La guerra arancelaria orquestada por Donald Trump encendió las alertas de turismo en España en abril por el miedo a perder turistas de esta nacionalidad. Alertas que se han confirmado con el frenazo en la llegada de viajeros de EEUU a nuestro país.
En concreto, en el mes de mayo aterrizaron en España algo más de medio millón de estadounidenses (500.551 viajeros), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este dato supone el estancamiento en la llegada de viajeros de este país. La cifra ni aumentó ni descendió con respecto a hace un año. Es decir, se estancó en un momento en el que venía creciendo.
Cierto es que en lo que va de año han cruzado el charco algo más de 1,5 millones de residentes en EEUU, un 6,3% más.
Lo que indica que, inicialmente, la guerra arancelaria no tuvo un impacto en la decisión de viajar a España. Sin embargo, en el mes de mayo (último del que hay datos oficiales) ya se observa un frenazo en las llegadas.
¿A qué se debe este frenazo? Hay varias causas. “La apreciación del euro frente al dólar, la ralentización de la economía estadounidense y un aumento de la incertidumbre en plena guerra arancelaria”, según el 'Informe Sectorial de Turismo' de CaixaBank Research.
Esto provoca que el poder adquisitivo de los ciudadanos del país se reduzca debido al aumento del precio de muchos productos gravados con aranceles.
Algo que afecta directamente al bolsillo de la clase media. Hay que tener en cuenta que casi la mitad de los viajeros de EEUU que visitaron España en 2024 pertenecen a este estamento social. Lo cual impacta directamente sobre la industria turística española.
A esto habría que sumar otra razón de fondo que está relacionada con el sentimiento de rechazo en Europa, aunque de momento sea sólo una percepción.
Verano histórico
Estos datos se enmarcan justo a las puertas de un verano que se prevé histórico.
El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, avanzó que entre junio y septiembre España recibirá casi 42 millones de turistas internacionales, un 3,2% más que en los mismos meses de verano de 2024.
Asimismo, calcula que el gasto de los viajeros crecerá un 3,8% en este periodo estival en comparación con el año pasado, hasta alrededor de 58.000 millones de euros.
Cifras de récord para las que España necesita al turista estadounidense, especialmente en el apartado de gasto turístico, porque suelen dejarse mucho dinero en su destino vacacional.
En 2024, por ejemplo, realizaron un gasto de 9.000 millones de euros (7,1% del total), lo que situó a Estados Unidos en quinto lugar con respecto al gasto realizado.
Al día, cada estadounidense en España se gastó 273 euros y, en total, 2.113 euros en su viaje, que suele tener una duración de entre siete y ocho días.
Datos muy superiores a la media de viajeros, que desembolsaron 1.441 euros de media (159 euros al día).
En 2024, visitaron nuestro país 4,2 millones de turistas estadounidenses, lo que representó el 4,5% del total de turistas recibidos. Es, por tanto, el sexto mercado emisor más importante y el primero fuera de Europa.
Alertas
Este frenazo está en línea con los datos del 'Informe Sectorial de Turismo' de CaixaBank Research, que asegura que la pérdida de dinamismo en la llegada de turistas de EEUU podría restar hasta 1 punto porcentual al crecimiento del PIB turístico en 2025.
Y, según dicho estudio, se espera un crecimiento del PIB turístico del 2,7% en 2025.
Por el momento, la mayor desaceleración se está observando en las zonas rurales y podría llegar a afectar a las áreas urbanas no costeras, donde el peso del turista estadounidense llega a representar en torno al 15% del gasto turístico total.
Ante este escenario, el informe plantea la necesidad de diversificar los mercados emisores y apostar por destinos de largo radio como Oriente Medio, América Latina o Australia.
¿Viajar a EEUU?
Del lado contrario, el turismo de España hacia EEUU ha experimentado la misma situación pero a la inversa.
Durante los primeros meses del año, las reservas hacia Estados Unidos por parte del mercado español experimentaron una reducción significativa, motivada en gran parte por un contexto de inestabilidad general desde la llegada de Trump al poder.
Según datos de Destinia, el anuncio formal de imposición de aranceles, el pasado 2 de abril, provocó un gran descenso. En concreto, casi bajaron a la mitad las reservas.
Hecho que estuvo impulsado “por un sentimiento de inseguridad o temor a viajar, más que por un impacto económico real de los aranceles sobre el consumidor”, señalan desde la agencia de viajes.
Viajeros en los mostradores de facturación de Air Europa en el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas en Madrid, en una imagen de archivo.
Sin embargo, a partir del mes de mayo se detectó una mejoría clara en la evolución de las reservas, y en junio se registró, por primera vez en el año, un crecimiento interanual positivo en las llegadas de turistas españoles a EEUU.
“Lo que da a entender una estabilización del mercado tras la incertidumbre inicial”, detallan.
De cara al verano, las previsiones muestran una recuperación progresiva dependiendo del tipo de destino.
“La mejora registrada en junio, impulsada por una mayor competitividad en precios, permite anticipar unos buenos datos en los meses de julio y agosto, pasando de una inestabilidad inicial durante los primeros meses del año”, explican desde Destinia.
