Montaje del presidente electo de EEUU, Donald Trump, con un parque eólico marino de fondo.

Montaje del presidente electo de EEUU, Donald Trump, con un parque eólico marino de fondo. Invertia

Observatorio de la Energía

El veto de Trump complica los planes eólicos milmillonarios de Iberdrola, Acciona, EDPR, Greenalia y otras españolas

Las compañías disponen en el país de proyectos instalados por valor de más de 20.000 millones de euros y ambiciosas estrategias anunciadas.

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"Vamos a tener una política en la que no se construirán más molinos". Con esta afirmación, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, declaraba la guerra a la energía eólica y ponía en jaque los planes milmillonarios que tienen en la región empresas españolas como Iberdrola, Acciona, EDPR, Greenalia o Repsol.

Los gigantes españoles, que disponen en EEUU de una cartera eólica instalada  valorada en más de 20.000 millones de euros, están viendo amenazadas sus ambiciosas estrategias anunciadas en los últimos años.

Para Trump, estas instalaciones "ensucian" y son como "basura en un campo". "No queremos energía que necesite subsidios", decía hace sólo unos días. Todo ello apenas una semana antes de tomar posesión del cargo. En concreto, asumirá la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero.

Pero la animadversión del estadounidense hacia las energías renovables, y especialmente hacia la eólica, no es algo nuevo. De hecho, sus críticas públicas a estas instalaciones se remontan a más de una década atrás, cuando intentó, sin éxito, impedir la construcción de un parque eólico marino frente a uno de sus campos de golf en Escocia.

Precisamente, es la energía eólica marina la que está en el punto de mira de Trump. Además, esta es la fuente de energía a la que empresas como Iberdrola y EDPR han otorgado un papel prioritario en sus planes de crecimiento.

La compañía capitaneada por Ignacio Galán inició a principios del año pasado la puesta en marcha del parque Vineyard Wind 1 (806 MW), el primer proyecto a gran escala de esta tecnología en Estados Unidos.

Además, está desarrollando otros proyectos emblemáticos como New England Wind 1 y New England Wind 2. Representan una capacidad conjunta de hasta 2 gigavatios (GW) y ya cuentan con autorizaciones clave para su desarrollo. Y su plataforma más ambiciosa es la de Kitty Hawk, que tiene el potencial de entregar 3,5 GW a Virginia y Carolina del Norte. 

Iberdrola, que cuenta actualmente con más de 8 GW instalados de eólica marina y terrestre, se ha mostrado convencida en los últimos meses de que la Administración Trump no truncará sus planes.

La regulación sobre renovables es competencia de los Estados. Sin embargo, el presidente tendría influencia sobre si se puede producir energía eólica en tierras y aguas federales, aunque no una autoridad absoluta.

Aprobación de proyectos

El gobierno federal de Estados Unidos, a través de la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM, por sus siglas en inglés), es responsable de arrendar terrenos federales para proyectos de energía eólica marina y de otorgar los permisos necesarios para su desarrollo.

La BOEM, como agencia federal, recibe su financiación del presupuesto federal. Eso sí, el desarrollo de proyectos eólicos marinos en Estados Unidos también implica la colaboración con agencias estatales y locales. Desde que Joe Biden asumió la presidencia, BOEM ha aprobado unos 11 proyectos eólicos marinos.

La situación también es especialmente delicada para EDP Renovables. Ocean Winds, la 'joint venture' al 50% con Engie, también cuenta con una importante cartera de energía eólica offshore en desarrollo, de 6,8 GW. A ella se suma un portfolio de la compañía de alrededor de 6 GW instalados de eólica terrestre.

En el caso de Acciona Energía, la capacidad eólica instalada asciende a 1,2 GW, tras la adquisición de los parques Green Pastures I y II, situados en Texas. 

Apuesta de futuro

Greenalia es otra de las compañías que están haciendo una fuerte apuesta de futuro por la eólica estadounidense. Según su último informe de resultados publicado, la empresa dispone de unos 600 MW en desarrollo y ha identificado oportunidades para desarrollar casi 5 GW adicionales.

Mientras, Repsol contempla la construcción de nueva capacidad de 500 MW eólicos para 2027. La compañía capitaneada por Josu Jon Imaz entró en 2023 en el negocio eólico terrestre de Estados Unidos, con la adquisición de ConnectGen, una plataforma de 20.000 MW de eólica terrestre, solar y almacenamiento de energía, en diferentes fases de desarrollo.

Petróleo y gas

Lo que está claro es que Donald Trump quiere impulsar la industria de los combustibles fósiles. Su amenaza a la eólica marina surgió poco después de que Joe Biden impusiera una prohibición de perforaciones en alta mar que abarca 625 millones de acres de la Plataforma Continental Exterior (OCS) del país.

Además, se produjo unos días después de que el nuevo presidente estadounidense instara al gobierno del Reino Unido a "deshacerse de los molinos de viento" y "abrir el Mar del Norte" al petróleo y al gas, tras la retirada de una empresa estadounidense del mercado británico debido al régimen fiscal sobre estos recursos.