Armando Martínez e Ignacio Galán, consejero delegado ejecutivo y presidente ejecutivo de Iberdrola, respectivamente.

Armando Martínez e Ignacio Galán, consejero delegado ejecutivo y presidente ejecutivo de Iberdrola, respectivamente. Invertia

Observatorio de la Energía

Presidente ejecutivo y consejero delegado ejecutivo: la bicefalia de Iberdrola para una transición estable

La decisión llega meses antes de la junta general de accionistas que tendrá que elegir quién estará al frente de la compañía para los tres años.

26 octubre, 2022 02:12

El consejo de administración de Iberdrola ha decidido que el hasta ahora presidente con el control absoluto de la energética, Ignacio Galán, comparta funciones ejecutivas con un consejero delegado ejecutivo: Armando Martínez Martínez

"Lo que buscas con una bicefalia es que no estén todos los poderes bajo una persona", explica a EL ESPAÑOL-Invertia la abogada María de la Torre, experta legal en Gobernanza y socia directora del despacho jurídico Governance & Compliance.

"Sin embargo, no hay que confundirse. Lo más importante con este cambio de director general a consejero delegado es que se le da una categoría superior desde el punto de vista corporativo, porque antes no podía estar en el consejo de administración. Ahora no solo participa, sino que, además, tiene voto en las decisiones", añade.

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En el último año, Armando Martínez Martínez ha desempeñado el puesto de director general de Negocios, y desde 2016 ocupaba el puesto de director del Negocio de Redes (transporte y distribución de Iberdrola). 

El puesto de CEO no existía en el grupo desde hace más de dos décadas. Lo más parecido, y a quien releva Martínez, es el de Business CEO que desempeñaba Francisco Martínez Córcoles, que deja su cargo en la compañía.

Dirigir la mayor energética de España

"Tiene sentido desde el punto de vista de madurez de una compañía tan grande, un líder energético global, con intereses en todos los continentes, con una posición hegemónica en EEUU (un mercado muy complejo), y que no se puede comparar ni a Telefónica, ni Acciona o Inditex en la complejidad de su negocio", continúa la letrada.

"Por tanto, es una decisión que su presidente lleva madurando años, porque siempre ha tenido una visión empresarial muy prudente".

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Iberdrola es una de las grandes empresas eléctricas a nivel internacional, el primer grupo energético de España por capitalización bursátil y la cuarta eléctrica más valiosa del mundo situándose, además, a la cabeza del sector eólico mundial.

La compañía supera los 39.000 MW de capacidad ‘verde’ en todo el mundo (59.000 MW totales) con datos del primer semestre de 2022 y una plantilla de casi 40.000 personas. El grupo suministra energía a cerca de 100 millones de personas de decenas de países, cuenta con más de 600.000 accionistas y dispone de unos activos superiores a 123.000 millones de euros.

Una transición ordenada

"La decisión que se ha tomado en el consejo de administración no es lo que requieren los inversores, que es un relevo generacional, pero tal y como está el mercado energético no se puede hacer experimentos con gaseosa", continúa la abogada María de la Torre.

"Se está haciendo una transición ordenada. Galán ya ha cumplido los 72 años, que no es mucho ni poco. Si vemos lo que se ha hecho en otras compañías en estos casos, lo más normal es que el consejero delegado ejecutivo se encargue más del ámbito de negocio y el presidente ejecutivo se quede con determinadas funciones en el ámbito de la corporación". "Y es necesario hacerlo así, porque quien conoce bien la empresa es quien ha estado al frente de ella durante 22 años", puntualiza.

Buena gobernanza

"El objetivo es un efecto progresivo y gradual desde la prudencia de un buen gobierno empresarial", añade la experta legal en Gobernanza. 

El futuro de Ignacio Galán, pese a que debe ser reelegido en la próxima junta de accionistas que se celebrará en 2023, podría ser el de presidente no ejecutivo, "pero nunca presidente independiente, porque Galán tiene un porcentaje de capital importante en la compañía, como mucho sería presidente dominical". 

"No hay una ley universal para el gobierno corporativo, no es un café para todos. Cada compañía tiene unas características propias que debe tener en cuenta a la hora de tomar este tipo de decisiones", concluye.