención declarada de los altos cargos que no diferenciaban entre los ciudadanos y Hamás. El propio Netanyahu habló de que los gazatíes tenían que abandonar Gaza y de que no iba a haber piedad”.

Sourani regresó al Tribunal Penal Internacional que “una vez más tampoco registra la denuncia ni la saca adelante”. En cambio, cuando se pone en contacto con Sudáfrica e Irlanda para que lo ayuden en este caso y consiguen que Sudáfrica les tienda la mano.

Sudáfrica pone en marcha un movimiento compuesto por juristas de primer nivel y se muestra cómo Israel está cometiendo el genocidio”, señaló.

Asimismo, ha acusado a la Unión Europea de ser “cómplice” de Israel “al suministrarles armamentos y medios para que lleve a cabo esto”.

También ha aplaudido el apoyo de países como España, Irlanda, Noruega, Bélgica, Luxemburgo o Eslovenia que, a su juicio, “han desempeñado un papel fundamental para recordar a Europa la importancia del derecho internacional humanitario”.