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Sierra de Guadarrama, el refugio natural a una hora de Sol donde respira la Comunidad de Madrid

A 40 kilómetros de la capital se halla este oasis que brinda todo tipo de opciones para disfrutar con la naturaleza y el patrimonio de una zona especialmente protegida.

Un proyecto de EL ESPAÑOL,

Apenas 40 kilómetros separan el bullicio de la Puerta del Sol de la calma, la paz y la naturaleza del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Hay montañas más altas y ríos más caudalosos, pero, al menos en Europa, esta proximidad de la gran ciudad a un entorno natural tan valioso se erige en algo único que marca no solo el carácter de la comarca, sino unas opciones de turismo plenamente compatibles con lo urbano.

La Comunidad de Madrid es tierra de contrastes, de cultura, patrimonio y deporte. También gastronomía y, por supuesto, naturaleza. Todo ello confluye en esta Sierra del Guadarrama en la que las actividades se multiplican y, de alguna manera, se renuevan cada temporada.

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Miguel Ángel Jara, Gerente de ADESGAM

De todo ello nos habla Miguel Ángel Jara, gerente de la Asociación de Desarrollo Sierra de Guadarrama (ADESGAM), cabeza visible de una entidad que lleva años trabajando para poner en valor todo lo que tiene que ofrecer la zona, desde sus valiosas montañas hasta la riqueza cultural e histórica de los 14 pueblos de la zona. Y, además, con algunos de los parajes más singulares, como “Hoyo de Manzanares, quizá el municipio con la mayor diversidad biológica de toda la región: es pleno monte mediterráneo, tienen los alcornocales a mayor altitud de la Península Ibérica y probablemente sea el lugar con las primaveras más bonitas”.

De una manera u otra, lo que defiende la ADESGAM con propuestas como esta es lo que su gerente cataloga como “turismo lento”. Es una clara contraposición a la celeridad con la que a veces nos movemos en las ciudades que visitamos y donde la prisa por ver más y más rápido lastra la experiencia. En la Sierra de Guadarrama se invita a lo contrario: “Se trata de saborear y ser consciente de que tenemos algo valioso muy cerca; tan valioso que quizás sea de los territorios más protegidos de España”. “No es casualidad que sea el primer Parque Regional que se creó en España [en 1985], ni que sea Reserva de la Biosfera, ni que sea Parque Nacional: todo eso no son casualidades, es la unión de personas, de territorio y de las actividades culturales que se han realzado”, explica Jara.

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Todo plan es bienvenido

Al considerar un contexto tan exuberante que incluye el Parque Nacional, el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y que está catalogado como Reserva de la Biosfera, es inevitable pensar que buena parte de lo que se puede hacer son actividades tradicionales, esto es, senderismo, ciclismo, esquí, escalada… En definitiva, alternativas más o menos clásicas y más o menos tranquilas. En los últimos años se han ido incorporando con notable éxito ideas con más adrenalina, como el barranquismo, los vuelos en avioneta o las tirolinas, por ejemplo, que proliferan en la Sierra e incluso cuentan con algunas de las instalaciones más grandes del país. O al revés: propuestas que inciden en el contacto con la tierra, con la naturaleza o con animales a través de la meditación, la gastronomía o la cultura. Es lo bueno de la zona: todo plan es bienvenido.

No obstante, la comarca está en una permanente evolución a través de las empresas y municipios de la zona. Ellos son los que están haciendo que cada vez el abanico de opciones se abra cada vez más y encontremos actividades cada vez más disruptivas y enriquecedoras. Y tal cosa es meritoria dado que esta vocación de ampliar las opciones que encuentra el visitante parte de un ‘recurso’ inamovible, que es la propia naturaleza. Innovar en este escenario, por tanto, no parece tan sencillo.

Los pueblos de la comarca exprimen este margen añadiendo a la “oferta de la naturaleza, que está siempre ahí, una oferta cultural”, explica Jara. Así, a través de música, exposiciones, visitas guiadas por la historia y el patrimonio, etc., son algunas de estas nuevas opciones, algo que tiene que ver “con actualizar la oferta”, como relata el gerente de ADESGAM: “Al final no se trata tanto de que haya actividades nuevas, porque las cosas tienen un límite, se trata de hacer cosas que la gente disfrute y que incluso en distintas etapas vitales se adapten a lo que tú buscas.”

Miguel Ángel Jara señala a estas empresas de turismo activo como los “verdaderos generadores del desarrollo socioeconómico en los territorios” y en buena parte responsables de cómo se va adaptando esta oferta. Es así como, por ejemplo, se ha importado el concepto de escape room, tan pretendidamente urbano y claustrofóbico, al entorno natural. ¿Por qué no? “Si un empresario entiende que puede ser una oportunidad hacerlo en un pueblo en lugar de estar encerrado en una habitación, vas y lo realizas. Entonces los empresarios van captando las necesidades, las demandas que van realizando los turistas y los visitantes para tratar de incorporar esa oferta”.

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La importancia del transporte público

Surgen así opciones profesionalizadas para rutas senderistas, de piraguas, de escalada e incluso, señala Jara, “para aprender español, dirigido a extranjeros que quieren venir a la Comunidad de Madrid y tener una inmersión con una familia española”. O el festival de circo -Cirqueando- que busca a partes iguales entretener y -tal vez- despertar vocaciones entre los más pequeños: se trata de una propuesta itinerante por varios pueblos de la Sierra de Guadarrama que aúna arte y entornos incomparables. La apuesta por la inclusividad que viene de la mano con rutas y actividades adaptadas es otro ejemplo del alcance y la sensibilidad de todos los agentes de la zona para llegar al máximo número de personas.

Está claro que la Sierra de Guadarrama es para todos. Pero conseguir desestacionalizar las visitas, promocionar un turismo más de diario -“es mejor venir de lunes a jueves”, destaca Jara- y, sobre todo, evitar la masificación en momentos puntuales del año son algunos de los retos que persigue la ADESGAM.

Un gran avance en este sentido es “el sistema de lanzaderas desde Los Molinos y Navacerrada, que empezó solamente para el invierno, asociado precisamente a esos picos de gente que quiere subir a disfrutar de la nieve, pero que ahora también funciona durante todo el año”, apunta el gerente de la asociación. Este mismo año, nos cuenta, hasta 18.000 personas usaron el servicio en un fin de semana: un ejemplo de la utilidad del sistema y de sostenibilidad, pensando en todos los coches particulares que se ahorraron. Y también, claro está, una muestra del poder de atracción de nuestra sierra.

Este magnetismo también se abre a un nuevo tipo de turismo que, sobre el papel, puede resultar un tanto ajeno al entorno: el de negocios. Sin embargo, tiene sentido: “Algunas de las empresas más grandes están en Madrid, en su área metropolitana, así que tenemos la posibilidad de que realicen reuniones de empresa en un entorno muy cercano y distinto a si lo hacen en Madrid capital. Pueden hacer una actividad de empresa en un municipio como Navacerrada y luego, por la tarde, después de comer, ya en su ocio, contratar una actividad para pasear por el Valle de la Barranca, escuchar el río Navacerrada, etc.”.

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‘Los 14 imprescindibles’

Y aun así, con un abanico de opciones, y rutas disponibles, siempre quedará algún rincón por descubrir: Miguel Ángel Jara nos deja el suyo: el embalse de Majalaespino, considerada ‘el secreto de Becerril de la Sierra’. Se ubica a las faldas de “la montaña que, en mi opinión, tiene un perfil más alpino de toda la Sierra, La Maliciosa, que aparecía en los cuadros de Velázquez cuando retrataba a la realeza. Es muy probable que, según en qué momento esté la luz y las sombras, podamos ver la silueta de esa mole reflejada en el agua del embalse”.

Esta excursión, por otra parte, se incluye en ‘Los 14 imprescindibles de la Sierra de Guadarrama. Se trata de una guía que, hablando de esta constante renovación que busca la zona, ha lanzado este año ADESGAM como catálogo de algunas de las excursiones más icónicas de la sierra y que pueden hacerse de forma individual o contratando un guía. Lo que está claro es que cualquiera de ella nos despertará los sentidos y nos dará ganas de seguir descubriendo cada rincón, seas o no de la Comunidad de Madrid.

Porque lo cierto es que, a esos 40 kilómetros aproximadamente del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, en la mismísima Puerta del Sol, informar sobre qué se puede hacer allí es casi una constante en el Centro de Turismo de la Comunidad de Madrid. Mónica Mena, informadora turística en este punto, está directamente en contacto con el público, y por su experiencia puede distinguir entre dos grandes grupos de visitantes: “los locales, que vive aquí y necesita salir al campo, y lo más cercano es esta sierra ya sea para ir en coche propio o con transporte público; y el de fuera, ya sea nacional o internacional”.

Sobre estos últimos relata una petición inesperada, sobre todo en invierno: “La nieve. Les llama muchísimo la atención, sobre todo a gente en cuyos países o lugares de origen no la tienen”. Pero más allá de la anécdota, lo cierto es que remitir desde Sol a las montañas “es muy fácil de ‘vender’, porque el turista, una vez que ha visto Madrid, quiere complementar de alguna forma esa visita, y en una hora tenemos la Sierra de Guadarrama”, explica Mena que, además, remarca la importancia de los centros de visitantes de la propia zona “porque son expertos y te harán las indicaciones correctas para que comiencen a hacer bien sus recorridos. Para nosotros es un destino imbatible”.

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