José Luis Zoreda es una de la voces más acreditadas del país para hablar de turismo. Desde la vicepresidencia de la alianza turística Exceltur, lleva toda la pandemia analizando y evaluando la difícil situación del sector turístico, cuya última guinda la ha puesto la cuarentena británica para ciudadanos que hayan estado en España. 

Una situación para la que el Gobierno no ha estado a la altura. En una entrevista concedida a Invertia, Zoreda cree que el Gobierno falló en la diplomacia económica con los países que han puesto vetos a España y que no han sabido comunicar los esfuerzos que se están haciendo en el país para ofrecer seguridad a los turistas. Sin embargo, también culpa directamente de los vetos y la imagen de España a la gestión de la Generalitat catalana.

Todo ello, eleva la estimación de 40.000 millones de euros de pérdidas para el sector en el segundo semestre.

¿Qué balance hace de la actual situación turística marcada por la cuarentena británica?

A título general, el sector está muy gravemente preocupado por la circunstancia imprevista de las cuarentenas, no solo la de Reino Unido, sino también las medidas previas de Holanda, Bélgica, Noruega, Francia y Alemania. Toda esta suma de países que expresan recelos a España está teniendo un reflejo considerable en las cancelaciones y no reservas por parte de mercados tan importante como el inglés. 

Hay hoteles en Baleares y otras zonas de España que no van a abrir y otros establecimientos van a cerrar antes de lo previsto. Y hay zonas de España, como Baleares y Canarias, en las que la cuarentena no tiene ningún sentido. Si se revierte la decisión sobre el 15 de agosto…

¿Qué ocurriría?

Volver a poner en marcha todo el mecanismo comercial, la logística de transporte y de reservas se tarda 15 días, así que ya estaríamos a finales de agosto. La volatilidad ha aumentado, la incertidumbre se ha multiplicado y los resultados empresariales van a ser muy inferiores. Estamos en un nivel de gran preocupación por la demanda internacional.

La nacional tira en la medida de lo deseable, pero en zonas como Canarias y Baleares no es la más relevante. En resumen, son peores expectativas de las que teníamos hace una semana.

En este sentido, ¿estamos a tiempo de salvar la temporada alta de Canarias?

Está ahí, pero con unas expectativas que pueden mejorar las circunstancias. Escandinavia, Alemania y Reino Unido son sus mercados y los meses álgidos de la temporada alta son noviembre, diciembre, enero y febrero. Queda tiempo para que se reconduzca la situación de cuarentenas y los vetos a España. 

¿Cómo valora el papel que ha jugado España?

Tenemos un enfado monumental con las declaraciones del doctor Simón sobre las cuarentenas. Nos parecen impresentables por lo que conlleva de efecto disuasorio. Esperamos que no haya tenido mucha repercusión internacional que el responsable de la pandemia diga que esté encantado de la cuarentena que nos han puesto. No es la mejor de las propagandas.

Arancha González Laya, ministra de Exteriores. Efe

Desde el punto de vista de la gestión política hemos echado de menos una mayor proactividad a nivel de las gestiones diplomáticas para tratar de esclarecer porque en una semana nos han puesto en la lista negra cinco países. En el caso de Inglaterra no deja de ser surrealista que en 12 horas nos pongan en cuarentena con uno de los miembros clave del gabinete británico de vacaciones en España. 

Por eso la diplomacia económica debe ser más proactiva en estas semanas para que los casos de estos países no generen un efecto bola de nieve sobre el resto. 

¿Existe realmente el riesgo de que se produzca un efecto llamada sobre otros países?

Si estos países expresan reservas puede que otros países lo hagan. Por ello, es urgente que haya una diplomacia en la cual se contacte con los gobiernos para trasladar una realidad sanitaria que no se corresponda con los niveles de alarmismo.

Por otro lado, España debería procurar que en Europa llegaramos a unos procedimientos uniformes para ver qué tipo de controles deben estar sujetos los viajes intraeuropeos o si es necesario hacer pruebas PCR. 

Un matrimonio usa la mascarilla en una playa de Almería. EFE

También es importante el respaldo de las CCAA a una actuación conjunta con el Gobierno que garantice desde el punto de vista de la imagen pública que se están poniendo todos los medios para que los rebrotes sean mínimos y, en caso de que haya, se pongan medidas para minimizar riesgos. En esto el Gobierno también ha fallado en la comunicación. No hemos sabido trasladar el esfuerzo de España y de las empresas turísticas para asegurar el turismo. 

Además, cuando se cede la responsabilidad a las CCAA es justo cuando hay “desmadres”. La más desafiante ha sido Cataluña, que ha llamado a la insubordinación. Es la que peor ha gestionado la post estado de alarma y nos ha medido en el agujero que estamos todos. Con todos los respetos, no nos ponen en la lista negra por la comarca del Segriá, ni por Aragón. Nos están poniendo por Cataluña y Barcelona.

Tiene sentido al ser la región más visitada por turistas internacionales...

Precisamente. Estamos castigados por la repercusiones que tienen los rebrotes en Cataluña y más concretamente en Barcelona. Hay que dar sensación de unidad de acción entre todas las CCAA, incluida Cataluña, con el Estado para neutralizar rebrotes y mandar un mensaje contundente al exterior. 

La causa de que se haya producido (los vetos a España y los rebrotes) es el incivismo español, con gente joven a la que se ve en escenas de botellones o con las celebraciones de los ascensos deportivos. Nuestro propio incivismo también tiene una parte de culpa en la imagen que hemos dado. No solo es la gestión del Gobierno. 

Algunas comunidades han decretado el cierre del ocio nocturno, ¿favorece al turismo?

En Baleares, hace 15 días hubo excesos que salieron en la televisión y era espantoso. El Gobierno decretó el cierre de las tres o cuatro calles y a pesar de que caen demandas no ha habido mejor acierto del Gobierno regional. No queremos este tipo de establecimientos para jóvenes que vienen a emborracharse.

Desde Exceltur cifraron en 83.000 millones de euros las pérdidas para el sector turístico. ¿Siguen manteniendo esta cifra?

No la hemos revisado. Los 83.000 millones se dividían en dos: 43.000 millones perdidos hasta el 30 de junio y luego estimamos que el segundo semestre íbamos a perder 40.000 millones. No hemos recalculado el impacto de 40.000 millones, pero desde luego no mejorará la cifra, sino que la aumentará seguro. ¿Cuánto? No lo sé. Dudamos mucho que se pueda mantener la cifra de solamente caer 40.000 millones en el segundo semestre. 

¿Qué va a ocurrir con el turismo de negocios que arranca en ciudades como Madrid a partir de septiembre u octubre con las ferias?

Tenemos que ver cómo afectan las cuarentenas. Nada indica que vaya a mejorar el panorama en octubre, noviembre y diciembre. No sabemos si España seguirá o no en la lista negra de países que cuestionen para esas épocas las medidas de seguridad.

A día de hoy siguen existiendo normativas de multinacionales que impiden a sus trabajadores viajar. Esto afecta a congresos y convenciones más allá de si le dejan al Ifema de turno organizar ferias. 

Un viajero de negocios haciendo el check-in en la recepción de un hotel.

Va a ser un año terrorífico. Confiamos que el Gobierno tenga en cuenta que este sector va a ser el más golpeado que sale del Covid más allá de que la UE estableciera que el 20% se aplicase al turismo. Con esos fondos (140.000 millones de euros), antes de meterlos en cuestiones de transformación ecológica y medioambiental, tenemos que conseguir que sobreviva la mayor parte del tejido turístico viable. 

¿Qué medidas en concreto se podrían poner en marcha para que sobreviva parte del sector?

Las mismas que la propia España le pide a Europa: el máximo de transferencias a fondo perdido y el mínimo de préstamos condicionados porque es la medicina para aliviar el problema de tesorería.

La medicina hasta ahora eran los ERTE. Buena medida, pero cada extensión de ERTE se recortan las bonificaciones. Es preciso extender los ERTE hasta final de año como mínimo porque va a ser imposible mantener el empleo. Y después apoyar la liquidez. Se trata de evitar que el mínimo de empresas quiebren. 

¿Cuántos empleos hay en juego?

Antes de conocer la cuarentena, nuestros cálculos dicen que puede haber a final de año cerca de 750.000 empleos en juego o bien por decenas de personas sin trabajo o en ERTE. ¿Qué hacer para no perder el empleo? Que el empleador subsista y, por eso, es fundamental ayudar a las empresas en este último trimestre del año. 

En el próximo presupuesto que se está negociando ya, la partida de apoyo del sector turístico debe estar por encima de la cantidad ridícula que en estos momentos dan. O que de los fondos que Hacienda tiene congelados a los municipios (15.000 millones) los alcaldes que puedan tener una aplicación preferente al turismo no se vean incapaces de poder hacerlo por una imposición de Hacienda en la que no está incluida el turismo. 

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