Hay un número que persigue a Brea de Tajo desde las 11:57 horas de la mañana del 22 de diciembre de 2016. En ese instante, los niños de San Ildefonso cantaron el Gordo de la Lotería de Navidad. Cantaron el 66513. Y en este pequeño pueblo, el más pobre de la Comunidad de Madrid, cayeron 120 millones de euros. Los vecinos se entregaron a la calle. Hubo gritos, abrazos, jolgorio, confeti y sonrisas para celebrar la feliz noticia. Siete años después, este diario ha llamado a varios negocios del municipio para recordar la efeméride. La conversación con uno de los bares apenas dura unos segundos y no acaba bien. "No me tocó, encima", responde una mujer al teléfono. "¡Qué no! ¡Qué no! ¡Qué no me interesa!", zanja, antes de colgar bruscamente. 

Sus palabras tampoco sorprenden. El alcalde de la localidad, Rafael Barcala (PP), también se ha negado a contestar a las preguntas de Madrid Total. Algo no encaja. Fue la Asociación de Amigas de Brea de Tajo la que repartió 300 décimos con el primer premio entre los 560 vecinos empadronados en la localidad por aquel entonces. De la decena de números de teléfono contactados, sólo unos pocos descuelgan o dan señal. Pero una persona sí que se muestra receptiva y ofrece una clave sobre esta incógnita: "El tema cansa; a quien le tocó, pues está muy contento y a quien no, no quiere hablar del tema". "Los vecinos están súper quemados" del asunto, confirma. 

También asegura que el municipio "no ha cambiado nada" desde aquella lluvia de millones y no se ha abierto "ningún negocio más". Tras la publicación de este artículo, desde el Ayuntamiento de Brea de Tajo han asegurado que no es cierto que el municipio no haya cambiado nada. "La gente, con mucho sentido común, ha reparado sus viviendas o construido otras nuevas, han cambiado sus coches por otros mejores, han repartido su dinero con los hijos que pudieran necesitarlo... Lo que cualquiera haría si le toca un primer premio", indican en una serie de consideraciones que se reproducen íntegramente al final de este texto. 

Situado a 70 kilómetros al este de la capital, Brea de Tajo tomó su apellido por su proximidad al famoso río. Los lugareños viven en parte de la agricultura, sobre todo del olivar. La economía local, no obstante, se caracteriza por ser una de las más débiles de la Comunidad de Madrid. En 2016 era la localidad con una renta media por hogar más baja (18.836 euros, según datos del INE). Las cuentas de sus residentes mejoraron en los años siguientes, aunque en 2021 -último dato actualizado- seguían ocupando el puesto más bajo del ranking. 

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Aquel 22 de diciembre de hace siete años, la debilidad económica de este lugar no pasó desapercibida. En la prensa se destacó que esta población sufría graves problemas de paro y de empleo precario. Ya lo dijo Antonia Reyes, una de las afortunadas y presidenta de la Asociación vecinal que colocó los 300 décimos: Brea de Tajo estaba "muy necesitado". Por tener, no tenían ni banco. Unos meses antes había cerrado la última sucursal. Por eso, los premiados acudieron en masa con sus boletos a las oficinas bancarias de Estremera, localidad situada a tres kilómetros de distancia. 

Igual que a Antonia, el 66513 también sonrió a Cándido, un pastor de ovejas y vecino de los más ilustres, o a Alba, la mujer que aparece en la fotografía que ilustra este artículo. También a Ana, que en 2016, cuando este diario visitó el pueblo, era la dueña del Bar Plaza, uno de los más míticos de Brea.  

Dos desgracias en 12 meses

Brea de Tajo no es un municipio acostumbrado a protagonizar titulares. En los últimos 12 meses, sin embargo, han resonado dos grandes desgracias ocurridas dentro del término municipal. 

La última sucedió el pasado 18 de noviembre, cuando un joven de 18 años murió tras chocar con su motocicleta contra un tractor en el Camino de la Retamilla. La otra tragedia trascendió en los últimos compases de 2022. Murieron tres personas. En este caso, fue un hombre el que supuestamente mató a una amiga suya y a su novio y luego se quitó la vida en una carretera.