Estados Unidos -y consecuentemente, la Unión Europea- puede estar en una rivalidad estratégica tecnológica con China, pero no todo el continente apuesta por la desconfianza. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el consejero de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior, Elías Bendodo, se reunieron este sábado con el nuevo CEO de Huawei España, Eric Li, y su predecesor saliente, Tony Ying Jong. Ambas instituciones mostraron su disposición a seguir trabajando juntas. 

Moreno trasladó a la multinacional china un mensaje de confianza: le agradeció los proyectos piloto de 5G que la compañía ha desarrollado junto a Vodafone en la comunidad autónoma, le trasladó su "satisfacción" por la apertura de relaciones institucionales entre la entidad privada y la pública y aseguró que Andalucía está dispuesta a "asumir el nuevo paradigma digital".

Este último comentario es el que ha llamado la atención al doctor en Derecho Internacional Augusto García Weil, afincado en Málaga y especialista en relaciones entre China y Europa: "Esto es muy interesante, porque realmente es China quien marca los paradigmas con su competitividad y su ímpetu comercial. A pesar de todo, la Junta ha decidido que es una empresa adecuada".

De forma más explícita, el presidente de la Junta indicó que esperaba sumar a Huawei al "ilusionante y gran proyecto de la transformación digital de Andalucía", que -según Moreno- está pendiente y en la que el gobierno regional acelerará. En ese contexto de recuperación del tiempo perdido de modernización, la comunidad autónoma no parece dispuesta a descartar la vía ofrecida por el gigante asiático.

"China ha experimentado un salto cualitativo. Sus productos tienen cada vez más valor añadido. Ya no solamente venden bienes, van más allá. Están ofreciendo soluciones, como dice la propia Huawei, es un sistema completo", insiste García Weil, que pone el acento en su apuesta por la innovación: "Andalucía pretende su transformación digital y recurre a China. Hay otros competidores, pero es que los chinos intentan siempre ofrecer más".

Lo que queda por ver es hasta qué punto podrá Andalucía realizar una apuesta así libremente sin verse afectado por las suspicacias en Occidente respecto a la tecnología china. En 2020, Reino Unido anunció la eliminación de los equipos de Huawei de 5G en su territorio y Francia instó a los operadores móviles a no comprar equipos de la compañía china para desarrollar esta nueva generación de conexiones; todo después de que la administración Trump en Estados Unidos impusiera a la empresa asiática sanciones severas.

La principal alegación de las potencias occidentales es que el gobierno chino, bajo cuyo paraguas se encuentran las empresas del país -incluida Huawei-, podría aprovechar el desarrollo de sus tecnologías en Occidente para actividades de espionaje, una acusación rechazada continuamente por la compañía y el Ejecutivo de Pekín. Ante esa situación, los países europeos podrían apostar por compañías del propio continente para desarrollar sus conexiones: por ejemplo, la sueca Ericsson.

Por su parte, el gobierno español no se ha situado tan frontalmente en contra de la tecnología china: planteó crear un semáforo que puntúe en colores el nivel de seguridad de cada operadora de conexión 5G -en el que Huawei presumiblemente obtendría un ámbar o un rojo-, pero por lo pronto no ha vetado a las compañías chinas.

La duda ahora será si la buena sintonía mostrada entre el gobierno andaluz y la compañía de telecomunicaciones se queda en el mero proyecto piloto o trasciende y la comunidad autónoma se convierte en una de las grandes regiones europeas con una red 5G generalizada de origen chino.