Si la opa que BBVA lanzó sobre Sabadell hace algo más de un año tenía ya muchos protagonistas, otro más se ha puesto ahora bajo los focos. Se trata de Santander, que es una de las entidades que ha pujado en la posible venta de TSB, filial británica del banco catalán.
Y es que la entidad vallesana está desafiando a BBVA con el proceso de desinversión de esta entidad, en el que está inmerso desde hace algunas semanas. El consejo de administración va a estudiar este martes las ofertas que ha recibido, entre las que se encuentra la de Santander.
El banco presidido por Ana Botín, sobre el que hace meses se publicó que contemplaba la venta de su filial británica, se ha inmiscuido en el proceso que ata a ambos bancos desde hace catorce meses al poner sobre la mesa una oferta de unos 2.300 millones de libras (2.690 millones de euros al cambio actual) por TSB.
Hace ya dos semanas, Sabadell confirmó ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que había recibido muestras de interés por TSB, la entidad británica que adquirió hace ahora diez años.
Aunque la entidad no ha confirmado quiénes serían los bancos interesados, medios británicos han informado de que se trataría de Natwest, Barclays y el propio Santander. Sabadell abrió un plazo para presentar ofertas que terminó el pasado viernes, según ha confirmado este periódico.
Hace unos días se conoció que Natwest había decidido descartarse del proceso y, según informó Bloomberg, solamente se habrían interesado finalmente Santander y Barclays. Por el momento, se desconoce si la entidad británica ha presentado una oferta.
El interior de una oficina de TSB.
Hay que recordar que Santander tiene presupuesto para la operación después de haber vendido hace menos de dos meses su filial polaca a Erste Bank por unos 7.000 millones de euros.
Comprar este banco le permitiría aumentar su cuota de mercado en hipotecas -especialidad de TSB- en Reino Unido del 11% al 13%, según datos recogidos en un reciente informe de Citi.
Fuentes oficiales de Santander y de Sabadell declinaron hacer comentarios sobre la información al ser consultadas por este periódico.
En todo caso, el consejo de administración de Sabadell tiene que darse prisa si quiere decidir sobre la venta de TSB y ejecutarla. De acuerdo con la legislación española, debe recabar el apoyo de su junta de accionistas para poder aprobar la compra en medio de la opa.
Y para ello tiene 30 días (o 15 si permite el acceso online, pero lo habitual es hacerlo con un mes de antelación). El consejo se reúne este martes, de forma que, como pronto, la junta se celebraría el 31 de julio. Ese día presenta sus resultados BBVA.
El objetivo de Sabadell, en todo caso, es que las dudas sobre TSB estén despejadas antes de la presentación de su Plan estratégico 2025-2027, que se presentará al mercado el próximo 24 de julio.
BBVA sigue con la opa
La oferta de Santander, de ser exitosa, obligaría a BBVA a rehacer sus cálculos sobre la opa, si bien el banco ha decidido ya que sigue adelante con la operación.
"Una vez analizado dicho acuerdo, BBVA ha decidido no desistir de la oferta y, por lo tanto, la misma se mantiene vigente conforme a lo previsto en la normativa aplicable", afirman desde el banco en esta comunicación.
Lo hace a pesar de que el Gobierno decidió hace unos días prohibir al banco azul fusionar ambas entidades durante, al menos, tres años, prorrogable a cinco, con la incertidumbre de qué podría pasar después.
La decisión del Ejecutivo impacta en la rentabilidad de la operación, a pesar de que, como informó EL ESPAÑOL-Invertia, BBVA sí podría integrar a Sabadell en su plataforma tecnológica y cumplir, aun así, con la condición impuesta por el Gobierno.
La entidad de origen vasco prefiere seguir adelante que echarse atrás, a pesar de que la compra de Sabadell, si sale adelante la opa, no incluya a su filial británica.
Ahora BBVA debe incorporar al folleto de la opa la nueva estimación de sinergias esperadas con la operación en el escenario de no fusión -también la de costes de reestructuración, que también se aplazarán hasta poder realizar la fusión-, que es a lo que lleva la decisión del Gobierno.
Una vez el folleto contenga toda la información, la CNMV deberá analizar el texto final y darle su aprobación. Tanto desde el supervisor como desde BBVA estiman que esto podría durar entre dos y tres semanas.
Cuando esto se produzca, BBVA ya podrá publicar el folleto y convocar el periodo de aceptación para que los accionistas de Sabadell decidan si venden sus acciones al banco o no. Un plazo que, previsiblemente, se cerrará a principios de septiembre.
