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El aparente acercamiento entre Estados Unidos y China (delegaciones de ambos países se ven este fin de semana en Suiza para reducir las tensiones) y el acuerdo comercial firmado entre Washington y Londres han reducido temporalmente la aversión al riesgo en los mercados. Sin embargo, la guerra arancelaria podría reactivarse. En ese escenario, los analistas destacan el papel del oro, el euro, la deuda de los bancos e incluso el bitcoin como activos refugio a los que los inversores podrían acudir.

Gustavo Martínez, profesor de la Universidad Francisco Marroquín, advierte de que "los mercados financieros son altamente sensibles a cualquier giro inesperado en la narrativa política o económica".

En su opinión, y a pesar de que algunos indicadores muestran recuperación, "es prematuro afirmar que lo peor ha pasado". "La complacencia puede ser peligrosa si se subestiman los riesgos de fondo. La volatilidad podría regresar con fuerza ante cualquier sorpresa negativa", añade.

José Manuel Marín Cebrián, economista y fundador de Fortuna SFP, recuerda que "Trump representa un enfoque de política exterior y comercial marcadamente unilateralista y pragmático". Por tanto, "aunque en el corto plazo estos movimientos diplomáticos y comerciales generan optimismo, reflejándose en repuntes bursátiles o en el fortalecimiento de ciertos sectores, no significa que los riesgos estructurales hayan desaparecido", destaca.

Así, "aunque podría decirse que los mercados se sienten más aliviados respecto a los peores escenarios de ruptura, sería prematuro asumir que hemos entrado en una fase libre de sobresaltos". En este aspecto, cree que "la volatilidad seguirá presente, aunque con nuevos protagonistas y formas".

Manuel Pinto, analista de mercados, es un poco más pesimista. Advierte de que durante las próximas semanas se podría dar una segunda ola de ventas en los mercados bursátiles, especialmente intensa en el caso de Wall Street. La razón: una falta de entendimiento entre Estados Unidos y China. Cree que las posturas de ambos países están demasiado alejadas como para materializarse en un acuerdo comercial.

En este contexto, desde WisdomTree señalan varios activos que pueden servir de refugio para los inversores. Algunos son más tradicionales como el oro, y otros se presentan como nuevas alternativas. Son el euro, el bitcoin o la deuda convertible —conocida como CoCos— de los bancos.

El oro

El oro ha actuado históricamente como un activo refugio. Durante los episodios de tensión comercial, de desaceleración económica o de elevada inflación, los inversores han recurrido al metal precioso como una forma de preservar valor.

A su carácter de activo refugio se suma una demanda creciente por parte de bancos centrales, especialmente de economías emergentes, como mecanismo de diversificación frente al dólar, y las expectativas de bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed).

Beatriz Villafranca Serrano, economista de CaixaBank Research, apunta que "en los cuatro primeros meses de 2025, la mayor parte de las dinámicas que alimentan el rally del oro se mantienen o se han intensificado, como los riesgos geopolíticos vinculados a la política arancelaria impuesta por Donald Trump".

En consecuencia, la demanda total de oro ha seguido creciendo, lo que ha impulsado al metal amarillo hasta los 3.500 dólares por primera vez en la historia. Su precio se encuentra ahora ligeramente por debajo dicho nivel, tras subir un 26,7% desde enero.