Amancio y Marta Ortega.

Amancio y Marta Ortega.

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Relevo en Inditex: la otra herencia que recibe Marta Ortega de su padre Amancio

A lo largo de su vida Amancio Ortega ha inculcado en su hija una serie de valores esenciales para el desarrollo del negocio.

2 abril, 2022 03:03

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El sueño de Amancio Ortega se ha hecho realidad. Su hija Marta ya es presidenta no ejecutiva de Inditex. Una nave que recoge con 6.477 tiendas en 215 mercados, con 1.790 proveedores y 8.756 fábricas en todo el mundo. En el plano económico, unas ventas de 27.716 millones de euros y un beneficio neto de 3.243 millones.

Pero más allá de esta herencia, hay otra que, a lo largo de los años, Amancio Ortega ha ido inculcando a su hija. Y la misma no tiene que ver tanto con cifras y números, sino que afecta al plano más personal, humano e íntimo. Una serie de enseñanzas que, a lo largo de su vida, Marta Ortega ha ido interiorizando y puesto en práctica.

Por ejemplo, Amancio Ortega nunca ha tenido despacho. Y Marta tampoco. Ha desempeñado su labor en una mesa de trabajo en un espacio diáfano, con una silla giratoria, rodeada de otros empleados. También a su padre le agradaba mucho almorzar en el comedor de la empresa. Una práctica que Marta mantiene.

La ya presidenta no ejecutiva de Inditex tiene la forma de ser de su padre que hizo de la discreción virtud. Hubo un tiempo en que conseguir una foto de Amancio Ortega era alcanzar algo así como el Óscar de la fotografía (millones aparte, porque se pagaba a precio de oro). Todo el mundo quería saber quién estaba detrás del imperio Inditex. Ponerle cara. ¡Y qué decir de una entrevista!

Amancio Ortega nunca apareció respondiendo preguntas a un medio de comunicación. De momento, su hija Marta sólo ha concedido una entrevista a The Wall Street Journal. Eso sí, el alma mater de Inditex conversó con la exdirectora de Telva, Covadonga O’Shea, dando lugar a un libro publicado en 2008 que iba a ser la base de una serie para Amazon Prime Vídeo. Finalmente, se canceló el proyecto.

Trabajo en equipo

Físicamente, Marta Ortega se parece más a su madre: Flora Pérez. Pero, como dijo Marta tras conocerse que iba a suceder a Pablo Isla, “he vivido esta empresa desde mi infancia y he aprendido de todos los grandes profesionales con los que he trabajo durante los últimos quince años”. Ahí le faltó decir que, de entre todos ellos, su padre.

Como muestra, un botón. A Amancio Ortega nunca le ha gustado trabajar solo. Marta Ortega adora el trabajo en equipo. “No se trata de una persona haciendo un buen trabajo. Somos un equipo”, recalcó a The Wall Street Journal. Diseñadores, patronistas, creativos… forman parte de su estrecho círculo de trabajo.

Marta Ortega abraza a su padre, Amancio Ortega.

Marta Ortega abraza a su padre, Amancio Ortega. Ane Olabarrieta

“Mi padre no fue el mejor en ninguna cosa en particular, pero fue el mejor en encontrar a la mejor persona para hacer cada cosa”, añadió en la entrevista del diario económico. De nuevo, una referencia a su padre y a su manera de llevar las riendas del negocio. Porque Amancio Ortega siempre amó estar cerca de las personas y de la materia prima. “Preferiría seguir estando cerca del producto. Creo que es lo que siempre hizo mi padre”, remarcó su hija.

Y Amancio lo practicó cuando estaba a pleno rendimiento y cuando dejó las riendas a Pablo Isla. “Mi recorrido preferido es dar una vuelta por la zona de diseño de la fábrica. Desde siempre me ha gustado sentarme entre los más creativos y escuchar lo que proponen”, confesó Amancio Ortega a Covadonga O’Shea. “Aprendo mucho escuchándoles y, si piden mi opinión, se la doy. Pero ellos son buenos profesionales y saben muy bien lo que hacen”. Marta Ortega lo ha interiorizado.

Mandamientos supremos

Cuando tenía 13 años, Amancio Ortega comenzó a trabajar para un fabricante de camisas local. No tan joven, con 23 años, Marta hizo lo propio. Su primera experiencia fue en Bershka. El progenitor, en ese libro de Covadonga O’Shea, se lamentó de su falta de formación académica. De ahí que no quisiese que su hija pasara por la misma situación. Estudió en prestigiosos centros académicos y habla tres idiomas.

Marta Ortega y Amancio Ortega, en muchos aspectos, son dos gotas de agua. En otros, no. Porque los tiempos que les han tocado vivir son distintos. O, como dice una popular frase, los tiempos cambian una barbaridad. Y hay que saber adaptarse a ellos.

Marta Ortega es una celebrity. Sus dos bodas fueron portada de la revista Hola. Ha sido fotografiada por las revistas de moda y del corazón. Y lo que lleva puesto, en muchas ocasiones de Inditex, acaba agotándose. Marca tendencia.

Dedicación plena y máxima exigencia han sido los dos mandamientos supremos para Amancio Ortega. “Siempre he intentado inculcar esto a todos los que me rodean”, se puede leer en el libro de Covadonga O’Shea. Y su hija no es una excepción. Nada de autocomplacencia. Siempre afán de superación y capacidad crítica.

Marta Ortega y su padre y padrino de boda, Amancio Ortega.

Marta Ortega y su padre y padrino de boda, Amancio Ortega. Gtres

“Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro pero aprendiendo del pasado”, resaltó Marta Ortega al periódico estadounidense. El listón está muy alto. Pero ha tenido al mejor maestro. A aquel que empezó de cero y que se hizo a sí mismo. También a Pablo Isla y a los trabajadores.

Como es de bien nacidos ser agradecidos, en una carta dirigida a la plantilla, Marta Ortega quiso dar las gracias. ¿El primero de la lista? Su padre: “Al señor Ortega, que creó esta extraordinaria familia, le quiero agradecer que haya puesto todo su esfuerzo a lo largo de tantos años para hacerla crecer y perdurar”. Señor Ortega. Respeto al padre.

Tampoco se olvidó de Pablo Isla: “Le agradezco profundamente los 17 años de intensa dedicación para hacer de Inditex una empresa aún más sólida y preparada para el futuro”. Ni de los trabajadores: “Os agradezco que hayáis hecho posible este sueño con vuestra valiosa contribución sin la cual esto no sería posible”.

Ahora ha llegado el momento de poner en práctica las enseñanzas y no defraudar a quien depositó en ella su confianza y puso a su alcance todos los medios para que Inditex siga siendo un éxito mundial: su padre. Que saque la mejor nota depende solo de ella. De conseguirlo, Marta Ortega hará buena la frase ya reseñada: "Mi padre no fue el mejor en ninguna cosa en particular, pero fue el mejor en encontrar a la mejor persona para hacer cada cosa".