El acelerón que acumulan algunas materias primas en lo que va de año ha despertado el interés entre muchos. El bajo rendimiento que están aportando a las carteras otros activos más conservadores ha hecho el resto para atraer un creciente apetito inversor, pero la volatilidad de este mercado impone la cautela y una buena medición de fuerzas.

El temor a un frenazo de la economía global se ha conjugado con la creciente tensión en Oriente Medio y la prórroga al pacto de contención en la oferta mundial de crudo para resultar en sonoros avances para el oro y el petróleo. En un 2019 en el que el Ibex 35 ya no se revaloriza a doble dígito y los tipos negativos ya llegan a los bonos españoles a siete años, el preciado metal sube un 8% y el barril de Brent amplía las ganancias hasta el 9% en el mismo periodo.

A pesar de este reclamo, Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada, señala que hay que vigilar muy de cerca cualquier indicio hacia un mayor debilitamiento de la economía global. En este sentido, recuerda que un escenario de este tipo suele ser sinónimo de “descenso de la demanda de petróleo” y de mayor flexibilidad en las políticas monetarias de los bancos centrales, lo que suele conducir hacia “un entorno de inflación controlada en el cual el oro pierde parte de su atractivo al ser una materia prima que también actúa como refugio en momentos inflacionarios”.

Con esta precaución como telón de fondo, la experta recomienda dos vías para ganar exposición a estas dos materias primas: fondos de inversión que inviertan en compañías con negocios muy vinculados a estas ‘commodities’ o fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) que ya invierten directamente sobre futuros de estos activos en cuestión o incluso en reservas físicas de los mismos.

"Los fondos de inversión especializados en compañías de materias primas están entre lo más barato que se puede encontrar actualmente"

El experto José María Luna, de Caser Asesores Financieros, considera que una de las circunstancias que aconsejan la entrada en fondos de inversión vinculados a materias primas está en que “están entre lo más barato que se puede encontrar” en un contexto en el que se habla con frecuencia de la sobrevaloración de ciertos activos. No hay que olvidar que Wall Street sigue marcando un máximo histórico tras otro a pesar de las advertencias sobre el enfriamiento del comercio mundial.

Esta circunstancia es para Luna una llamada de atención clara para prestar atención a estos fondos. Además, le suma las tensiones geopolíticas y el clima de fragilidad económica reinante, y el hecho de que los próximos movimientos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) podría facilitar que “el dólar pierda terreno frente a otras divisas”. Puesto que tanto el oro como el petróleo se negocian en la moneda estadounidense, una depreciación de la misma suele ser sinónimo de más entrada de dinero inversor en este par de ‘commodities’, lo que facilitaría la continuidad de sus repuntes.

FONDOS COTIZADOS Y FONDOS DE INVERSIÓN

Para la experta de Arquia Profim, la inversión para ganar exposición a estas dos materias primas ha de pasar por fondos focalizados en compañías especializadas en su extracción, transporte, refino y comercialización. En cuanto a los productos de inversión más directa, apunta hacia los ETC, que son ETF especializados en materias primas y divisas, y hacia los ETN, más arriesgados al consistir en una nota estructurada referenciada a la evolución de los precios del activo que desea replicar.

Entre los que acumulan oro físico en depósito, Barrero apunta al iShares Physical Gold ETC, gestionado por el gigante estadounidense BlackRock, que junto con las firmas Deutsche Bank, Amundi, Lyxor (Société Générale), Invesco y ETFS Securities son las firmas más activas en la materia. En este sentido, la experta apunta como opciones atractivas hacia DWS Gold and Precious Metals, LO World Gold y el BGF World Gold.

Para subir la apuesta por el sector energético, su lista de favoritos incluye a BGF World Energy; Invesco Energy y JPM Global Natural Resources. Por su parte, Luna es partidario de que un inversor minorista no se la juegue toda a una sola carta, aunque incluya varios productos de materias primas en su cartera y aconseja “un fondo o un ETF global en materias prima sin sesgarse a una u otra materia prima”. No obstante, considera que el oro, las ‘commodites’ agrícolas y los servicios vinculados a nuevas energías son las que gozan actualmente de un mayor potencial.

SIN PASARSE DE PESO NI QUEDARSE CORTO EN EL CALENDARIO

En cualquier caso, el asesor financiero de Caser apunta que el peso en estos productos nunca debería superar el 10% del total de la cartera y únicamente debería aproximarse a esta cota “para inversores que tengan un perfil de riesgo dinámico o muy arriesgado”. Además, considera que el horizonte temporal a la hora de considerar esta apuesta ha de ser siempre superior a tres años.

La volatilidad y los múltiples factores que amenazan con disparar o lastrar la cotización de estas materias primas llevan a Barrero a señalar que “en ningún caso debería invertirse más de un 10% en fondos o productos de inversión del sector energético o que inviertan en minerales preciosos o materias primas industriales”. Y siempre con un horizonte a medio y largo plazo.

"En ningún caso debería invertirse más de un 10% en fondos o productos de inversión del sector energético, minerales preciosos o materias primas industriales"

En la industria española de fondos de inversión, el Sabadell es el único que tiene productos especializados en materias primas. El que mejor desempeño se apunta en lo que va de este año es el Sabadell Commodites Cartera, que gana cerca de un 7%. Entre las posiciones más destacadas de su cartera incluye futuros sobre el oro y fondos de gestoras como iShares y Legal & General Investment Management (LGIM).

A escala internacional, pero accesible al inversor español, el que más se revaloriza desde que se estrenó el 2019 es el Vontobel Fund Non-Food Commodity USDSube más de un 12% gracias a su apuesta por valores estrechamente vinculados a materias primas no agrícolas ni alimenticias, entre los que destacan valores titulizados del alemán KfW, el finlandés MuniFin y el canadiense Scotiabank.

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