La maquinaria está en marcha. Six Group ha conseguido el visto bueno definitivo a su opa por BME cuatro meses después del primer anuncio. En solo unos días comenzará el plazo para adherirse a la opa de los suizos, que ya advierten de que llegan con la intención de “aprobar una nueva política de dividendos”.

Esta premisa amenaza con acabar con la que desde hace años ha sido una de las señas de identidad de BME. La generosidad a la hora de repartir dividendos de la que siempre ha presumido su todavía presidente, Antonio Zoido, parece tener los días contados si la oferta de Six Group resulta exitosa. Un aviso a navegantes para desincentivar, dicen los analistas, que los inversores de perfil más rentista de la española opten por aguantar sus acciones en cartera.

Aunque Six insiste en que “no ha tomado ninguna decisión” sobre la futura política de dividendos que implementará en BME, sí que ha indicado irá en línea con la que actualmente tiene el grupo suizo. Y eso se traduce en que “es probable que el futuro pay-out disminuya” y en que “el número de distribuciones de dividendos se modifique”.

Comparaciones odiosas

En este sentido, mientras que BME viene distribuyendo más del 90% de su beneficio anual entre sus accionistas, un porcentaje que sitúa a la española entre las más generosas de la bolsa nacional y de entre sus compañeras de sector, Six acostumbra a no repartir más del 65%. En cuanto al calendario, la española hace tres entregas al año a sus inversores y los suizos se limitan a un único pago anual.

A pesar de estas previsiones, desde Six Group insisten en que cualquier potencial disminución del pay-out estaría encaminado a cubrir con “las necesidades de inversión de BME para fortalecer y continuar desarrollando sus capacidades, así como para acelerar sus perspectivas de crecimiento”. Unas promesas que para el grueso de los pequeños inversores españoles -de marcado perfil rentista- resulta mucho menos atractivo que recibir una renta asegurada cada cuatrimestre.

Todavía sin salir del capítulo del dividendo, el folleto definitivo de la oferta de adquisición que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha aprobado este jueves explica que el reparto programado para mayo también se descontará de la oferta. Una puja que originalmente alcanzaba los 34 euros por acción.

Este descuento ya se hizo en diciembre para ajustarse al pago de 0,60 euros por acción de BME. Así se hará con los 0,42 euros que está previsto que se distribuyan el próximo 8 de mayo. De este modo, el importe efectivo final se quedará en 32,98 euros por título una vez que se liquide la operación si definitivamente sale adelante.

Exclusión o colocación

Otro de los puntos clave que, según los analistas, vienen a motivar a los inversores a que se adhieran a la oferta está en el plan sobre una eventual exclusión de negociación de BME mediante un procedimiento de ventas forzosas. En este sentido, Six especifica que no tiene intención de proceder al mismo siempre que haya, al menos, un 5% del capital social fuera de su control y en manos de pequeños inversores, lo que se conoce como free-float.

En este caso, el miedo a quedarse atrapado en una compañía con escasa liquidez y, previsiblemente, sujeta a una mayor volatilidad de precios es la baza con la que juegan los suizos. Y es que, la opa saldrá adelante siempre y cuando obtengan un respaldo de al menos la mitad más una de las acciones de la compañía.

Por otra parte, hay también amenaza de una caída de cotización después de la opa, incluso con una mayor liquidez para sus acciones. En este sentido, el folleto presentado por Six contempla la posibilidad una colocación de acciones en los dos años siguientes a la oferta si la operación resulta en un ‘free-float’ que “fuera inferior al 15%”. Eso sí, se advierte de que siempre y cuando “las condiciones de mercado lo permitan y que sea económicamente viable”.

Estas decisiones serían cosa del nuevo consejo de administración de BME, donde algunos de sus actuales miembros históricos pueden tener un asiento reservado. Y es que Six Group quiere dejar solo seis asientos en el consejo de administración de la compañía, de los cuales tres estarían ocupados por representantes de la compañía suiza -incluido el presidente, con voto de calidad en caso de empate- y dos por independientes que, presumiblemente, serán “de nacionalidad española o que tengan residencia permanente en España”.

Cuenta atrás: 43 días

Si bien la idea de Six es “mantener en España, de forma indefinida, la sede, el lugar efectivo de gestión y la capacidad operativa sustancial, incluidos los puestos y funciones clave”, el compromiso que ha contraído con el Gobierno español para conseguir su visto bueno se limita a los próximos 10 años. Del mismo modo, se ha previsto que los empleados de la española mantengan su puesto y funciones por un año.

Para que todo esto tenga efecto, la oferta tiene que cosechar éxito al término de su plazo de vigencia, que Six ha fijado en 43 días naturales a partir del anuncio definitivo de la opa (del 30 de marzo al 11 de mayo). No obstante, los suizos se reservan el derecho de poder ampliar este plazo hasta el máximo de 70 días que contempla la regulación española y no se descartan que todavía puedan llegar ofertas competidoras.

Y hay tiempo para la lucha hasta cinco días antes de que acabe el plazo inicialmente señalado.

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