La geografía española está llena de municipios y lugares que suscitan un gran interés por motivos muy diversos. En esta ocasión te hablamos de un pueblo de Guadalajara que tiene más empleos que habitantes, el cual se encuentra dentro del eje industrial del Corredor del Henares. Hablamos de Cabanillas del Campo, donde en la actualidad residen 11.263 habitantes.

La curiosidad radica en que tiene muchos más empleos que habitantes, ya que los trabajos generados por los seis polígonos industriales del municipio, que acumulan más de 4,5 millones de metros cuadrados, superan ampliamente esta cifra. Entre las empresas que están presentes en este municipio de Castilla-La Mancha se encuentran algunas de la talla de Inditex, Dagu o Mixer and Pack, aunque existen decenas de ellas que generan empleo en el lugar. Gracias a ello, el paro en el municipio es de apenas un 9,19%, un paro residual.

Por otor lado, hay que recalcar que el pueblo se encuentra situado a apenas 5 kilómetros de la ciudad de Guadalajara y a unos 30 minutos del Aeropuerto Madrid-Barajas, con la ventaja que ello supone. La renta media del pueblo se sitúa en unos 31.000 euros, la segunda más alta de la comunidad autónoma, solo por detrás de Pepino (Toldo).

Historia de Cabanillas del Campo

Existen pocos datos de la historia de Cabanillas del Campo, aunque la poca información conocida se remonta al siglo IX. Por el nombre del lugar, todo apunta a que era una pequeña agrupación de cabañas, posiblemente no fijas, habitadas o de las que hacían uso agricultores y pastores.

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Una vez que Guadalajara fue conquistada por parte de las tropas de Álvar Fáñez al servicio de Alfonso VI, el lugar de Cabanillas pasó a ser parte del común de la villa de Guadalajara, para continuar siendo un pequeño lugar que servía de refugio del pastoreo de la campiña, como sucedía con otros de la comarca.

Allá por el año 1432, Juan II de Castilla cedió al Marqués de Santillana diferentes aldeas, entre las que se encontraba Cabanillas del Campo, como pago a sus servicios en su guerra contra los infantes de Aragón, y fue en 1502, cuando Pedro Hurtado de Mendoza, hijo de antillana, decidió fundar en el lugar de Benalaque, próximo a Cabanillas, un convento dominico que, a mediados de siglo, fue trasladado a Guadalajara, en el que ingresó Bartolomé de Carranza.

Más adelante, en el año 1627, el pueblo compró la jurisdicción de villa a Felipe IV, para en 1873 incorporarse el lugar de Valbueno. Cabanilla tenía contabilizada a mediados del siglo XIX una población de 416 habitantes. A lo largo del paso del tiempo, al igual que ha sucedido como otros muchos, Cabanillas ha sido un pueblo agrario en las proximidades de Guadalajara. Sin embargo, todo cambió a partir de la década de los 90, cuando Cabanillas del Campo multiplicó su población por diez, pasando a convertirse en una pequeña ciudad industrial y de servicios.

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El municipio, que cuenta con una superficie de 34,70 kilómetros cuadrados, cuenta según el padrón municipal para 2017 del INE era de 9.947 habitantes, con una densidad de población de 286,66 habitantes por kilómetro cuadrado. De forma histórica, la población de Cabanillas del Campo ha ido creciendo progresivamente, oscilando entre los 400 y los 1.000 habitantes en siglo y medio. Sin embargo, en 2001 se produjo un crecimiento significativo, pasando de los 1.068 habitantes de 1991 a los 4.987 habitantes, multiplicando así por cuatro su población.

Entre 2001 y 2011 hubo un incremento significativo, llegando a prácticamente duplicar la población para alcanzar los 9.477 habitantes, y en 2017 se alcanzaron los 9.947 habitantes, último dato conocido. En la actualidad, y desde el año 2015, el alcalde es José García Salinas, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), partido político que ha gobernado desde 1979 e todas las elecciones a excepción del periodo comprendido entre 2011 y 2015, que fue Jaime Celada López (PP), quién disfrutó de la alcaldía.

Qué ver y hacer en Cabanillas del Campo

En el pequeño centro histórico de Cabanillas del Campo nos encontramos con la esencia propia de los pueblos de la Campiña, en el que se pueden encontrar algunos ejemplos de la arquitectura típica castellana, como la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de siglo XVII; la Ermita de la Soledad, junto al cementerio municipal; el Ayuntamiento viejo, típica casona castellana; y su centro histórico con diferentes plazuelas, callejuelas y casonas típicas castellanas.

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Entre sus espacios de más interés se encuentra la Casa de la Cultura, en el centro de la villa, un edificio en el que se concentra la actividad cultural del municipio, lugar en el que se incluye un salón de actos, un centro social, el hogar del jubilado y diferentes locales para talleres, además de una biblioteca municipal, un centro juvenil y una escuela de música y danza.

Gracias a los nuevos desarrollos urbanísticos de los años 1990 y 2000, han sido habilitadas diferentes zonas de parques y jardines, así como otras zonas de esparcimiento en la localidad. En lo que respecta al deporte, la localidad cuenta con una gran área deportiva, que incluye tres campos de fútbol, varias pistas deportivas, piscina, pabellón cubierto…, e incluso un campo de golf de 18 hoyos situado al noroeste de la villa.

Las fiestas patronales son el 3 de febrero (San Blas), el primer fin de semana de mayo (El Cristo de Expiración) y la tercera semana de julio.