Todo comenzó de madrugada, cuando una llamada al citado cuerpo policial avisaba del ruido que provenía del local. Dos patrullas se desplazaron hasta el lugar, en el número 33 de la calle Ramón Luján. "Es un local al que vamos frecuentemente", explica uno de los agentes que participó en el registro.

Los agentes enseguida se percataron de que había un gran número de personas dentro y fuera del local, por lo que sospecharon que estuviera rebasando el aforo del mismo. Tras un conteo, pudieron confirmar que había 60 personas en el local, más del doble del aforo permitido. Por ello se procedió a levantar un acta de denuncia.

"Suele haber mucha gente porque la discoteca está al lado. Según cierra la discoteca abren aquí", explica una vecina consultada este miércoles. Así pues, los agentes obligaron al dueño a desalojar a la mitad de los clientes. "El dueño procedió sin ningún tipo de problema", agrega el citado policía.

"Cuando estas personas están saliendo del local, uno de los desalojados pide hablar en privado con un compañero. Esa persona le dice que dentro del local existe una sala oculta a la cual se accede desde la barra moviendo una estantería y que dentro de ella se están ofreciendo servicios de índole sexual a cambio de dinero".

Los agentes le indicaron al dueño que les enseñara el escondrijo, y así lo hizo. El hombre se acercó a una estantería con libros situada al final de la barra y la movió como una puerta corredera.

En el interior del habitáculo estaba la cocina del local, que previamente había sido clausurada por la Policía Municipal por sus pésimas condiciones higiénico-sanitarias. "Se ve que el sitio en su día era una cocina. Tiene utensilios y ollas con comida en unas condiciones de salubridad deplorables. El local ya había tenido denuncias por ello".

"Es una sala de unos siete metros de largo por dos y medio de ancho. Está totalmente a oscuras y ahí encontramos a nueve personas escondidas, agachadas y en silencio". Concretamente, cuatro mujeres y cinco hombres escondidos.

"Unos nos dicen que es una zona VIP tipo reservado, otros nos dicen que son amigos del dueño, que lo utilizan para dar fiestas privadas. No se ponen muy de acuerdo. A una de ellas le encontramos 200 euros en efectivo en billetes pequeños, de 10 y de 20". Asimismo, una de estas personas llevaba consigo un bote de popper. 

"Nosotros no podemos corroborar lo que ahí se hacía, pero lo que nos manifestó esta persona es que ahí se practicaba la prostitución", agrega el agente. "Con todo esto se hace un acta denuncia por la LEPAR. La agencia de actividades se encargará de hacer la correspondiente sanción".