Mercedes Rivera Myriam Ávila

En menos de un mes. Esta es la previsión que hace el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para la llegada de la primera vacuna contra la Covid-19 a España. Será, previsiblemente, la que están desarrollando Pfizer y BioNTech. De hecho, la EMA ya ha anunciado que será el próximo 29 de diciembre cuando concluirá su evaluación sobre la seguridad y la eficacia de este antígeno.

El viaje de esta vacuna hasta llegar a los centros de salud españoles para su administración comienza en Estados Unidos. En concreto, en las instalaciones que Pfizer tiene en Saint Louis (Misuri, EEUU), donde se fabrica el ADN modelo plasmático del antígeno de la vacuna.

Posteriormente, recorrerá 1.691 kilómetros hasta la localidad de Andover (Massachusetts, EEUU), donde se producirá la sustancia activa, es decir, el antígeno que dará forma a la vacuna. También se prevé que la producción de la vacuna para Europa se haga en las instalaciones de BioNTech en Marburg (Alemania).

Imagen de la vacuna contra la Covid-19 de Pfizer. Reuters

Una vez concluido este paso, el antígeno viajará 5.664 kilómetros desde Andover hasta Puurs, en Bélgica, donde se hará la formulación, relleno y acabado de viales para Europa. Para Estados Unidos, este último paso de la producción del antígeno se hará en Kalamazoo (Michigan).

Según adelantó The Wall Street Journal, desde Kalamazoo y la ciudad belga Puurs se enviarán cada día 7,6 millones de dosis congeladas en avión. Pfizer utilizará 40 centros propios de apoyo y más de 200 proveedores en todo el mundo para la distribución.

Y desde Bélgica hasta España. En total, 8.656 kilómetros hasta el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez, aunque todavía está por concretar dónde llegará el antígeno, pudiendo ser otra opción el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.

Pfizer prevé que las dosis se envíen en contenedores congelados directamente a los centros sanitarios o, como alternativa, llevarlos a puntos de almacenaje.

Distribución nacional

Cuando llegue la vacuna a nuestro país, comenzará la distribución hasta almacenes que se designen o directamente a cada uno de los 13.000 puntos de vacunación anunciados por el Gobierno. Estos serán, previsiblemente, los centros de salud.

Aunque todavía no se ha concretado cómo se hará esta distribución, los mayoristas ya han ofrecido al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas su capacidad logística para ello. De hecho, cuentan con experiencia previa que podría servir de ejemplo para el reparto a nivel nacional de la vacuna de la Covid.

Una enfermera prepara una vacuna. EFE/Orlando Barría

En junio de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el estado de “pandemia en curso” por la gripe A. Fue entonces cuando el Gobierno decidió adquirir vacunas para combatir aquella situación de crisis sanitaria. Para ello contó con los distribuidores farmacéuticos, quienes colaboraron en el almacenamiento de los antígenos y en su reparto a los centros de vacunación designados.

A finales de 2009, los mayoristas hicieron un primer reparto de cuatro millones de dosis de la vacuna contra la gripe A en tan solo cuatro días. Desde la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar) han explicado a Invertia que, al igual que ahora, había una enorme demanda internacional de vacunas, de ahí que fueran llegando a España en diferentes partidas.

Sin embargo, ante la urgencia en el reparto, conforme iban llegando se iban distribuyendo. “En menos de tres días se entregaban en los puntos de vacunación”, han señalado desde Fedifar.

Para ello, se emplearon procedimientos y repartos específicos, independientes del servicio que habitualmente prestan las empresas de distribución farmacéutica. En todo momento se disponía de información precisa, en tiempo real, de los antígenos entregados a los puntos de vacunación y del stock de reposición disponible en los almacenes mayoristas.

Retos logísticos

La vacuna de la Covid-19 recorrerá 8.656 kilómetros hasta llegar a Madrid. Un viaje que presenta tres retos logísticos, según ha explicado a este medio Miguel Jiménez, portavoz de Foro MadCargo, la asociación de profesionales de Carga Aérea de Madrid.

El primero de ellos es la capacidad, es decir, los aviones para poder transportar la vacuna. “Actualmente, la capacidad de carga está disminuida debido a que la mayoría de las rutas están suspendidas”, ha dicho Jiménez. Al introducir un volumen de transporte tan importante como son las vacunas “necesitaremos redefinir las rutas y tener más capacidad (aviones)”.

Aviones de Iberia.

En este punto, hay otro condicionante más. “Si la vacuna necesita hielo seco, no podría viajar en cabina al ser una sustancia peligrosa, lo que significa que solo podría ir en aviones cargueros puros y no en aviones de pasajeros transformados”.

El segundo reto será la recepción de la vacuna, tener infraestructuras para ello. En este punto, el portavoz de Foro MadCargo ha avisado de que “los aeropuertos no pueden convertirse en cuellos de botella, deben tener agilidad suficiente para que, una vez descargada la mercancía, sea inmediatamente expedida a su destino”. Además, los aeropuertos deben contar con “infraestructuras y espacios con las condiciones técnicas que requiera cada antígeno”.

Por último, el personal que reciba esas vacunas debe estar adecuadamente formado para el manejo de mercancía sensible.

Tal y como publicó Invertia, en España, Iberia está preparada para transportar la vacuna. La compañía española está especializada en el transporte de productos farmacéuticos y cuentan con instalaciones refrigeradas en el aeropuerto de Madrid y profesionales cualificados.

A partir de esta recepción, el Gobierno también tiene que decidir cómo transportará la mercancía y hasta donde. “Si hace un gran acopio de vacunas, lo lógico será que vayan a almacenes. Otra opción es recibir y vacunar de manera progresiva en cantidades más pequeñas”, ha añadido Jiménez.

Congeladores con la vacuna de Pfizer. Reuters

En lo referente a la distribución a nivel nacional, también existen retos y dependerá de las características de cada antígeno. En el caso de la vacuna de Pfizer, que necesita conservarse a -80ºC, la distribución española no cuenta con camiones adaptados a estas condiciones.

Sin embargo, una vez descongelado el antígeno, puede aguantar a temperaturas de entre 2ºC y 8ºC hasta cinco días, según las indicaciones de la farmacéutica. En estas condiciones "la distribución no tendría problema en hacer el reparto a los centros de salud dentro de ese periodo", han señalado desde Fedifar.

Ejemplo de la complejidad logística

Un ejemplo de la complejidad del proceso es el caso de Gibraltar. La colonia inglesa iba a comenzar esta semana a administrar la vacuna, también a trabajadores fronterizos de Cádiz. Sin embargo, el Gobierno gibraltareño ha atrasado la fecha hasta enero por “razones logísticas”. Justifican la medida para evitar el transporte de la vacuna en varios envíos por su “extrema fragilidad”.

Se efectuará un solo envío de entre 50.000 y 100.000 dosis en enero. Dado que la vacuna requiere dos dosis por persona, la vacunación podría alcanzar a hasta 50.000 personas. Primero se vacunarán los mayores de 80 años, luego el personal de los Servicios de Atención a la Tercera Edad, los mayores de 70 años, adultos con perfil de riesgo y trabajadores de primera línea antes de proceder a la población adulta en general.

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