Viento a favor en Repsol. El beneficio en 2022 alcanzó los 4.251 millones de euros, lo que supone un avance del 70% respecto al ejercicio del año anterior. Resultados que todavía no permiten compensar las pérdidas registradas entre 2019 y 2020 y que ascendieron a más de 7.200 millones de euros. Aun así, la energética se prepara para lanzar un fuerte programa de inversiones que alcanzará los 5.000 millones en 2023. 

El 35% de ese dinero se destinará a proyectos bajos en carbono, en línea con el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas, tal y como contempla el Plan Estratégico de la compañía. Buena parte de las inversiones se llevarán a cabo en los centros industriales de Repsol, de los que seis están en la Península Ibérica. 

De hecho, está previsto que este ejercicio se ponga en marcha en Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España, a la que destinará un total de 200 millones de euros.

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En los resultados presentados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Repsol explica que la generación de caja en el ejercicio 2022 le permitió reducir la deuda neta en un 61% hasta los 2.256 millones de euros. Todo ello acompañado por un incremento de la liquidez hasta los 12.022 millones, lo que le permite cubrir cuatro veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo. 

El grupo reconoce que el contexto internacional, junto a la subida de los precios de los combustibles, beneficia su modelo de negocio. Ante esta situación, Repsol ha puesto en marcha una mejora de la remuneración en efectivo para sus accionistas en 2023. ¿De qué manera? Elevando el dividendo en un 11% hasta los 70 céntimos de euro por acción. Además, se va a implementar un nuevo programa de recompra de acciones propias y una reducción de capital. 

El impuesto

Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, asegura que seguirán "avanzando en la descarbonización, pero también tratando de reducir el impacto de la crisis energética en nuestros clientes". La energética explica que ya ha invertido 500 millones de euros en descuentos a los carburantes a sus clientes. 

Repsol, al igual que el resto del sector, tendrá que pagar con cargo al ejercicio 2022 el nuevo impuesto a las energéticas. Sobre este asunto, el CEO de la energética cree que “considerar extraordinario un beneficio que se obtiene de un gran esfuerzo inversor y penalizarlo frente al que se dedica a importar productos de otros continentes sin crear un solo empleo industrial, es, además de injusto, incomprensible y perjudicial para la economía española”.

De hecho, Repsol asegura que su actividad desarrollada en 2022 derivó en la mayor contribución fiscal de la historia del Grupo, más de 17.000 millones de euros, de los cuales el 70% se pagaron en España (12.000 millones). Repsol, dice, es la empresa del Ibex 35 que más impuestos paga en el país.