La resaca electoral americana ha caído como un reconstituyente para la bolsa española. El Ibex 35 sumaba un 6,48% en la que era su tercera mejor semana del año, la misma en la que se han celebrado los comicios presidenciales en EEUU. Aun a falta de conocer el resultado definitivo de la contienda política, el índice español ha ganado más de 400 puntos en los últimos cinco días.

Y todo esto pese a haberse quedado sin broche de oro, pues este viernes los inversores se decantaban por asegurar ganancias, lo que se traducía en caídas del 0,78% para el Ibex 35, que echaba el cierre antes del fin de semana en los 6.870,4 puntos. Una hazaña considerable si se tiene en cuenta que hace una semana el índice estaba coqueteando con mínimos de marzo, en pleno estallido de la pandemia.

A esta decisiva remontada contribuían también las promesas de los bancos centrales de liberar nuevos estímulos en lo que detecten que estos serían necesarios. Así lo han hecho tanto la Reserva Federal de EEUU (Fed), como el Banco Central Europeo (BCE), que ha apuntado con contundencia a su reunión del próximo diciembre para "recalibrar todas sus herramientas".

Estímulos

El Banco de Inglaterra ha ido más allá y esta misma semana sorprendía al mercado al recargar su bazuca de compras con 150.000 millones de libras esterlinas adicionales. Con este paso al frente, la entidad emisora ha puesto a trabajar casi un billón de euros al cambio para luchar contra la pandemia y los cada vez más notables efectos del 'brexit'.

No obstante, a pesar de los esfuerzos de las instituciones monetarias, los programas de impulso económico y fiscal siguen sin recibir el impulso necesario desde la esfera política. En este sentido, los inversores están descontando que en EEUU una eventual victoria del demócrata Joe Biden estaría compensada con un Senado más republicano, lo que limitaría la discrecionalidad de la Casa Blanca.

Turismo y bancos

Al cierre de la sesión de este viernes, PharmaMar se colocaba como el valor más puntero de todo el Ibex 35, con alzas del 2,9% que situaban su gráfica en los 125,9 euros por acción. Muy de cerca, ArcelorMittal se apuntaba un avance del 2,4%.

La terna de valores más alcistas de la jornada se completaba con Amadeus, uno de los valores que más a la baja arrancaba la sesión. El rojo de la apertura daba paso a ganancias del 1,7% al cierre de una sesión en la que ha dado a conocer pérdidas de 365 millones de euros en el tercer trimestre, pero también unas optimistas previsiones para el conjunto del año.

Otra que conseguía dar la vuelta a su gráfica era Meliá Hotels, aunque en este caso se conformaba con avances del 0,8% para su gráfica. La hotelera española publicaba pérdidas récord para el tercer trimestre al cierre de la sesión del jueves a consecuencia de una caída de ventas del 70% por culpa de la pandemia. No obstante, su férreo plan de control financiero y sus planes de futuro se ganaban la confianza del parqué.

No corría la misma suerte Cellnex, que caía un 2,1% después de cerrar una emisión de bonos convertibles con la que pretende conseguir financiación para continuar con su expansión. En este caso, todo apunta a la compra de torres de telefonía de la asiática Hutchison en Europa.

Sin embargo, los verdaderos protagonistas de la corrección bursátil del viernes se encontraban en el sector financiero. Los recortes de precio objetivo y previsiones de algunas casas de análisis y el convencimiento de que el sector tendrá que enfrentarse a bajos tipos de interés por una larga temporada.

El Sabadell perdía un 4%, mientras que BBVA (-2,9%), Bankia (-2,6%) y el Santander (-2,4%) también ponían su parte para frenar la euforia de días previos en el índice español. Al grupo se sumaba Telefónica, que un 3,5% a la baja echaba el cierre en los 2,79 euros por acción.

En el vagón de cola, también se colocaba Acciona, que cotizaba sus cuentas del tercer trimestre con caídas del 3,3%.

Caen los bonos

La contundencia de los bancos centrales y la búsqueda de refugio que los inversores han querido procurarse en medio de la incertidumbre reinante ha tenido un efecto claro en el mercado secundario de deuda soberana. La rentabilidad de los bonos periféricos se ha contraído con fuerza en los últimos días, al punto de rozar mínimos históricos.

Este ha sido el caso de los españoles. Los bonos a diez años emitidos por el Tesoro Público marcaban este viernes una rentabilidad del 0,08%, pero en al víspera llegaban a recortar una milésima más de esta cota, en mínimos del año y muy cerca de reeditar el 0,044% de agosto del año pasado. La prima de riesgo se quedaba en los 71 puntos básicos, puesto que los 'bunds' alemanes de referencia ahondaban en terreno negativo hasta el -0,62%.

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