La reducción de las emisiones de CO2 forma parte de los compromisos compartidos por ciudadanos, empresas e instituciones. Por ello, Mutuactivos, la gestora del Grupo Mutua Madrileña, lleva años fomentando la sostenibilidad no solo en la gestión de su propio negocio sino también través de productos de inversión que impulsan la transición energética.
Uno de los ejemplos más representativos de esta estrategia es Mutuafondo Transición Energética, FI, lanzado en 2021. Este fondo de inversión está diseñado para canalizar capital hacia compañías cuya actividad contribuye, directa o indirectamente, a la reducción de emisiones contaminantes. Clasificado como fondo Artículo 8 bajo el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), promueve características ambientales específicas, alineándose con los objetivos de desarrollo sostenible y la agenda climática europea.
El fondo estructura sus inversiones en tres grandes bloques: energías renovables, electrificación y movilidad, y eficiencia energética. Entre sus principales posiciones destacan empresas como First Solar, EDP Renovables, Prysmiam o National Grid, todas ellas referentes en sus respectivos sectores por su contribución a un modelo energético más limpio y eficiente.
¿Cambio de paradigma?
Desde Mutuactivos reconocen que el interés por la sostenibilidad perdió algo de “popularidad mediática” tras el triunfo de Donald Trump, cuyo programa incluía medidas para limitar la legislación ambiental de la Administración Biden, y que está tomando medidas contra ciertas tecnologías, en particular la eólica offshore.
Sin embargo, en la gestora del Grupo Mutua llaman la atención sobre el incremento de la demanda eléctrica en la mayoría de las economías. “La forma más barata de atender este incremento de demanda es a través de ciertas fuentes de energías renovables como la fotovoltaica y la eólica onshore, que se van a seguir complementando con baterías que almacenan la electricidad generada cuando el recurso renovable no está disponible”.
Además, los costes y el tiempo de poner en marcha una planta solar fotovoltaica siguen siendo "muy inferiores" a los asociados a instalaciones de gas o nucleares, lo que mantiene la viabilidad y atractivo de las renovables a medio y largo plazo.
Visión largoplacista
Más allá del impacto positivo, los fondos como Mutuafondo Transición Energética presentan perspectivas de revalorización positivas a largo plazo, aunque, como ocurre con la mayoría de los productos de renta variable, conllevan un perfil de riesgo medio-alto. Por ello, se recomienda un horizonte temporal de inversión superior a cinco años.
En el análisis de los fondos de renta variable dentro de esta categoría, Mutuactivos observa que “una mayoría tiene un peso muy significativo en compañías tecnológicas”, como Google, Nvidia o Microsoft, y “pocos invierten tanto en compañías tradicionales de generación y transporte de electricidad”.
Por ello, identifican una oportunidad clara en su propio fondo, que destina aproximadamente dos tercios de su cartera a empresas relacionadas con la generación y transporte de electricidad renovable; un 20-25% a compañías vinculadas a la electrificación para reducir la dependencia de combustibles fósiles, y un 5-10% a empresas enfocadas en mejorar la eficiencia energética de edificios y procesos industriales.
Además de este fondo, Mutuactivos gestiona otros productos que siguen principios similares. De hecho, un 60% de los activos bajo gestión de la firma de Mutua Madrileña están clasificados como Artículo 8, lo que evidencia el compromiso de la gestora con la inversión responsable. Entre ellos se encuentran fondos como Mutuafondo, FI, Mutuafondo España, FI y Mutuafondo Salud, FI.
Para la gestora del Grupo Mutua, los conceptos de sostenibilidad e impacto no son excluyentes. Un fondo puede ser sostenible y, al mismo tiempo, generar un impacto positivo medible en la sociedad o el medio ambiente. Lo importante, señalan, es conocer en detalle la política de inversión de cada producto y los activos que componen su cartera.
Con esta visión, Mutuactivos no solo busca ofrecer rentabilidad a sus partícipes, sino también contribuir activamente a la transición hacia un modelo económico más sostenible. Una apuesta decidida por la inversión con propósito que sitúa a la gestora como un actor relevante en el impulso de la transición energética.
