Bruselas

La cumbre social que se celebra en Oporto ha sido testigo del primer duelo cara a cara entre Pedro Sánchez y Mario Draghi desde que este último fue elegido primer ministro, lo que ha disparado la cotización de su país en Bruselas. España e Italia han sido los dos Estados miembros de la UE más golpeados por la Covid-19 desde el punto de vista sanitario y económico y serán los que reciban más ayudas europeas del fondo Next Generation. Por eso, los planes de inversión y reformas de Madrid y Roma son los que se examinarán de forma más estricta en Bruselas.

Sánchez y Draghi han participado juntos en Oporto en un panel consagrado al futuro del empleo tras la panemia. Los dos han intervenido en un inglés fluido pero han exhibido dos estilos muy diferentes. El primer ministro italiano ha sido muy concreto y didáctico en el análisis del problema del paro y la precariedad laboral en Italia, las medidas correctivas que tiene previsto poner en marcha utilizando los fondos de la UE y lo que espera de Bruselas en matera de política macroeconómica.

Por su parte, el presidente del Gobierno ha hecho una intervención mucho más general en la que ha supeditado la reforma del mercado de trabajo que le pide Bruselas a un acuerdo previo entre los interlocutores sociales. "En mi opinión, lo que es crucial en los cambios en la legislación laboral es que se hagan a través del diálogo social. En España por ejemplo, durante esta pandemia los interlocutores sociales lograron alcanzar 11 acuerdos en muchas áreas", ha afirmado.

Sánchez ha presumido además de que en plena crisis ha sacado adelante "reformas importantes, como el teletrabajo, formac¡ón profesional, reforma de las políticas activas de empleo, igual salario para hombres y mujeres y los ERTE". A su juicio, los fondos del Next Generation EU deben servir para dar una "respuesta positiva" a los desafíos de la doble transición digital y verde, pero no ha dado ningún detalle ni ninguna cifra.

El presidente del Gobierno se ha quejado de los sectores -sin mencionar a ninguno- que han sido los grandes ganadores de la transición digital y que despiden a trabajadores al tiempo que logran beneficios multimillonarios y pagan grandes salarios y bonus a sus directivos. "No creo que sea aceptable y debemos dar una respuesta enérgica", sostiene.

Finalmente, Sánchez ha reiterado su apoyo al plan de la Casa Blanca de Joe Biden para liberar las patentes de las vacunas contra la Covid-19, aunque lo considera insuficiente y pide también acelerar la transferencia de tecnología y conocimiento, así como aumentar la capacidad de producción en todo el mundo. "La mayor desigualdad ahora en el mundo es el acceso a la vacuna", ha apuntado.

Por su parte, Draghi ha iniciado su intervención argumentando que la crisis de la Covid-19 ha agravado las fracturas que ya existían en el modelo social europeo en materia de desigualdad generacional, regional y de género. 1 de cada 7 jóvenes en Europa son ninis, proporción que en el caso de Italia sube hasta 1 de cada 4. La brecha de empleo entre hombres y mujeres se sitúa en el 11,3%, mientras que en Italia es el doble. Por tanto, los grandes perdedores son sobre todo las mujeres y los jóvenes. Y uno de los mayores problemas comunes en muchos países de la UE es un mercado laboral dual que aumenta todavía más la desigualdad.

Tasa de paro entre los menores de 25 años en marzo de 2021

Tras el diagnóstico de la situación, el primer ministro italiano ha detallado cómo piensa utilizar las ayudas de la UE para corregirla. Dedicará 6.000 millones de euros para reformar las políticas activas de empleo, 4.600 millones a guarderías con el fin de reducir la presión sobre las madres trabajadoras y 14.000 millones para infraestructuras de transportes en el sur de Italia. Todas estas ayudas estarán condicinadas: las empresas beneficiarias deben contrar a más mujeres y jóvenes, ha destacado el primer ministro italiano.

En materia de política macroeconómica, Draghi le reclama a la UE que no retire de forma prematura los estímulos presupuestarios y que mantenga el programa Sure para financiar los ERTE con créditos blandos europeos.

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