Según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia de fuentes cercanas al Ministerio para la Transición Ecológica, habrá una gran ambición en todos los objetivos de las tecnologías renovables tradicionales. Esto es, solar fotovoltaica y eólica, así como para el hidrógeno verde y el biometano.

Hace solo dos años que el Gobierno publicó los objetivos para 2030 en un PNIEC que, entonces, se antojaban ambiciosos. Ahora podría acercarse a un 100% en la generación eléctrica y cerca del 50% sobre el uso final de la energía.

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Sin embargo, queda en el aire que se cumplan las altas expectativas de dos tecnologías que esperan su momento: la biomasa y la termosolar. El Gobierno rechaza priorizar ambas industrias frente a las renovables ‘clásicas’ al considerar elevados sus costes de gestión.

El de la biomasa es un sector creciente, aunque todavía en fases iniciales, que permite generar energía, tanto térmica por la combustión de los pellets, como eléctrica por el movimiento de turbinas con el vapor generado.

La biomasa, a debate

Aunque la gestión de los bosques es fundamental para disminuir el riesgo de grandes incendios, mejorar la salud de los bosques y luchar contra la despoblación, la crítica por parte de los grupos ecologistas es que se queme madera primaria por la alta demanda que generan las centrales térmicas de biomasa.

Incluso, hay estudios que revelan que incluso este proceso emite más CO2 a la atmósfera que quemar combustibles fósiles. Y la Unión Europea está importando madera de bosques primarios para quemarla en sus plantas de biomasa o producir pellets.

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Sin embargo, en la subasta lanzada por el Gobierno en octubre pasado solo se adjudicaron 177 MW para biomasa y termosolar, y quedaron desiertos más de 340 MW. Es decir, casi el 70% con el cupo de termosolar desierto. "No fue por falta de participantes, sino por el precio de corte que ha fijado el Ministerio para la Transición Ecológica, de apenas 109-110 euros/MWh", señalaron a este diario fuentes conocedoras.

El precio medio ponderado fue de 93,09 euros por megavatio hora (MWh), con un máximo de 108,19 euros/MWh, y un mínimo de 72,38 euros/MWh, muy superiores a los de las otras renovables 'clásicas'.

Biometano e hidrógeno

Hace dos años casi nadie hablaba de estos dos vectores energéticos, pero ahora están viviendo un auténtico boom. Por eso, se espera ampliar los objetivos propuestos en 2020 en biometano y que España se convierta en la tercera potencia de Europa, solo por detrás de Francia y Alemania.

Según el último informe de Sedigas, el biometano autóctono sustituiría el 45% de la importación de gas fósil. Es decir, que se podrían producir 163 TWh de biometano en nuestro país, pero faltan las plantas para generarlo.

España cuenta actualmente con cinco plantas de producción de biometano procedente de la depuración del biogás, cuatro de ellas de reciente creación, pero compite con las más de 11.000 plantas en funcionamiento que ya hay en Alemania.

"Esperamos que si sigue la línea de los objetivos europeos, al menos se proponga que se alcance el 10% de la demanda de gas total. Ahora solo alcanza un escaso 0,4%", señalan fuentes del sector gasista a este diario.

Expectativas solar y eólica

Por su parte, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha presentado un informe en el que analizan los objetivos comunes de la UE para 2030, y por eso, la aportación total de la eólica en España ascendería a 134 TWh de electricidad generados con 54 GW de potencia.

Adicionalmente se proponen otros 9,5 GW que estarían dedicados a la producción de hidrógeno renovable (en consonancia con los objetivos de la “Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable” del Miteco). En el objetivo general eólico se tiene en cuenta tanto la repotenciación de parques eólicos existentes como la eólica marina como grandes aliadas para hacer frente a la necesidad de energía renovable autóctona para 2030.

En el caso de la fotovoltaica, la asociación UNEF asegura que esta tecnología podría alcanzar los 65 GW instalados en 2030 en España, frente a los casi 40 GW que tiene como objetivo en el actual PNIEC.

Ahora solo queda un último fleco que solucionar: la oposición de los movimientos sociales al desarrollo renovable. Pero para ello, algunas asociaciones del norte de España han solicitado una reunión "de carácter urgente" con Ribera, que visitará la zona la próxima semana.

Y es que, según los expertos, además de elevarse los objetivos en energías renovables para adaptarse a las nuevas ambiciones de la UE, es imprescindible incorporar medidas que aseguren que realmente se pueden cumplir.