Varias personas pasan por delante de la oficina del SEPE.

Varias personas pasan por delante de la oficina del SEPE. Ricardo Rubio Europa Press

Banca

El aguante del empleo mitigará el impacto del repunte de la morosidad en la banca en el segundo semestre

Los impagos han repuntado durante dos meses seguidos, pero se mantienen en mínimos.

6 agosto, 2023 02:13

Tras tres años de cisnes negros que se han convertido en más que habituales y en los que la incertidumbre ha sido la norma, el aumento de la morosidad lleva tiempo siendo una amenaza para los bancos. Sin embargo, no termina de materializarse y, de hecho, el nivel de impagos se mantiene en mínimos.

Detrás de esta circunstancia se encuentra la buena marcha de la economía y, lo que es más importante en esta cuestión, del empleo. Algo que ayudará a que la situación sea manejable para los bancos en el segundo semestre.

El último dato disponible del Banco de España apunta a que la morosidad se situó en el 3,59% el pasado mes de mayo, lo que supone un pequeño repunte por segundo mes consecutivo (en abril fue del 3,55%). El mínimo más reciente se produjo en marzo, el 3,51%, después de bajar desde el 4,55% al que llegó en mayo de 2021. Cifras que están entre los mínimos históricos.

Ese ligero repunte se ha dejado sentir en las cuentas de los grandes bancos correspondientes al primer semestre. Sabadell cerró la primera mitad del año con una ratio de créditos dudosos del 4,23%, por encima de la registrada un año antes (4%) y al término de 2022 (4,13%).

Mientras, Bankinter registró una tasa de morosidad del 2,22% en el primer semestre del año, un nivel que es más alto que el del cierre de 2022 (2,1%) y el de la primera mitad del ejercicio pasado (2,11%).

También Unicaja experimentó un aumento de esta ratio en los primeros meses de este 2023. Al terminar junio la mora era del 3,6%, superior a la registrada tanto en el primer semestre como en la segunda mitad de 2022, que fue del 3,5% en ambos casos.

Entre los grandes bancos, BBVA también registró un ligero repunte de la morosidad en el primer semestre del año. Al cierre de junio esta tasa estaba en el 4% en España, frente al 3,9% en el que se situaba los pasados marzo y diciembre. En Santander CaixaBank, sin embargo, no se registró ningún repunte.

Claves 

¿Cómo es posible que después de una pandemia que paralizó la actividad económica y de un periodo inflacionario que ha puesto contra las cuerdas a ciudadanos y empresas la morosidad siga en mínimos?

La clave para la evolución de los impagos es cómo se desarrolla la economía y, especialmente, el mercado de trabajo. Como es lógico, si aumenta el desempleo lo hacen también las dificultades de los ciudadanos para pagar sus deudas. Si, por el contrario, el empleo resiste, esos problemas desaparecen.

[España suma 22.000 ocupados y el paro se reduce en 11.000 personas en julio pero el empleo pierde impulso]

Actualmente la situación es la segunda. Aunque es cierto que el empleo está perdiendo impulso, en julio la Seguridad Social contabilizó en julio 21.945 nuevos cotizantes medios, mientras que los desempleados registrados en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) se redujeron en 10.968 personas. Pese a las señales de ralentización, el empleo aguanta.

El mantenimiento (y crecimiento) del empleo está ayudando a evitar un gran aumento de la morosidad, a pesar de que los ciudadanos están teniendo que hacer frente a un incremento de los precios (que va a la baja en general, pero sigue teniendo efecto, por ejemplo en los seguros de coche) y a un empeoramiento de las condiciones de financiación por la subida de los tipos de interés.

Segundo semestre

De cara al segundo semestre, los expertos prevén que la banca siga pudiendo hacer frente a un hipotético repunte de la morosidad gracias a este contexto. "En lugar de desacelerarse, la economía española muestra un crecimiento sano en 2023 y el desempleo, un eje clave de los impagos de préstamos, permanecerá estable", explican desde Moody's.

Además, la calificadora considera que el deterioro de la cartera hipotecaria será "limitado", dado que durante los últimos años la contratación ha sido mayoritariamente a tipo fijo -actualmente esos préstamos son un tercio del total-, lo que "protege a los clientes de las subidas de los tipos de interés". Al cierre del primer trimestre, la morosidad de las hipotecas era del 2,3%, según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE).

[La banca vislumbra un repunte de la morosidad para final de año pero confía en el aguante del empleo]

Un tercer factor que aliviará el impacto de la morosidad será el hecho de que "los bancos serán capaces de absorber el golpe de los préstamos problemáticos crecientes", pues el 47% de la cartera de préstamos de empresas está cubierto por garantías estatales por el programa de los créditos ICO que se puso en marcha durante la pandemia.

Y en general el nivel de cobertura que han dotado los bancos para protegerse de futuros impagos es suficiente, según Moody's. Es por eso que, al menos por el momento, existe tranquilidad en el mundo de la banca.

Con todo, la morosidad no es la única amenaza a la que se enfrenta el sector. Las entidades están notando ya un frenazo en el crédito, especialmente en el que se solicita para la compra de vivienda, que está cayendo a plomo debido al encarecimiento de las condiciones de financiación derivado de la subida de los tipos de interés.