Keir Starmer, líder del Partido Laborista en Reino Unido y candidato a primer ministro en las próximas elecciones general del país.

Keir Starmer, líder del Partido Laborista en Reino Unido y candidato a primer ministro en las próximas elecciones general del país. Invertia

Observatorio de la Energía

Las energéticas se enfrentan a un alza del 78% del impuesto sobre los beneficios si cambia el Gobierno en Reino Unido

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, subirá la tasa a las grandes compañías, entre las que está ScottishPower (Iberdrola), hasta 2029.

5 marzo, 2024 02:26

El sector energético británico tiene que apuntarse bien el nombre de Keir Starmer, el líder laborista de Reino Unido que se presenta como candidato a primer ministro en las próximas elecciones.

Se espera que se convoquen en el segundo semestre, y si aciertan los pronósticos que le dan como ganador, sustituirá en el cargo al tory Rishi Sunak. Y, lo que más preocupa a las empresas del sector, aumentará hasta el 78% los impuestos (hasta ahora era del 75%) de lo que él llama beneficios extraordinarios de las energéticas para pagar los recortes en las facturas de combustible.

Además, Starmer anunció la semana pasada que, si su partido gana las próximas elecciones, no sólo subirá los impuestos que se aprobaron en mayo de 2022 por la guerra rusa en Ucrania, sino que los alargará hasta finales de 2029, eliminando el actual alivio a la inversión de 91 peniques la libra.

[El sector del refino en España advierte de que una prórroga del 'impuestazo' a las energéticas pone en riesgo 16.500 millones]

La decisión ha puesto el grito en el cielo de las grandes multinacionales del sector, que están invirtiendo en proyectos de petróleo y gas en el mar del Norte, y potencialmente incluso detener el megaproyecto de Rosebank.

Rosebank es un campo petrolero planificado a 80 millas de la costa de las Shetland en el Atlántico norte. El gobierno del Reino Unido aprobó la solicitud del gigante petrolero noruego y mayor proveedor de gas de Gran Bretaña, Equinor, para comenzar a desarrollarlo. 

Una investigación de Wood Mackenzie pronostica que la industria del petróleo y el gas del Reino Unido podría perder al menos 7.800 millones de libras esterlinas (más de 9.100 millones de euros) si esto sigue adelante.

Contrataque conservador

Y debe ser que los impuestos son vistos como un arma electoral para acercar a los votantes, porque días después el ministro de Finanzas británico, Jeremy Hunt, ha tomado nota y anunciará en el presupuesto de esta semana una extensión de un año de un impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las energéticas.

El plan de mayo de 2022 fue aprobar, de modo transitorio por la guerra en Ucrania, el Impuesto sobre los beneficios de la energía (EPL). Una decisión que también se tomó en territorio del Viejo Continente tras el desorbitado aumento en los precios de la energía, tanto de petróleo y gas como de electricidad.

Meses después, en noviembre de 2022, el Gobierno aumentó el impuesto desde su tasa inicial del 25% al 35%, y esto elevó la carga fiscal general sobre los productores de petróleo y gas del mar del Norte al 75%, una de las más altas del mundo.

Además, también amplió el impuesto hasta 2028 en lugar de 2025 y lo amplió a los generadores de electricidad con un impuesto del 45% en un esfuerzo por recaudar decenas de miles de millones de libras para tapar un importante agujero en las finanzas públicas.

Pero ahora se ha alineado con las tesis de los laboristas de Keir Starmer y ha dicho que ampliará el impuesto un año más, hasta 2029. Por tanto, la tasa impositiva en sí, así como la obligación de invertir un 29% del impuesto a los beneficios extraordinarios que permite a las empresas compensar el gasto, permanecerá sin cambios.

ScottisPower (Iberdrola)

Y si petroleras y gasistas ven amenazadas sus futuras inversiones, la industria escocesa de las energías renovables han advertido que el "impuesto a los beneficios inesperados" podría dañar las ambiciones verdes del país.

ScottishPower (Iberdrola), con sede en Glasgow, y SSE, con sede en Perth, están entre las principales empresas energéticas que se enfrentan a una reducción drástica de sus ingresos si se les incluye en el mismo saco que petroleras y gasistas, en una medida que, según el Gobierno del Reino Unido, tiene el potencial de ahorrar "miles de millones de libras" a los consumidores.

ScottishPower opera redes eléctricas, parques eólicos (que suman casi 3 GW de capacidad instalada) y un negocio minorista de energía nacional que abastece a más de dos millones de hogares, o 4,6 millones de cuentas de clientes de gas y electricidad. Además, tiene en marcha la construcción del parque eólico marino East Anglia Three, el segundo más grande del mundo con una inversión de casi 4.000 millones de libras.

SSE, por su parte, tiene algo más de 8 millones de clientes de electricidad en Reino Unido, una cartera de energías renovables neta de 9 GW (con el liderazgo en eólica marina del país), además de gestionar dos redes de distribución eléctrica, una red de transmisión y más de 100 enlaces de cable submarino que conectan con varias islas.