Dia sigue hundida. La cadena cerró 2019 con con unas pérdidas de 790,5 millones de euros, es decir, duplica los números rojos del pasado año, cuando perdió 352,6 millones. Resultados que la compañía achaca al descenso de las ventas (cayeron un 9,3% hasta los 6.870,5 millones) y a las medidas implementadas para asentar las bases de la transformación. 

La incorporación de 80 nuevos profesionales al equipo de la cadena de distribución, entres ellos, Karl Heinz Holland como consejero delegado, no han dado los frutos esperados. El plan estratégico ha dado resultado y harán falta muchas más medidas para levantar las ventas y los beneficios de la compañía. 

Además, meter la tijera no ha sido la mejor decisión. Los recortes iniciados por Dia no han ayudado a mejorar la confianza. Así, la compañía ha cerrado un total de 861 tiendas en 2019 y puso en marcha dos despidos colectivos que afectaron a más de 1.700 empleados solo en España. 

Todo ello se ha traducido lógicamente en menores ventas, baja contable de activos relacionados, aumento del gasto operativo relacionado con la transmisión de los contratos de arrendamiento y reconocimiento de provisiones por cuentas de dudoso cobro relacionadas con los franquiciados. Un mal balance para Karl Heinz Holland.