Ignacio (Nacho) de la Vega es una de las personas más conocidas en el ámbito empresarial y formativo malagueño pese a que, realmente, lleva apenas 14 años viviendo en la capital.
Madrileño de nacimiento y tras pasar 22 años en Canarias en diversos trabajos, acabó en 2011 en la Costa del Sol como director de la escuela de negocios ESIC. Un puesto en el que cesó a finales de 2023, ocupando posteriormente cargos de responsabilidad en Eurecat y ahora en la Universidad Europea de Andalucía que abrirá su sede en Málaga el próximo 6 de octubre.
De la Vega es este domingo el protagonista de nuestra sección A título personal, en la que desgrana cuál ha sido su trayectoria, la situación de la enseñanza y su visión de Málaga.
Vamos a empezar por el principio. ¿De dónde es?
Mi familia es de Aranjuez, un pueblo de Madrid. Somos gente de pueblo aunque siempre digo que soy de Madrid porque nací en un hospital de la capital y porque mi padre, que era un empresario con mucha visión, consideró que era mejor para su familia y para sus hijos, que tuviéramos una casa en Madrid capital, cerca de la zona universitaria para que no hubiera excusa para no estudiar. La obsesión de mi padre siempre fue que todos sus hijos, somos cinco hermanos, estudiáramos.
Yo estudié Derecho como podía haber estudiado Corte y Confección, sinceramente. Luego me he alegrado de estudiar Derecho, me ha dado una cultura y una forma de pensar y me ha estructurado la mente. Luego no he ejercido como abogado, pero el hecho de tener esa cultura jurídica de cómo funciona el mundo del punto de vista de la normativa creo que es interesante. Todo el mundo debería tener una cierta cultura jurídica.
Siempre me ha gustado estudiar, me fue bien y la acabé con buena nota. Era 1986 y había que hacer un máster para poder tener alguna opción laboral ya que era una época con poco trabajo.
¿Qué máster hizo?
El de asesoría jurídica del Instituto de Empresa, cuando el Instituto de Empresa no era muy conocido. Ahí aprendí muchísimo derecho y contabilidad. Tuve grandes profesores y guardo un gran recuerdo.
"Estudié Derecho como podía haber estudiado Corte y Confección. Luego me he alegrado de estudiar Derecho, me ha dado una cultura y una forma de pensar y me ha estructurado la mente"
Al acabar me fui a Melilla a hacer la mili. Y también tengo un gran recuerdo, manteniendo incluso amigos de esa época. También es verdad que la mente es selectiva y te acuerdas de lo bueno y no de lo malo. No solo no me dediqué a fumar porros, sino que me dediqué a hacer muchísimo deporte.
¿Qué planes tenía en mente al terminar la mili?
Mi padre quiso que trabajara con él en una empresa de distribución familiar. Lo hice un tiempo pero sinceramente no me veía trabajando con mi padre. Un buen amigo del máster que era de Las Palmas me dijo que estaba montando una empresa con unos socios y que si me quería ir con él a Canarias. Yo no tenía nada que perder y me fui.
Mi padre ni siquiera me dio de baja en la seguridad social porque pensaba que volvería en unos días. Pero al final estuve en Canarias 22 años trabajando.
¿De qué era la empresa?
Era tecnológica. Nos dedicábamos a arreglar y a instalar los terminales de puntos de venta, hacíamos instalaciones de temas informáticos para la banca… Yo llevaba la parte de administración y aprendí mucho allí. Fueron dos años porque Visa empezó a asumir la instalación de los terminales de venta y el negocio empezó a torcerse.
Me ofrecieron trabajar como jefe de estudios en un centro de formación que había montado la Cámara de Comercio y la Universidad de Las Palmas. Se trataba de hacer formación fundamentalmente en comercio exterior.
Eso me sirvió para conocer un mundo nuevo, que era el mundo de la educación. Siempre me ha gustado el trato personal y empecé a relacionarme con profesores y alumnos. Estuve 14 años hasta que llegó un momento en el que me sentía estancado porque hacía siempre lo mismo.
Ignacio de la Vega tras la entrevista.
Un amigo me ofreció un puesto de confianza en el Ayuntamiento de Las Palmas. Fui director general de Deportes algo más de tres años. Fue una época muy interesante porque conocí la realidad de una administración, las mesas de contratación, supervisaba los pliegos de condiciones particulares de los concursos que se hacían… Había mucha actividad deportiva en la ciudad y tenía a 120 personas trabajando conmigo.
Posteriormente trabajé en otra fundación primero como director del área de posgrado y luego como director general. Estaba continuamente volando en aviones a Tenerife, Madrid o Inglaterra. En mi familia sufrimos una gran tragedia donde murieron varios familiares en un accidente aéreo y mi mujer y yo tomamos la decisión de dejar Canarias. A nuestro pesar porque tenemos muchos amigos canarios y mis hijos crecieron allí, pero no queríamos estar continuamente metidos en aviones.
¿Es entonces cuando llega a Málaga?
Le comenté a un amigo que nos íbamos de Canarias y que estaba pensando regresar a Madrid. Me puso en contacto con la escuela de negocios ESIC, me entrevistaron los sacerdotes que eran los dueños de ESIC y al poco tiempo me llamaron para decirme que tenían disponible el puesto de director en Málaga. Me vine en 2011.
Y ha estado de director de ESIC en Málaga hasta finales de 2023.
Sí. Casi 13 años. ESIC se vendió a un grupo extranjero y me fui.
En apenas dos años pasó de dirigir ESIC en Málaga a ser el máximo responsable de Eurecat y ahora está en la Universidad Europea de Andalucía como decano. Muchos cambios en muy poco tiempo.
Efectivamente. Cuando salí de ESIC, Natalia Pérez del parque tecnológico me comentó que Eurecat estaba buscando un perfil como el mío. No tenía mucha idea de cómo se trabajaba en un centro tecnológico pero he disfrutado muchísimo de esa etapa. Ha sido muy enriquecedor en lo personal saber que existe un mundo de la innovación donde se trabaja de una manera muy intensa, de una manera absolutamente profesional y donde las empresas necesitan sí o sí abordar procesos de innovación si quieren crecer, si quieren mejorar y eso lo hace un centro tecnológico. A Andalucía le vendría muy bien tener algún centro como Tecnalia en el País Vasco o Eurecat en Cataluña.
Estuve casi un año y medio trabajando para Eurecat en Málaga. Me llamó una amiga para hablarme de la Universidad Europea y me comentó que la Junta de Andalucía estaba en el proceso legislativo para autorizar que impartieran formación en Málaga. Había una comisión y cada universidad privada que lo había solicitado presentaba gente local para hablar de por qué debería haber universidades privadas. Yo dije que no me importaba ir para apoyar que hubiera universidades privadas en Andalucía. No me importaba ponerme delante de un político para que me explique por qué tenía que mandar a mi hijo a estudiar a una privada en Madrid y no se podía tener la opción de que estudiara en una universidad privada al lado de casa sin tener que gastarme el dinero en que mi hijo se fuera a otra comunidad.
"Soy totalmente partidario de que haya universidades privadas. ¿Por qué hay que mandar a un hijo a estudiar a una privada en Madrid si puede tener una en Málaga?"
Yo soy totalmente partidario de que haya opciones privadas dentro de todos los niveles de garantías de calidad de la enseñanza, por supuesto. Eso fue hace un año y lo hice por gusto. Me lo pasé bien expresando mi opinión a los políticos. Sin embargo, a la vuelta del verano del año pasado me llamaron de la Europea que querían tomarse un café conmigo y me ofrecieron el puesto de decano en Málaga.
Inicialmente les dije que me lo tenía que pensar porque estaba muy a gusto en Eurecat, muy agradecido y con un buen sueldo. Sin embargo, insistieron, y me presentaron todo el proyecto. Yo venía del mundo de la formación y con 62 años, en la última etapa de mi vida profesional, tener la posibilidad de abordar un proyecto de esta envergadura y empezar de cero una universidad en Andalucía es un proyecto demasiado atractivo. Les dije que sí. Tengo que decir que me costó mucho trabajo llamar al CEO de Eurecat porque me habían tratado muy bien, pero lo entendió. Sigo con una relación magnífica con ellos porque se lo merecen.
Para que luego digan que el talento senior no es necesario.
Bueno, yo nunca he tenido problemas para, a pesar de la edad, ser destinatario de una posición de máxima responsabilidad. Yo creo que con la edad uno asume las cosas con mucha serenidad. Me gusta que mis hijos vean que su padre con 62 años todavía se ilusiona por hacer cosas nuevas en la vida, hacer cosas que te ilusionen, que te llenen de satisfacción profesional. Pensar en jubilarme y estar tranquilo no encaja en mi forma de ser.
Hábleme de cuál es su función en la Universidad Europea de Andalucía.
Hay un rector, un vicerrector y tres grandes áreas. Una de salud donde habrá un decano que lleve toda la parte de biomedicina, odontología, fisioterapia o deportes, entre otras formaciones. Y otras dos áreas, en las que el decano soy yo, de ciencias sociales y de tecnología con grados y posgrados. De mí dependen 9 titulaciones.
¿Cuándo empiezan a dar clases?
En agosto estará terminada la construcción del campus en Teatinos y en septiembre estaremos instalando todo, con vistas a empezar las clases el 6 de octubre. El 7 de noviembre empezamos todos los programas de posgrado.
¿Cómo van las matriculaciones?
Muy bien. No puedo dar cifras porque no estoy autorizado, pero sinceramente estoy muy sorprendido con el volumen de alumnos que se han matriculado. Y también porque tenemos a muchos extranjeros. Tenemos varias titulaciones que impartimos en español e inglés. Eso va a ser bueno porque le va a dar un entorno internacional al campus y para Málaga muy interesante.
"Mucha gente sabe que estudiar informática ahora mismo en un sitio como Málaga donde se va a crear el IMEC, donde se habla de la Málaga tecnológica, es bueno"
Aparte del precio, ¿qué diferencia hay entre la universidad privada y la pública?
Yo estudié en la Complutense, por lo que conozco el sistema público de enseñanza. Lo comparo con el sistema privado y es un modelo académico con muchas diferencias a nivel de impartición de clases, de forma de calificación, de la relación que existe entre los docentes y el mundo real, el mundo de la empresa.
La ley establece que el 50% del claustro tienen que ser doctores y de ese 50%, el 60% tienen que ser doctores acreditados. Por supuesto nosotros lo cumplimos y vamos a cumplirlo siempre. Pero luego la forma de impartir las clases, la manera en la que se relaciona el profesor con el alumno, la forma en que se califica, la experiencia del alumno dentro del aula, la relación con las empresas... Hay notables diferencias con relación a lo que es la experiencia en la universidad pública.
En cualquier caso, hay que dejar libertad a los padres para que elijan cuál es el modelo de formación que quieren para sus hijos.
Ha habido un boom de universidades privadas en Málaga. La Europea, la Alfonso X y Utamed. ¿Hay mercado para todas?
Hay demanda. No conozco los datos de matriculaciones de las demás, pero de la nuestra sí y son muy buenos. Hay demanda además como comentaba de muchos extranjeros y eso va a traer riqueza y talento también a Málaga que hace muchísima falta.
Sí te puedo decir que en nuestro grado de Ingeniería Informática en inglés tenemos más que en español. Gente que viene de todo el mundo. De Europa, Latinoamérica, África…
¿Cree que está influyendo que la Málaga tecnológica esté de moda?
Yo creo que sí. Mucha gente sabe que estudiar informática ahora mismo en un sitio como Málaga donde se va a crear el IMEC, donde se habla de la Málaga tecnológica, es bueno. Va a haber una mezcla entre estudiantes de Málaga que se queden aquí en lugar de irse a Madrid o Barcelona y de estudiantes que vengan de fuera a estudiar a Málaga.
El tiempo dirá si hay demanda para todos. Nosotros, en principio, estamos notando que sí. Y mucha más de lo que podíamos esperar.
Se habla siempre de la gran distancia que hay entre la formación de las universidades y lo que las empresas realmente quieren o necesitan. ¿Qué opina usted?
Siempre me ha parecido curiosa la relación entre el volumen de desempleados que hay y las necesidades de las empresas. No encaja que haya tantísimo paro juvenil y que las empresas no encuentren los perfiles que buscan. Es paradójico. ¿Cómo es posible que no seamos capaces de que haya esa conexión?
Ignacio de la Vega es el nuevo decano en dos de las áreas de la Universidad Europea de Andalucía
No hablo en temas de telecomunicaciones, microeléctrónica o matemáticas sino también de cocineros, fontaneros, conductores de autobús, gente para la construcción... No hay ahora mismo.
Hay muchísima demanda laboral y mucho paro. Algo no estamos haciendo bien. Esa realidad hay que analizarla en profundidad y ver cuáles son las causas y las posibles soluciones. Que haya más oferta formativa va a ayudar seguro. En universidades privadas y en formación profesional. Yo soy totalmente partidario de la formación profesional. No todo el mundo tiene por qué estudiar estudios universitarios.
Hay una efervescencia de la Formación Profesional. Hace 25 años estaba mal vista, pero ahora se ve como una salida laboral más rápida.
Era injusto. Durante muchos años se pensaba como mi hijo no vale para estudiar, lo meto en una FP y que escape como pueda. Y realmente no es así. Hoy día hay formación profesional de muchísimo nivel que da solución a muchas de las necesidades que tienen las empresas, así de claro. Y más ahora con la formación profesional dual donde la parte de práctica es absolutamente obligatoria.
Pero es importante hacer las prácticas bien. Que no cojas al niño para sacar fotocopias o para traer café al jefe, sino que realmente haya un tutor de prácticas, que el chaval aprenda realmente una profesión dentro de la empresa y que luego le puedan contratar.
Los que somos del baby boom nos empezamos a jubilar. El mundo de la formación y de la captación de talento va a ser fundamental. No es suficiente con el talento local, hay que importar bastante talento para nutrir todas las necesidades que una ciudad como Málaga va a tener.
"No encaja que haya tantísimo paro juvenil y que las empresas no encuentren los perfiles que buscan. Es paradójico"
Las empresas que van a estar asociadas al IMEC y otras van a necesitar perfiles técnicos. Y permíteme que te diga claramente que sepan inglés, por favor. O sea, en qué momento se nos ha olvidado que nuestros alumnos tienen que saber inglés para poder estar en el mundo.
Y si queremos que haya una Málaga tecnológica, es una Málaga que va a tener que hablar inglés, nos guste o no nos guste, porque las empresas que van a venir sólo van a hablar inglés, con lo cual ya estamos llegando tarde.
¿En qué momento no nos hemos dado cuenta de que nuestros estudiantes tienen que hablar inglés perfectamente? Yo lo siento mucho, pero ese que dice, no, es que yo como soy de aquí y el inglés nunca se me ha dado bien, pues, no, chico, si quieres trabajar tendrás que saber inglés y con inglés vas a romper muchísimas barreras a la hora de trabajar.
Hablando un poco en general de Málaga, ¿le ve mucho futuro o es de los que piensa que morirá de éxito?
Málaga es una ciudad maravillosa, absolutamente maravillosa. Había estado en Málaga una vez en mi vida cuando vine a coger el Melillero. Y me pareció una ciudad feísima, inmunda, horrorosa. Era 1988. No me gustó nada. Era de los que decía si me pierdo que no me busquen en Málaga.
Vendría entonces asustado cuando le dijeron en ESIC que le tocaba Málaga.
Sí, pero como quería salir de Canarias necesitaba un cambio y este podía ser uno bueno. Cuando llegué en 2011 y vi cómo se había transformado la ciudad me quedé totalmente asombrado. Es una ciudad que tiene un atractivo muy especial, que ha crecido de una manera exponencial y tiene muchas puntos fuertes. Un futuro realmente interesante.
También tenemos que pensar que hay algunas vulnerabilidades que hay que resolver. A nadie se le escapa el tema de la vivienda, la movilidad, o la falta de talento que hemos hablado antes. Esos son temas serios de los que hay que discutir, de los que hay que hablar y de los que hay que poner remedio entre todos.
Si hay algo que ha definido la ciudad de Málaga en lo que yo he conocido aquí y me he movido bastante con los entornos empresariales o políticos es un entorno de colaboración absolutamente genial y ese mismo entorno de colaboración tiene que ser consciente de que hay que colaborar para crear todo lo bonito y todo lo bueno que tiene Málaga, pero también para resolver los problemas que tiene, que son muchos.
No podemos estancarnos pensando que ya está todo conseguido. Pasado mañana llega otra ciudad que hace lo que tu has hecho bien y de repente las multinacionales se te van para allá. Hay que adelantarse. La mentalidad estratégica que ha tenido el alcalde Francisco de la Torre la tienen que tener todos los políticos que vengan después también y todas las administraciones para conseguir que ese éxito realmente sea sostenible en el tiempo.