La demanda de crudo subirá hasta 2030 en un entorno geopolítico malo que podría volverse desastroso

La demanda de crudo subirá hasta 2030 en un entorno geopolítico malo que podría volverse desastroso Invertia

Observatorio de la Energía

La demanda de crudo subirá un 7% en 2030: "Un futuro que podría ser malo o desastroso", según el sector del petróleo

Mal pronóstico del World Petroleum Council en su reunión en Madrid. La guerra en Ucrania solo ha tensionado más unos precios energéticos al alza. 

30 junio, 2022 03:44

El Consejo Mundial de Petróleo (World Petroleum Council) augura un futuro inquietante sobre los precios de la energía y el aumento de la dependencia de los combustibles fósiles hasta 2030. En el evento anual del comité español, que ha contado con el patrocinio de Repsol, el analista independiente Neil Atkinson ha sido contundente: "El panorama geopolítico es malo y podría volverse desastroso".

"La guerra en Ucrania no va bien para Moscú, será un conflicto largo, costoso y desestabilizador, a menos que se elimine a Putin. La razón está en que los países occidentales (como los integrados en la OTAN, en la Unión Europea o en el G7) se han comprometido con Ucrania".

Pero la crisis energética no solo tiene a Rusia como único culpable. "Desde mayo de 2021, los precios han aumentado considerablemente a medida que las economías salían de sus confinamientos por la Covid-19. En los principales mercados europeos la gasolina ha subido desde entonces un 80% y el diésel un 100%", asegura el experto.

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Además, "las inversiones han ido cayendo, no por la pandemia o por la crisis provocada por la guerra en Ucrania, sino porque el mercado se mostraba inestable e incierto para nuevos proyectos al incorporar las políticas climáticas y los criterios ESG".

"La brecha entre producción y demanda de petróleo en 2030 será de 5,1 mbd [millones de barriles por día]", apunta.

Brecha entre demanda y oferta de petróleo

Brecha entre demanda y oferta de petróleo Neil Atkinson

Crecimiento de la demanda

La transición energética no va al ritmo deseable. Según datos de BP Statiscal Review of World Energy 2021, todavía el 83,2% del consumo mundial de energía primaria proviene de combustibles fósiles (31,3% petróleo, 24,7% gas natural y 27,2% carbón). Es el mismo porcentaje que se consumía en 1973.

Lo que no parece que se vaya a detener es su crecimiento. "Esperamos que en 2030, la demanda de petróleo suba hasta los 106,7 mbd (millones de barriles por día) por encima del nivel previo a la pandemia". Esto quiere decir que si, en 2019, el volumen ascendía a los 100,4 mbd, la subida será de casi un 7%.

"A pesar del alto porcentaje de crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos, los carburantes líquidos seguirán dominando el sector del automóvil. Y aún más lo será en camiones, barcos y aviones", añade Atkinson. En concreto, "estos dos últimos sectores, en 2030 seguirán consumiendo combustible fósil en un 90%". Y ha recordado que "solo el 0,3% de los camiones que circulan por las carreteras de todo el mundo son eléctricos".

Evento anual del Comité español del World Petroleum Council

Evento anual del Comité español del World Petroleum Council Invertia

La tormenta perfecta

No acaban ahí las malas noticias. En un contexto de precios energéticos disparados, el siguiente eslabón de la cadena son los precios de los alimentos. De hecho, para el experto, este panorama podría crear una tormenta perfecta para la inestabilidad política tanto en países pobres como ricos.

"La seguridad del suministro de alimentos y combustibles se convierte en la prioridad número uno para los gobiernos. Los gobiernos tienen que mantener la luz y la calefacción encendidas a toda costa", ha dicho.

El cuello de botella es evidente. Como se ha invertido menos, es muy posible que se viva una escasez de suministro pero, asegura, de todas las formas de energía: "La inversión en combustibles fósiles fue demasiado baja y para la energía limpia no es suficiente para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París". Los mercados empezarán a enviar señales de precios cada vez más altos.

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Por último, Neil Atkinson acusa a los países ricos de no haber transferido los 100.000 millones de dólares al año a los países pobres para ayudar a satisfacer su creciente demanda con energía limpia, como se comprometieron en el Acuerdo climático de París. En 2016-2019, el déficit fue de 115.000 millones. "Y ahora, dadas las tensiones económicas y políticas que incluso los países ricos están experimentando, es poco probable que la situación mejore", concluye.