Adrián Hostaled
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Grifols ha tenido en 2025 un comportamiento mixto porque el mercado ha pasado de celebrar la normalización operativa y la mejora del balance a volver a poner el foco en la calidad del flujo de caja, el desapalancamiento real y los riesgos de gobernanza y deuda.
Las dudas sobre la generación de caja son una pieza clave que erosionan el valor, mientras que el dividendo, más que catalizar, se percibe como una prueba de confianza que el mercado sigue escrutando.



¿Qué impulsó la subida del 37% en bolsa?
Grifols presentó un crecimiento del 7% en la partida de ingresos del primer semestre (+10% a tipo de cambio constante) y un beneficio neto de 177 millones de euros (4 veces más que en el mismo periodo de 2024 gracias a la recuperación de Biopharma).
Ese contexto, junto con la percepción de que la fase más aguda de la crisis de confianza (Gotham, dudas contables, salida de Brookfield) quedaba por detrás, permitió que la acción rebotara con fuerza en la primera parte del año.


A partir del verano el “momentum” en precio se ha ido agotando, y en los últimos 4 meses el valor fluctúa en un rango lateral entre los 10 y los 12,5 euros por título. Su capitalización asciende a aproximadamente 6.600 millones de euros, mientras que el PER se sitúa en 14 veces.
El problema es que el historial cargado de riesgos de balance empuja a muchos inversores a exigir nuevas pruebas de ejecución antes de pagar múltiplos más altos.


El mercado continúa muy sensible a cualquier titular sobre gobernanza, litigios, rating de deuda o movimientos corporativos fallidos, lo que limita la expansión de múltiplos. A esto se suma que el retroceso reciente también obedece a una normalización del precio tras las subidas previas.

Dudas del mercado


Las dudas no están tanto en si la caja mejora (que lo hace) como en si es estructural y suficiente frente al perfil de deuda: El ratio de apalancamiento ronda las 4,2 veces, después de reducirse frente a años anteriores, pero sigue siendo elevado para un negocio que ha pasado por crisis de confianza.



La mejora es clara, pero el punto de partida del consenso es exigente. El mercado ha premiado el giro, pero ahora quiere ver uno o dos ejercicios completos de conversión de caja consistente antes de volver a impulsar la acción.



Por otro lado, Grifols ha reintroducido un dividendo de 0,15 euros por acción en 2025 tras años de contención, argumentando que el desapalancamiento y la mejora del free cash flow permiten compatibilizar remuneración al accionista con reducción de deuda. Sin embargo, para parte del mercado persisten las cicatrices reputacionales de Grifols, y cualquier salida de caja no estrictamente necesaria se mira con recelo.
Momento actual de Grifols
Grifols mantiene la aprobación por parte de la Agencia Europea del Medicamento de toda la cadena de valor de Grifols Egypt (plasma, fraccionamiento y hemoderivados). Hay mucha confianza depositada en este proyecto dentro de la firma, ya que se espera que actúe como uno de los catalizadores operativos clave para 2026.
En el frente de crédito, el mercado sigue recogiendo la reciente mejora de rating de S&P a BB- con perspectiva estable. Esta mejora se apoya en previsiones de crecimiento de ingresos del 6–7% a tipo de cambio constante.

Análisis técnico de Grifols

El precio por acción de Grifols protagoniza un rebote en el último mes del año, anotándose una suave subida del 5,6% en lo que llevamos de diciembre, lo que le ha llevado a superar la media móvil exponencial de 50 sesiones (curva amarilla en el gráfico). En el acumulado del año, Grifols sostiene un 17,5% de revalorización en bolsa.

Las claves

***Adrián Hostaled, analista de mercados.