Bruselas

La propuesta para liberar las patentes de las vacunas contra la Covid-19 divide a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Una fractura que ha quedado al descubierto tras el apoyo decisivo de la Casa Blanca de Joe Biden a esta medida, cuyos promotores originales son India y Sudáfrica. Mientras que España, Francia, Holanda o Polonia han dado la bienvenida al viraje de Estados Unidos, aunque con diferentes matices, Alemania se opone a suspender la protección de la propiedad intelectual. 

Por su parte, la Comisión de Ursula von der Leyen, que inicialmente se dijo dispuesta a discutir esta iniciativa, ahora se muestra mucho más escéptica: no es una solución a corto plazo a los problemas de escasez mundial de dosis. En Bruselas se considera que se trata de una maniobra de distracción por parte de Biden para ocultar el hecho de que EEUU se queda todas las vacunas producidas en su territorio, mientras la UE exporta la mitad.

Todas estas diferentes opiniones se han escenificado en la cumbre de líderes europeos que se celebra en Oporto. Aunque el tema central en la agenda es la respuesta social a la crisis de la Covid, los jefes de Estado y de Gobierno han discutido sobre vacunas y patentes durante la cena de trabajo del viernes. 

"Nosotros desde el Gobierno de España damos la bienvenida a la propuesta de Biden de suspender las patentes, pero creemos que es insuficiente, que tenemos que ser mucho más ambiciosos", ha dicho Pedro Sánchez a su llegada a la reunión. De hecho, el presidente del Gobierno ha presentado a sus homólogos un documento escrito con sus propuestas: acelerar la transmisión a los países pobres del conocimiento y la tecnología para fabricar las vacunas y también reforzar la capacidad de producción en todo el mundo.

"Estoy abierto sobre este tema (de liberar las patentes), pero no hay que olvidar que nosotros los europeos luchamos para que la vacuna sea un bien público mundial desde hace un año. Estoy feliz de que nos sigan", señala el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre la propuesta de Biden. No obstante, a renglón seguido argumenta que el problema acuciante ahora mismo no es de propiedad intelectual. "Se puede dar la propiedad intelectual a laboratorios que no saben producir la vacuna y no la fabricarán mañana", ha apuntado.

Emmanuel Macron, Charles Michel y Ursula von der Leyen, durante la cumbre de Oporto

A su juicio, el primer paso que debe dar la UE en materia de solidaridad vacunal es donar dosis a los países más pobres. Por eso, Francia ha firmado una carta conjunta con España, Bélgica, Suecia y Dinamarca en la que propone establecer un mecanismo común europeo para enviar automáticamente a estos países en vías de desarrollo una cuota de las inyecciones compradas. Por ejemplo, el 5%.

"El segundo pilar de la solidaridad para que la vacuna circule es no bloquear los ingredientes y las vacunas. Hoy mismo, los anglosajones bloquean muchos de esos ingredientes y dosis. En la actualidad, el 100% de los inyectables fabricados en EEUU se destinan al mercado americano", resalta el presidente francés. En contraste, la UE exporta la mitad de las dosis que fabrica. Macron defiende además acelerar la transferencia de tecnología, pero al mismo tiempo mantener la remuneración a los innovadores.

Fuente de innovación

Este es precisamente el principal argumento que esgrime Angela Merkel para oponerse a liberar las patentes. "La protección de la propiedad intelectual es una fuente de innovación y así debe seguir siendo en el futuro. El factor que limita la producción de vacunas es la capacidad de fabricación y los estándares de alta calidad, no las patentes", sostiene el Gobierno alemán. Merkel no ha viajado a Oporto y se ha conectado a la cumbre de forma virtual para dar ejemplo.

Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, defiende "el libre acceso a las patentes de las vacunas contra la Covid-19 para todos aquellos que tengan la capacidad tecnológica de producirlas". La postura del italiano Mario Draghi es particularmente ambigua. "Las vacunas son un bien común mundial. Es prioritario aumentar su, garantizando la seguridad, y derribar los obstáculos que limitan la campaña vacunal", ha dicho su portavoz.

Viktor Orbán, Mario Draghi y António Costa conversan durante la cumbre de Oporto Reuters

"No hay ninguna prueba sobre la mesa de que la protección de la propiedad intelectual sea el problema. En su lugar, todo el mundo está de acuerdo en que el problema real es una capacidad de fabricación limitada", explican fuentes de la Comisión Von der Leyen. El Ejecutivo comunitario se queja además de que Biden no ha explicado el detalle de su propuesta. Se ha limitado a una "declaración muy general", insuficiente para empezar a negociar en serio en la Organización Mundial del Comercio. Una negociación que costaría meses o incluso años.

"Para aumentar la capacidad de producción se necesita mucho más que acceso a la información que está en la patente y la posibilidad de usarla sin autorización. Junto a eso, se necesita el conocimiento, el know how de cómo desarrollar vacunas: son productos biológicos mucho más complejos que los químicos. Por ejemplo, es muy difícil predecir cuántas dosis puede entregar un fabricante en un momento determinado. Lo hemos visto con los problemas de suministro con AstraZeneca o Janssen", señalan las fuentes consultadas.

El consenso en la UE es que la solución más eficaz para aumentar la producción de dosis a corto plazo es la "tercera vía": fomentar los acuerdos voluntarios entre fabricantes, de los que se han cerrado ya alrededor de 200 en todo el mundo.

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