Noviembre es un mes vital para el Plátano de Canarias. ¿Por qué? Porque es cuando Europa decidirá el futuro de más de 15.000 familias que se dedican a la producción de un producto marca España. Y, además, es la última oportunidad tras las desaprovechadas recientemente. El Gobierno ha entrado de lleno en esta lucha para salvar al Plátano de Canarias.

En juego está negociar, o más bien tirar para atrás, el recorte del 3,9% de los fondos destinados a las RUP (Regiones Ultraperiféricas). Estas regiones son: Islas Canarias (España); Martinica, Guayana Francesa, Guadalupe, Mayotte, Reunión, San Martín (Francia); Azores y Madeira (Portugal).

La decisión queda ahora en manos del Trílogo (Comisión Europea, Parlamento y Consejo) que se reunirá en algún momento a lo largo del próximo mes de noviembre (aún sin fecha fija).

“Una vez perdida la oportunidad del Consejo, sólo un nuevo acuerdo en el Trílogo puede salvar ‘in extremis’ al sector primario de las RUP”, explican desde Organizaciones de Productores de Plátano de Canarias (Asprocan). 

“Para que entre en vigor el 1 de enero tienen que aprobar un reglamento transitorio en noviembre”, detalla a Invertia Sergio Cáceres, gerente de Asprocan. No obstante, aún se desconoce qué día de noviembre se resolverá el problema. 

268 milllones

En total, cada año, Canarias percibe 268 millones de euros de ayudas de Europa para proteger su agricultura, que en algunos municipios de las islas supone más de un 40% del empleo.

El recorte planteado por Bruselas supondría 10 millones de euros menos anualmente para Canarias, que se convertirían en 20 millones de euros al año menos, considerando el incremento de los precios desde 2013. 

Cabe recordar que las RUP representan tan solo un 0,01% del total de los fondos agrícolas comunitarios de la Política Agraria Común (PAC). Cifra irrelevante dentro de los presupuestos europeos, pero necesaria para mantener producciones como la del Plátano de Canarias.

Los productores piden que las RUP se mantengan (a pesar del 20% de déficit que presentan como consecuencia de la inflación desde 2007) y que alcanzarían los 280 millones de euros tomando como referencia una ficha Posei a precios actualizados. 

Gobierno español

Además, el Plátano de Canarias no está solo en esta lucha. Después de sentirse abandonado por el ministro de Agricultura, Luis Planas, al no incluir el posible recorte de ayudas en la última reunión del Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, ahora el Gobierno hará lo posible por evitar el recorte. 

Hace unos días, Planas se comprometió con la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca de Canarias, Alicia Vanoostende, a defender el mantenimiento de la financiación al programa comunitario de apoyo a las producciones agrarias de Canarias (Posei) en la UE. 

El ministro aseguró que trabajará para encontrar la vía más adecuada para evitar la reducción presupuestaria propuesta por la Comisión Europea, en el nuevo marco financiero plurianual (MFP). “Nos ha trasladado que lo vamos a conseguir”, afirman desde la asociación.

El oro de Canarias

La industria del plátano en España está 100% centralizada en las Islas Canarias y da empleo (directo e indirecto) a más de 15.000 familias. Al año se producen una media de más de 400.000 toneladas de plátanos que suponen más del 85% de las exportaciones agrícolas del archipiélago, con una contribución económica directa de más de 430 millones de euros. 

“Diariamente se exportan a la Península más de un millón de kilos con los que se compensa la enorme dependencia del exterior (importaciones) de las islas y le permite un 10% de ahorro de costes de importación de productos básicos”, señala el gerente de Asprocan. 

El recorte en estas ayudas podría deprimir aún más la delicada situación económica que atraviesan las islas como consecuencia de la paralización del sector turístico con motivo de la pandemia por la Covid (a pesar de la apertura de corredores). 

El plátano de Canarias supone el 70% de la producción comunitaria y representa una masa salarial bruta superior a los 175 millones de euros. Es la segunda fruta más consumida en nuestro país, con más de 400 millones de kilogramos comercializados cada año. 

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