Para los seguidores de la provincia que estuvieran viendo en directo la retransmisión de Tokio 2020, la sorpresa habrá sido mayúscula. La gimnasta estadounidense Grace Mc Callum, de solo 18 años, ha usado este martes ritmos muy reconocibles para Andalucía: nada menos que las notas de guitarra de unas malagueñas y los toques de viento de un pasodoble.

Unos géneros musicales que, para los anglosajones, muchas veces siguen sonando a exotismo, misterio y pasión; y al ritmo de los cuales se ha movido y ha brincado la gimnasta procedente de Minnesota (Utah) en su ejercicio de suelo de la competición por equipos.

Al más puro estilo Califato 3/4, las notas folclóricas se han entremezclado con ritmos modernos de música electrónica para hacer hincapié en lo enérgico del ejercicio. Cuando, tras varios saltos de gran dificultad, la gimnasta ha apoyado de cuchillas todo su peso en la punta del pie izquierdo, ha girado sobre sí misma mientras sonaban los toques de viento de un pasodoble torero que parecía indicar que un Miura saldría a la plaza en el Centro de Gimnasia de Ariake, Tokio.

Estos sones propios de Andalucía han formado parte, por tanto, de la apuesta de Estados Unidos con la que han alcanzado la medalla de plata en la competición por equipos de gimnasia artística, solo superadas por el Comité Olímpico Ruso. Las americanas eran favoritas al oro, pero la baja de última de hora de su estrella Simone Biles ha supuesto un enfriamiento de las expectativas.

Su vacío ha tenido que ser repartido entre sus compañeras de equipo Sunisa Lee, Jordan Chiles y Grace McCallum, que han defendido los ejercicios con uñas y dientes. Y al ritmo de Málaga.

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