España y Portugal redoblan la presión sobre Francia para que desbloquee el gasoducto Midcat. En una reunión a tres que se celebra este jueves en Bruselas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro portugués, António Costa, harán frente común para convencer al presidente francés, Emmanuel Macron, de que esta interconexión es positiva no sólo para la Península Ibérica y la UE, sino también para Francia.

El chantaje energético de Vladímir Putin ha hecho todavía más urgente el proyecto con el fin de diversificar las fuentes de suministro de gas, una posición que también defiende también Alemania. De hecho, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha formado un tridente con Madrid y Lisboa para tratar de doblegar a Francia.

El encuentro, que tendrá lugar a partir de las 11:00 de la mañana, fue anunciado por el propio Macron al término de la cumbre informal celebrada a principios de mes en Praga. En principio tenía que haberse celebrado en París, pero finalmente se ha trasladado a Bruselas aprovechando la celebración del Consejo Europeo de otoño. Además de los tres líderes, participarán sus respectivos ministros de Energía.

[Macron acepta buscar un "acuerdo pragmático" con Sánchez y Costa sobre el gasoducto Midcat]

El presidente francés asegura que su intención es buscar un "acuerdo pragmático" con España y Portugal. Francia se ha opuesto hasta ahora al Midcat con el argumento de es un proyecto innecesario y demasiado costoso. En contraste, para Sánchez se trata de una pieza esencial en su proyecto de poner toda la capacidad de regasificación de la Península Ibérica al servicio del norte de Europa, que no puede llevarse a cabo con la oposición de Francia.

Por ello, el objetivo primordial de Sánchez y Costa en la reunión de este jueves es rebatir todos los argumentos que ha esgrimido Macron para bloquear el Midcat. En cuanto al coste, que Francia cifra en 3.000 millones de euros, Madrid y Lisboa pretenden que sea financiado por la Unión Europea.

En contra de lo que dice el presidente francés, España y Portugal sostienen que la tubería sí podrá utilizarse en el futuro para transportar hidrógeno verde. Tampoco están de acuerdo en que los gasoductos que ya funcionan por Navarra y el País Vasco estén infrautilizados. Por lo que se refiere al impacto medioambiental, los dos países creen que se podrá encontrar un trazado que lo minimice.

Tras mantener una actitud muy combativa desde el pasado verano (llegó a acusar a los defensores del Midcat de "saltar como cabras del Pirineo"), Macron ha flexibilizado su postura en los últimos días, cediendo así a la intensa presión de España, Portugal y Alemania. 

"Vamos a encontrar acuerdos muy pragmáticos a tres. Es así como se hacen las cosas bien, al modo europeo. Francia está a favor de las interconexiones y de una Europa solidaria. Pero siendo coherentes y sin dar un giro de 180 grados en nuestros objetivos climáticos", aseguró el presidente francés en Praga.

"El objetivo que debemos perseguir, y lo digo aquí muy claramente, es ir hasta el final a la hora de sacar del aislamiento a la Península Ibérica en materia de gas, de hidrógeno y de electricidad", señala Macron.