Una vez despejada la incógnita de qué pasará con TSB, Sabadell empieza a perfilar su nuevo futuro en solitario. La entidad, que presentará su plan estratégico en veinte días, se va a centrar en el negocio bancario en España. Espera poder hacerlo después de convencer a sus accionistas con un megadividendo que está blindado frente a la opa.
Sabadell cerró el lunes la venta de su filial británica a Santander por algo más de 3.000 millones de euros. Una operación que varias casas de análisis consideran "positiva" para el banco catalán y que llega en plena recta final de la opa.
La entidad va a dedicar gran parte de lo que cobre por la operación a pagar un dividendo a sus accionistas con el que pretende convencerles de que no apoyen la opa, pues se abonará en la primavera del año que viene a quienes tengan títulos en ese momento.
Así se lo explicaba Josep Oliu, presidente de Sabadell, a sus empleados en un vídeo interno publicado el martes. "Es importante saber que quien venda o acuda a la opa no tendrá derecho a cobrarlo", decía.
Y esto va a ocurrir sí o sí porque los gestores de Sabadell se van a asegurar de que el dividendo esté blindado. Van a llevar su aprobación por parte de los accionistas a la junta del 6 de agosto, convocada para dar luz verde, además, a la venta de TSB.
Si los accionistas dan su aprobado a la distribución en forma de dividendo de parte de los ingresos que genere la venta de TSB, ese pago tendrá que realizarse, aunque en aquel momento sea BBVA el dueño de la mayor parte del capital, escenario que se dará si sale adelante la opa.
Según explicó César González-Bueno, su consejero delegado, el miércoles en rueda de prensa, un hipotético nuevo consejo de administración de Sabadell -aunque sea puesto por BBVA- no podría "revertir" los derechos de los accionistas, concretamente el pago del dividendo aprobado.
Se trata de 2.500 millones de euros procedentes de la transacción, que se ha cerrado a un precio de 2.650 millones de libras (unos 3.098 millones de euros al cambio actual) o de 2.875 millones de libras (unos 3.361 millones de euros) si se tienen en cuenta las estimaciones de Sabadell, pues el precio final se fijará en el momento del cierre de la operación, en marzo del año que viene.
Esto implica que la remuneración a los accionistas en los próximos doce meses sería de 3.800 millones de euros, teniendo en cuenta los 1.300 millones que el banco prevé repartir a sus dueños con cargo a los resultados de 2025.
En este contexto, la única opción que BBVA tiene para dar al traste con estos planes es convocar el periodo de aceptación y que dure sólo quince días, algo que le permite la legislación.
Claro que para eso necesita tener antes la aprobación del folleto por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Y se prevé que llegue en las próximas dos o tres semanas, por lo que los plazos son muy ajustados.
Centrados en España
Pese a todo, en Sabadell siguen apostando por un futuro en solitario y creen que la opa no saldrá adelante. "Si antes considerábamos que el precio era insuficiente, ahora un poco más", dijo González-Bueno.
Y ese futuro se va a apoyar en el negocio bancario en España, una vez que el banco se va a deshacer de su filial de Reino Unido. La previsión es que sigan presentes en México, pero el negocio allí es aún pequeño.
Para González-Bueno, el "debate" entre analistas, inversores y gestores sobre si es mejor que un banco esté diversificado geográficamente o no es "interminable". Según dijo, los inversores prefieren diversificarse ellos mismos y que no lo hagan los gestores.
Esta poca diversificación con la que va a operar Sabadell no es un problema, según su primer ejecutivo. "Estamos en un entorno de muy bajo riesgo", dijo el miércoles.
"España está en una posición muy sólida. Nuestro negocio de pymes es de los menos atacables, muy sólido, porque todos los nuevos jugadores no pueden acceder a este mercado, que necesita proximidad, servicio y confianza", considera el banquero.
Para González-Bueno, es un entorno "lo suficientemente seguro" como para no necesitar la diversificación.
Todo a pesar de que la banca se encuentra actualmente inmersa en un entorno de tipos de interés a la baja. El Banco Central Europeo (BCE) acaba de llevar la facilidad de depósito al 2% y el mercado espera, al menos, una reducción más este año.
Habrá que esperar al 24 de julio para conocer los detalles de esta hoja de ruta. Ese día, los gestores de Sabadell presentarán tanto los resultados del primer semestre como su nuevo Plan Estratégico 2025-2027. El mercado estará muy atento.
