El pasado domingo 20 de julio se enfrentaron a tiros dos organizaciones criminales turcas en el aparcamiento del Aldi de Isdabe en Estepona que hasta ahora eran completamente desconocidas en España.
Son los Caspers y los Daltons. Son clanes mafiosos de la generación Z, el nuevo relevo de la criminalidad organizada otomana. Ya pocos capos veteranos de la heroína quedan en el negocio.
No se tenía constancia de su presencia en España hasta que se enfrentaron con armas de fuego y terminaron hiriendo de bala en un brazo a una persona inocente que pretendía comprar en el supermercado como un día normal. Su bautismo en España ha sido en la Costa del Sol, cómo no.
Los Daltons y los Caspers se disputan distritos de Estambul y su rivalidad se expande a otras ciudades turcas donde trafican con drogas y extorsionan cualquier actividad económica que consideren que está en su territorio.
Un integrante de los Daltons en Instagram
Son clanes que los componen centenares de personas y las operaciones policiales turcas que se han realizado contra ellos en estos últimos años no han conseguido disminuir su poder. Sobre todo a los Daltons, que por ahora son más numerosos y cuentan con presencia no sólo en Turquía, también en Bulgaria, Georgia, Polonia, Alemania e Irak.
Sus sicarios han cometido decenas de asesinatos por ajustes de cuentas y son responsables de atentados con explosivos a distintos negocios de la capital turca. También de disparos intimidantes incluso contra el consulado de Irak porque la policía iraquí detuvo a uno de sus miembros allí.
De su violencia no se libran ni los principales influencers turcos. El mes pasado un sicario de los Daltons tiroteó a un guardaespaldas de Dilan Polat en un hospital a las afueras de Estambul. Polat tiene más de 6 millones de seguidores en Instagram y también arrastra una investigación por blanqueo de capitales y apuestas ilegales.
Estos nuevos clanes mafiosos turcos ejercen un respeto total a su jerarquía y un absoluto control del terreno que controlan. La noche del jueves, una de las cientos de cuentas de Instagram de los Daltons, emitía la paliza que recibía en algún punto de Turquía un camello que supuestamente había vendido drogas sin el permiso de este clan mafioso.
Lo que les diferencia de las mafias de antaño es su exposición en redes sociales. Los miembros de estas organizaciones son completamente transparentes ante su público. Es muy habitual que se graben o compartan fotos con todo tipo de armas; fusiles de asalto, subfusiles o pistolas.
Tras el tiroteo: su tour por la Costa del Sol
A las pocas horas de ocurrir el tiroteo en Estepona decenas de cuentas turcas de Instagram vinculadas a los Daltons y a los Caspers compartieron imágenes del lugar de hechos recogidos en distintos medios de comunicación.
Anunciaban que un equipo de pistoleros de los Caspers había atacado a otro de los Daltons y adjuntaban también fotos tomadas por estos criminales turcos. En ellas se veía uno de los coches que están utilizando por la Costa del Sol y que se encontraba en el parking del Aldi.
Estos criminales han llegado por carretera con vehículos con matrículas alemanas temporales. Ellos mismos lo han documentado. Dos de los Caspers se tomaron una foto en la Puebla del Fabrique en la comarca de Huéscar (Granada) y subieron las stories a Instagram.
No parece casualidad que unos miembros de un clan mafioso turco aparezcan de camino a Málaga por una pequeña localidad andaluza que recientemente ha sido testigo de la violencia que puede generar el narcotráfico.
En marzo se encontró en la sierra de Almaciles, no muy lejos de allí, el cadáver del fontanero Francisco Jesús P. S. Supuestamente lo asesinó un clan de narcos dedicados a la cocaína que operan en esa comarca. Lo hicieron desaparecer en septiembre de 2024 tras ser contratado para unas reformas en una vivienda del líder de esa organización criminal. Hay 14 personas investigadas por estos hechos y no se sabe el motivo de por qué lo asesinaron, pero “Paco” parece a priori una víctima inocente más del crimen organizado en España.
Volviendo a los clanes turcos. Se han amenazado constantemente por mensajes de Instagram después del enfrentamiento en Estepona. Uno de los miembros de los Caspers compartió en Instagram el 22 de julio a las 10 de la mañana una foto apoyado en la fuente de la Plaza de la Constitución de Málaga avisando a sus rivales, los Daltons, con un mensaje claro: “Estamos aquí ahora”.
Es su forma de hacer ver que tienen libertad de movimientos y que no se amedrentan de sus enemigos. Por su parte, cuentas vinculadas a los Daltons se ubicaron en Estepona y retaron a los otros. Ese juego del gato y el ratón de estos grupos criminales prosiguió el jueves con una foto subida a Instagram de un miembro de los Casper almorzando en el restaurante Mama Pizza en los Boliches de Fuengirola, y también uno de los hermanos del capo del clan subió otra imagen en la que estaba en Estepona.
¿Por qué están aquí miembros de estas organizaciones que antes no habían estado en la Costa del Sol?
Los dos clanes mafiosos han sufrido golpes duros por parte de las autoridades turcas. En este último año a los Daltons les han detenido a más de 150 miembros y a los Caspers hace unos 10 días perdieron a 79 miembros que fueron arrestados entre Turquía y Alemania y se les realizaron 231 registros domiciliarios. Sólo un detenido estaba en Alemania, era el líder del clan İsmail Atız.
Los Daltons en este mes han cometido un intento de asesinato en Batumi, y tras operaciones de la policía griega contra ellos, deben estar buscando otro país desde el que operar desde el exterior de Turquía ya que Grecia les servía de lanzadera para controlar rutas de drogas.
En territorio griego han cometido al menos una decena de asesinatos en dos años y en mayo tres de sus miembros abrieron fuego contra agentes de policía que les estaban realizando un seguimiento en una gasolinera en Thermi, Tesalónica. Por lo que necesitan expandirse y dividir a sus miembros para pasar desapercibidos.
Lo mismo le ocurre a los Casper por haber sufrido una gran operación judicial hace escasos días. Se están reorganizando y uno de los hermanos de Ismail Atiz actúa de capo mientras él está en prisión.
Si a estos grupos que no dudan en dispararse a plena luz del día y con un bagaje criminal extensísimo no se les detiene en breve, pronto protagonizarán otro enfrentamiento a tiros. Quizás con un resultado peor que el del domingo a la vista de sus antecedentes.