La consultora Oliver Wyman considera que sería beneficioso para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el nombramiento de los miembros de su Consejo se escalonara y que la duración de sus mandatos se ampliara de cuatro a seis años.

Estas son algunas de las conclusiones de un ejercicio de evaluación que la CNMV ha encargado a Oliver Wyman y que compara la organización del supervisor bursátil y su forma de operar con la de 16 organismos reguladores y supervisores de otros países.

Según esta evalución, la CNMV está en línea con los supervisores internacionales en la mayor parte de los aspectos organizativos y de funcionamiento, e incluso destaca en ámbitos como la rendición de cuentas o los procesos regulatorios.

Sin embargo, el informe señala algunas áreas de mejora, como el proceso de nombramiento de los miembros del Consejo o su autonomía en la definición de la plantilla.

En este último punto, Oliver Wyman menciona que la CNMV no puede aumentar su plantilla ni contratar personal nuevo sin la autorización del Gobierno. Al estar sometida a la oferta pública de empleo -añade la consultora- no puede cubrir las vacantes con la rapidez deseable.

Además, a pesar de financiarse a través de tasas que abonan las entidades supervisadas, la CNMV no puede utilizar esos fondos para fines salariales, lo que, a juicio de Oliver Wyman, limita su capacidad de atraer y retener talento.

La consultora recomienda que la CNMV desarrolle en mayor medida su sistema de evaluación del desempeño y que elabore una estrategia integral de digitalización. También plantea la posibilidad de retirar a su presidente, cargo que actualmente ocupa Sebastián Albella, las facultades ejecutivas, si bien la consultora señala que esta es una práctica común en la mayoría de instituciones analizadas.

Oliver Wyman concluye que el supervisor se sitúa en un nivel equiparable al de otros organismos internacionales en aspectos como la independencia operativa y financiera; la gobernanza; la estructura organizativa; el proceso de autorizaciones; la supervisión del mercado de valores; la interacción con los inversores; la supervisión macroprudencial; la función sancionadora; y la planificación estratégica.

El informe considera que la CNMV aplica las mejores prácticas, y está por encima del estándar, en ámbitos como los mecanismos externos de rendición de cuentas; la coordinación con otros organismos, nacionales e internacionales; y el desarrollo del proceso regulatorio.

La evaluación se ha basado en la información pública disponible, en las respuestas de la propia CNMV y en entrevistas con los equipos directivos del supervisor.

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