Con la bajada de las temperaturas, Madrid se llena de tradiciones fuertemente arraigadas en el imaginario colectivo: las uvas en la Puerta del Sol, el chocolate con churros en el Pasadizo de San Ginés, la festividad de la Virgen de la Almudena o ir a un restaurante a comer un buen cocido madrileño.

El restaurante Treze, que cumple los mismos años que indica su nombre, 13, es uno de los lugares donde puedes degustar este plato tan demandando con la llegada del frío. En cambio, no es el típico madrileño, sino que es cocido de caza. 

En la calle General Pardiñas 34, han hecho una reinterpretación del plato típico de la gastronomía madrileña. El chef de Treze, Saúl Sanz, es el encargado de prepararlo, pero no en cualquier fecha, lo que lo convierte en un cocido exclusivo.

Interior del restaurante Treze. Treze

Así, como desde hace 8 años, el cocinero vuelve a escoger el último viernes de cada mes como día oficial para servir su afamado plato, por los que los aficionados a la cocina cinegética y al buen hacer del cocinero, ya tienen señalada con rotulador la próxima fecha en la que lo podrán comer: el 24 de noviembre.

De esta manera, una vez al mes, y hasta marzo, podrás degustar un cocido de caza en tres vuelcos, servido en los típicos peroles de porcelana, por un precio de 28 euros.

El cocido de caza de Treze se nutre de la temporada y del mercado, propuesta diferencial que ha elevado al restaurante hasta lo más alto, como avala el Sol Repsol obtenido este año o los múltiples galardones recibidos, los cuales no han restado honestidad y humildad a las recetas del chef Saúl Sanz.

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El jarrete de jabalí, ciervo, perdiz y faisán son carnes ligeras, sin apenas grasa, que busca innovación, aportando sustancia e intensificando un plato ya de por sí cargado de matices, donde la verdura, las carnes o los garbanzos —servidos en tres vuelcos— adquieren protagonismo.

Para disfrutarlo de la mejor manera posible, es imprescindible acompañarlo con alguna de las más de 100 referencias de vinos en carta.

La propuesta de Treze se puede disfrutar en su renovado espacio. En las mesas altas, en la barra, donde se ofrecen las mejores selecciones de conservas o iconos del restaurante, como la ensaladilla, en el luminoso salón; o el amplio reservado.

Es durante estos meses cuando la visita a Treze se vuelve obligatoria para todos los fanáticos de la estacionalidad y la cocina cinegética.