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Cientos de miles de personas llegan a Madrid cada año para buscar una gran oportunidad y un futuro mejor. Sin embargo, esa fuente de nuevos comienzos y de puertas abiertas se ha ido agotando con el paso del tiempo hasta dar con la situación actual. Encontrar un trabajo en Madrid es una misión casi imposible.

Sin embargo, si hay algo que resulta prácticamente imposible es encontrar un alquiler que sea asequible y al que podamos hacer frente con nuestro reducido salario. Por ello, muchas personas, aunque consiguen encontrar un trabajo en Madrid, después no se pueden quedar en la capital porque no les llega para pagar el alquiler.

En algunos casos incluso se tienen que ver obligados a dejar el empleo. Aunque en la mayoría, sobre todo si son de cerca de la región, deciden marcharse de Madrid e ir y venir al trabajo. De esta manera, basta con darse una vuelta por estaciones como Chamartín o Atocha cada mañana para ver a decenas y decenas de personas que van y vienen a trabajar a Madrid cada mañana.

Sin embargo, viven a cientos de kilómetros de distancia con un único objetivo: ahorrar cientos de euros en el pago del alquiler. Este es el caso de personas como Lara, una vallisoletana que se ha acostumbrado a hacer varias horas de viaje cada día para ir a trabajar a Madrid y volver hacia casa. No obstante, los ahorros son considerables.

En declaraciones recogidas por el medio 20minutos, esta joven explicaba cómo era su día a día. "Voy y vuelvo todos los días desde Valladolid para ahorrar en alquiler, vivir en una casa mejor y ganar calidad de vida". Esta joven de 28 años es trabajadora del sector de la sostenibilidad y emplea cuatro horas en los trayectos que hace cada día. Sin embargo, le sale rentable.

El metro cuadrado cuesta el triple en Madrid que en Valladolid

Según el portal especializado Idealista, con datos referentes al mes de septiembre, el metro cuadrado para alquiler en Madrid cuesta 22,7 euros. Sin embargo, en Valladolid se sitúa en apenas 9,3 euros. Esto hace que en un piso de, por ejemplo, 50 metros cuadrados, cueste 1.135 euros en la capital y que podamos ahorrar en el alquiler los más de 600 euros que habría de diferencia con Valladolid.

Aunque esta no sea una máxima que se repita de la misma manera en todos los casos, lo cierto es que las cifras son especialmente alarmantes. Por ello, como Lara, cada vez hay más personas que prefieren invertir tiempo en ir y venir a cambio de poder ahorrar en su alquiler mensual. En su caso, vive en Valladolid y trabaja de lunes a jueves en Madrid de manera presencial, mientras que los viernes teletrabaja.

Ella, con el paso del tiempo ha ido viendo cada vez a más personas que hacían lo mismo, creando casi una comunidad de viajeros y trabajadores en las diferentes estaciones de España. Y es que lo mismo que sucede con miles de personas en Valladolid se produce en otras ciudades como Toledo, Soria, Guadalajara, Cuenca o Ávila.

De hecho, la ruta Madrid - Segovia - Valladolid es la más utilizada de España. Solo en 2024 registró más de 2,8 millones de viajes. Estos viajes que tienen como inicio o destino a algunas de estas ciudades responden a los mismos patrones en su mayoría: mejorar la calidad de vida personal con los recursos que se tienen al alcance. Por ello, cada vez reciben más protagonismo aquellas ciudades bien conectadas ferroviariamente con la capital de España.

Este fenómeno va acompañado a lo que está pasando en las grandes ciudades. Antes, la gente se iba a las afueras por capricho, para alejarse del ruido del centro. Sin embargo, ahora se van a las afueras por necesidad, ya que vivir en zonas céntricas es imposible con semejantes precios. Sin embargo, la periferia se ha ido alargando hasta conquistar otros municipios e incluso otras provincias.

Lejos de ser una elección, se trata de una apuesta forzada por la situación en la que se encuentra el coste de la vivienda. Además, asegura que las ayudas a la movilidad solo sirven para enmascarar el problema real. Son un 'salvavidas' para alguien que ya se está ahogando. Por ello, hemos normalizado la situación de no vivir y trabajar en la misma ciudad e incluso que estas disten en más de 100 kilómetros.

Esta situación protagonizada por Lara es parecida a la que vive Sofía, quien también tarda dos horas en ir a trabajar entre AVE y Cercanías, siempre que no sufre alguno de los habituales retrasos. Para la vuelta, suele utilizar un coche de carsharing antes de volver a subirse al AVE. Y en total, explica que pasa más de 13 horas fuera de casa desde que sale antes de las 7 de la mañana hasta que regresa pasadas las 20:00 de la tarde. "Estoy acostumbrada", asegura resignada en declaraciones recogidas en 20minutos.

Los suyos son casos que se repiten de manera constante y que priorizan ahorrar unos euros, o cientos de euros, en alquiler a pesar de estar más tiempo inmersos en transportes como el tren. Sus peleas, como la de Cristina, son encontrar billetes a buen precio o incluso un puesto de trabajo que tenga buena comunicación con Chamartín y no con el centro de la capital.

"Hay que comprarlos con meses de antelación porque vuelan. Como te equivoques, lo pierdas o quieras cambiarlo es imposible". El mercado es tan activo que muchas veces tienen que comprarlos hasta de 50 en 50. "Trenes sin paradas intermedias son pocos para la cantidad de viajeros", asegura Sofía. Reconocen que las ayudas en transporte son punto a favor. Pero aún así, si tuvieran que pagar los 200 euros que cuestan originalmente, aseguran que les seguiría saliendo rentable: "¿Qué alquilo con 200 euros en Madrid? Nada".