El Centro Penitenciario Madrid III de Valdemoro registró este viernes dos reyertas entre presos con "pinchos carcelarios" —arma casera— por deudas de "peculio, drogas y medicamentos". Así lo ha trasladado el sindicato de funcionarios penitenciarios CSIF de Valdemoro en un comunicado en el que han reclamado más medios para enfrentarse a estos incidentes.

Según ha narrado el sindicato, la primera de las trifulcas tuvo lugar en el día de ayer a las 11:15 horas cuando los funcionarios advierten un tumulto en el baño del patio. Al acudir encuentran a un preso sangrando por la nariz y boca y a otro con un "pincho carcelario" en la mano, un artilugio afilado creado por el propio presidiario.

Los funcionarios relatan que el preso armado mostraba "una actitud desafiante" en busca de "causar el mayor daño posible" al herido, que tenía signos de violencia y la camiseta rota. Finalmente, consiguen separarlos e incautan este arma casera.

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Unas horas más tarde, alrededor de las 20:00 horas, estalla una nueva reyerta entre dos internos con sendos "pinchos carcelarios". En esta ocasión los presos del Módulo 9 toman partido posicionándose en bandos para "solucionar cuentas pendientes" aprovechando la hora de la subida a las celdas.

Se logra finalmente, en presencia del Jefe de Servicios y más funcionarios que acuden a la llamada de auxilio, sacar del Módulo a estos dos presos organizadores y autores del incidente. Se salda con cuatro internos en aislamiento mientras el resto de presos continúan amenazándose y advirtiendo al otro bando de que continuaría este sábado.

El sindicado de los funcionarios de prisiones de Valdemoro han informado en un comunicado de estas dos reyertas ocurridas este viernes para pedir más formación, recursos y seguridad para poder hacer su trabajo y mejorar la condición de Agente de la Autoridad.

A día de hoy, en esta cárcel están algunos de los presos más peligrosos del país. Sin ir más lejos, hace tres meses, CSIF Prisiones anunció que el preso Norbert Feher, conocido como Igor el Ruso, iba a ser trasladado a la cárcel de Valdemoro, y por su amplio historial delictivo es considerado como "uno de los más peligrosos de las cárceles españolas" tras asesinar en Teruel en 2017 a un ganadero y dos guardias civiles. Por esta razón, pedían extremar las medidas de seguridad en la cárcel y más refuerzos.