El sector de la sanidad privada se ha convertido en un aliado indispensable para la Administración Pública en el abordaje de la crisis del coronavirus. Tanto sus camas como sus centros, ampliados y reformulados para dar cobijo a más pacientes graves de Covid-19, han sido claves para atender la pandemia.

Pero esta alianza no se quedará en el marco de la crisis sanitaria. En la era post Covid-19, el Sistema Nacional de Salud (SNS) tendrá que atender tanto los casos de coronavirus que seguirán apareciendo (que abordarán en 'pasillos' asistenciales diferentes) como los retrasos que en todas las áreas terapéuticas ha generado la suspensión de la actividad asistencial. Un aumento de las listas de espera que solo se podrá solventar con la colaboración y la alianza de la sanidad privada.

Así lo indica, entre otros, José Martínez Olmos. El exsecretario general de Sanidad, que cuenta con el pedigrí de haberse enfrentado a crisis sanitarias como la de la gripe A, valora “muy positivamente la respuesta de la sanidad privada. Está complementando la respuesta que hay que dar al coronavirus”, especialmente en “Madrid y Cataluña”.

Redefinir el sistema sanitario

En el marco de la sanidad tras la epidemia, Martínez Olmos llama a hacer una “reflexión sobre el sistema sanitario”. Replantearlo desde cero, “redefinirlo” y plasmarlo en un “libro blanco”.

En este escenario, Martínez Olmos considera postula un papel “complementario” para el sector privado dentro del SNS, pero que no es de escasa importancia. “La sanidad pública tiene que llegar hasta donde le sea posible. Cuando no pueda, habrá que recurrir a la privada a través de los conciertos y los acuerdos que sean posibles”.

Un profesional sanitario del Clínic de Barcelona atiende a un paciente afectado por coronavirus. Nacho Doce Reuters

Y es que el también exsenador socialista recuerda que “el impacto del Covid-19 en la atención sanitaria programada es tremendo” puesto que, excepto emergencias, se tuvo que suspender en su práctica totalidad. “Vamos a necesitar que sanidad pública y privada trabajen juntas para sacar adelante enfermedades y retrasos que necesiten respuestas rápidas”.

En este caso, Martínez Olmos apuesta por “conciertos cortos específicos” que permitan atender estas emergencias.

Papel otoñal

Joaquín Estévez también comparte este punto de vista. El presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), que aglutina a gerentes sanitarios tanto del sector público como del privado, considera que “de cara al otoño la sanidad privada va a jugar un papel todavía más relevante”.

Y es que, según explica, los virólogos ya alertan de que el Covid-19 puede relanzarse a partir de octubre, en combinación con la gripe. “Y para estar preparados va a ser necesario un plan estratégico de gestión de crisis en todos los centros, y sobre todo aumentar la coordinación de esos centros con los servicios de salud”.

A esto se suma el problema de las listas de espera. “El aumento de los retrasos me da un miedo atroz. Ya había unas listas de espera amplias, pero es que ahora se van a disparar". Y a este incremento hay que sumar las personas que no hayan acudido a los centros sanitarios con patologías no graves por miedo y que se van a incorporar en bloque” por dolencias como “las cataratas o las hernias”. 

Reforzar conciertos existentes

Por eso, Estévez considera que no solo habrá que gestar nuevos conciertos de la sanidad pública con la privada, sino que también "habrá que meter más dinero en el sistema público para reforzarlo, así como para reforzar los conciertos ya existentes con la privada”.

El presidente de Sedisa añade además que la privada serviría para abordar el “talón de aquiles de esta crisis, que ha estado en las residencias de mayores. Los centros privados podrían colaborar participando en un mayor control sanitario de ellas”.

Lo cierto es que los recursos del sector de la sanidad privada son fundamentales para la atención sanitaria en España, con y sin coronavirus. Así lo indican los números. Según los datos del Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad (IDIS), si en España hay aproximadamente 800 hospitales, más de la mitad son privados. Y aunque en camas ganan claramente los centros públicos (106.896), los privados podrían hacer que esta cifra creciera en casi un 50% (hay 51.373 camas hospitalarias privadas).

Una profesional sanitaria en el Hospital Universitario de Fuenlabrada. Efe

A todo esto hay que sumar las manos que ya está aportando el sector privado. Este ámbito cuenta con 266.728 profesionales sanitarios, activos también en la crisis del Covid-19.

Precisamente, Marta Villanueva, directora general del IDIS, indica que “esta crisis ha demostrado que la colaboración público-privada ha sido imprescindible para salir de la crisis”.

Considera que “cada comunidad autónoma hará sus planes para afrontar en la medida de lo posible la situación tras la epidemia. Si de alguna manera hay que aliviar las listas de espera por el parón asistencial de casi dos meses tendrá que ser por la vía conciertos”.

Relación estrechada

Se ha estrechado mucho la relación entre sanidad pública y privada”, explica por su parte Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE). “Y ha habido una colaboración total. Si podemos sacar algo positivo de estas semanas, es una relación más estrecha y conocimiento mutuo entre ambas partes”.

Personal del Gregorio Marañón agradece el aplauso de las ocho de la tarde de los vecinos. Efe

“Siempre hablamos del SNS como un todo compuesto por dos aliados: el sistema público y el privado. Nosotros somos el aliado flexible y al que se recurre en caso de necesidad. Esa flexiblidad la hemos demostrado en esta crisis y tendremos que volver a demostrarla en la época de post-crisis”, vaticina Rus.

El esfuerzo de la privada para abordar el atasco asistencial se tendrá que concentrar en áreas en las que ya se colabora con el sector público, como las de la cirugía cardíaca y traumatológica, la oftalmológica o la general. También se dará un incremento de los ‘encargos’ de pruebas diagnósticas tales como TAC, resonancias o ecografías.

Con todo, no entra a valorar si se pueden generar nuevos conciertos para esta actividad, o reforzar los ya existentes. “Este año va a a ser muy complicado. La vuelta a la normalidad no es de un día para otro. Va a requerir meses de transición. La actividad de los hospitales se normalizará también de esta manera”.

En cualquier caso, Rus recuerda que lo que importa no es que la atención sea pública o privada, o cómo sea el modelo de gestión. “Lo que le importa al paciente es que se le atienda bien y que se le solucione su problema”.

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