Pocos saben que la ermita de Santa María la Antigua, también conocida como la ermita del Cementerio de Carabanchel, ubicada en este distrito, es uno de los edificios más antiguos de Madrid. Se trata de una construcción del siglo XIII que se levantó en honor a Santa María Magdalena y es, además, la única ermita de estilo mudéjar que se conserva. 

Este templo se ubica en el cruce de la calle de Monseñor Óscar Romero con el Camino del Cementerio, justo al lado del solar en el que estaba la desaparecida Cárcel de Carabanchel. El edificio actual, edificado sobre una antigua villa romana datada entre los siglos II y III, es de estilo románico-mudéjar, con planta rectangular y ábside semicircular de mampostería.

De su trazado primitivo del siglo XIII se conservan en buen estado la cabecera, la torre y el muro meridional, en el que se localiza la portada. Pero hay más. En 2020, a raíz de una remodelación en el interior del templo, aparecieron pinturas sobre la vida de María Magdalena que datan del siglo XV. 

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Por tanto, no es extraño que un edificio tan singular fuera declarado Bien de Interés Cultural en 1981. Lo que sí resulta extraño es que un edificio tan importante, se encuentre en la actualidad, rodeado de basura, grafitis, suciedad y de los restos del último botellón. 

Así lo denuncian a través de redes sociales Carabanchel Historia y Patrimonio, en una publicación en la que se puede ver la ermita con restos de basura e incluso lo que queda de una cama. 

Juan García Vicente, miembro de esta plataforma, narra a Madrid Total que "el camino en el que se encuentra la ermita es una vía pecuaria, que en el pasado tuvo uso, pero en la actualidad es un camino de tierra que une el distrito de Carabanchel con el de Latina". 

Este vecino afirma que las distintas plataformas de vecinos de Carabanchel buscan "que se proteja esta ermita, puesto que se trata de una joya arquitectónica con un gran valor cultural". Por ello narra que "los vecinos hacemos lo que podemos por cuidar el espacio, hemos plantado árboles, habilitado un sistema de riego e intentamos mantener la zona limpia, pues en muchas ocasiones aparece basura, y mucha".

Una imagen de los escombros cerca de la ermita. Juan Garcia Vicente

Pero, ¿de dónde salen todos estos residuos? García Vicente afirma que "los servicios de limpieza tienen delimitadas las zonas en las que tienen que trabajar y esta vía pecuaria no entra en ninguna jurisdicción, por eso nunca se limpia y hay gente que piensa que puede tirar todo lo que quiera. Ha aparecido de todo: neumáticos, una cama, los restos de una casa que había sido desalojada... Y todos los fines de semana se hace botellón al lado de este edificio del siglo XIII".

García Vicente explica que desde Carabanchel Historia y Patrimonio y otras asociaciones vecinales de este barrio han hecho "varias peticiones al Ayuntamiento y a las instituciones nos han contestado en algunas ocasiones, pero realmente nunca se ha llegado a dar una solución".

Basura delante de la ermita. Juan Garcia Vicente

Por eso, este vecino afirma que el mal estado de la zona y de la ermita se trata de "una desidia por parte de las instituciones. Como asociación solo pedimos que se cuide la zona y que al menos se coloque, por ejemplo, una barrera disuasoria que proteja el entorno". 

Por otro lado, este vecino también afirma que el problema de la zona en la que se ubica la ermita es complejo e indica que "las responsabilidades del deterioro están repartidas entre Ayuntamiento, Comunidad y Ministerio de Interior o Gobierno Central, que no se ponen de acuerdo".

"La verdad es que es una verdadera pena, estamos hablando de un lugar importante a varios niveles. Han llegado a aparecer pintadas en las paredes exteriores de la ermita. Pintadas en ladrillos del siglo XIII declarados Bien de Interés Cultural", lamenta García Vicente.

Una imagen del exterior de la ermita. Wikipedia