Rosa y Jesús son un matrimonio madrileño que, después de toda una vida de trabajo, compraron una casa en primera línea de playa en Denia para disfrutar de su jubilación.
Sin embargo, lo que iba a ser su refugio vacacional se ha convertido en el origen de una pesadilla que ya dura más de seis meses.
La pareja fue víctima de una okupación tras alquilar su vivienda a una mujer que les entregó una nómina falsa y dejó de pagar a los dos meses.
Su caso fue denunciado públicamente en el programa 'La Mirada Crítica', presentado por Ana Terradillos.
Allí contaron en primera persona el calvario que están viviendo desde que Lucía, la inquiokupa, se instaló en la casa y se niega a abandonarla.
"Intentamos negociar con ella, hacemos lo que sea con tal de que se marche. Tengo allí todas mis pertenencias, ropa, joyas... Esos son los ahorros de nuestra vida", explicó Rosa, visiblemente emocionada.
Ella tiene problemas de salud graves como consecuencia de un cáncer de ovarios, que le dejó secuelas físicas importantes. Por eso, planeaban mudarse a Denia, donde la casa les resultaba mucho más accesible.
"Esta casa tiene muchas escaleras. Yo tengo movilidad reducida porque tengo una pierna que no me funciona. Me cortaron 27 ganglios y he estado muy grave, me ha dado un ataque al corazón", relató.
A su vez, Rosa suplicó a la inquiokupa que abandonara su casa: "Estoy sufriendo mucho, solo quiero mi casa, solo pido que se marche. No le amenazo, no le digo nada, solo quiero que se marche".
La vivienda fue alquilada inicialmente a través de la plataforma Idealista por cuatro meses. La inquilina pidió ampliarlo a seis, y Rosa accedió. Según contó, Lucía se presentó como una mujer "muy buena, muy formal y muy hogareña".
"Me dio pena porque la vi un poco desamparada, pero era todo un truco. Una amiga mía que es psicóloga vino y al verla dijo: 'Por Dios, Rosa, no alquiles a esta mujer, no os va a pagar nunca'", relató.
Sin respuesta ni colaboración
Lucía dejó de pagar al segundo mes y desde entonces no ha abonado ni un solo euro. Tampoco se hace cargo de los suministros, el IBI o los gastos de comunidad, que siguen siendo responsabilidad del matrimonio.
Jesús, su marido, contó en directo que ha intentado comunicarse en varias ocasiones con Lucía: "He ido a verla dos veces ya, pero no me hace caso, no me abre la puerta y no quiere nada conmigo".
Tras innumerables llamadas y mensajes por parte de Jesús, Lucía no responde ni muestra intención de abandonar el domicilio. "Está allí como una reina", señaló el propietario.
Cuando la reportera Carolina Barceló logró contactar con Lucía, la respuesta fue desconcertante. Reconoció tener una fecha de desahucio, pero no mostró intención de abandonar la casa.
"Me han puesto fecha de desahucio, no sé por qué ahora vienen con todas estas cosas. Espero que antes de que llegue esa fecha haber solucionado mi situación, porque a mí nunca me ha gustado todo esto", explicó.
Según Lucía, la situación también le afecta emocionalmente: "Esto también me genera mucho estrés, solo quiero llevarme medio bocado a la boca. ¿Usted cree que a mí me gusta esta situación, que también está afectando a mi salud?".
Para Rosa, esa justificación no tiene sentido: "¿Por qué alquiló una casa que sabía que no podía pagar? Sabía que venía mintiendo. Todo es mentira: no está enferma y está gordita. Eso de que no puede llevarse nada a la boca... sí se lo lleva".
A raíz de todo esto, Rosa ha quedado profundamente afectada a nivel emocional: "Me duele que ya no confío en nadie. Yo me paraba con todo el mundo por la calle y ayudaba en la medida que podía".
Además del impacto psicológico, también han comenzado a manifestarse problemas físicos, derivados del estrés constante:
"Yo tenía una lesión de corazón, pero se ha agravado. He estado en la UVI porque tenía una tristeza enorme", manifestó.
Por su parte, Jesús lo resumió con contundencia: "No hay derecho a la propiedad, nada más que digo eso".