Uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector financiero en la actualidad es, sin duda, la transición hacia la sostenibilidad, un proceso sumamente complejo que ha de abordarse con prudencia y con la conciencia de que dejará por el camino a ganadores a perdedores.

"Lo importante es ver los riesgos, las contradicciones, ser conscientes de ello… Los bancos son intermediarios financieros y al final el afectado por los cambios regulatorios en el capital exigido, etcétera, es el crédito. En esto hay que ser muy conscientes de que en toda transición hay beneficiados y perjudicados", explicaba el economista Antonio Carrascosa, director de la cátedra EY de Estabilidad Financiera de la Universidad de Navarra, durante la mesa redonda El papel de las Finanzas Sostenibles, celebrada en el Colegio de Economistas de Madrid.

El encuentro sirvió de presentación de las conclusiones recogidas en el libro La sostenibilidad y el nuevo marco institucional y regulatorio de las finanzas sostenibles, obra dirigida por José María López (director de RSC en Unicaja) y Arturo Zamarriego (director financiero en Divilo), en la que participan Carrascosa y otros autores.

Prudencia

Preguntado por el trato que deberían tener los acreedores de bonos verdes de un banco en caso de que no cumplan sus compromisos de sostenibilidad, el economista cree que por ahora la forma de abordar el debate de las finanzas sostenibles no va hacia la introducción de supuestos de incumplimiento de los compromisos sostenibles.

"¿Vamos a llegar a ese punto? No lo sé, pero hay que tener cuidado, hay que ser prudente", apuntaba, pues "si se perjudica a ese bono o, en el caso de un crédito bancario, si estamos penalizando los créditos marrones y favoreciendo los verdes, eso tiene un impacto económico. El banco puede trasladar el problema a través del crédito a los prestatarios y lo que estamos haciendo es penalizando determinadas actividades, sectores... Hay que ser prudente", apuntaba.

En todo caso, para el experto "deben prevalecer las cuestiones financieras y no debes favorecer a un bonista con respecto a otro fuera de su posición del ranking de insolvencia. Eso tendría efectos en los colchones anticrisis. Si la autoridad de resolución sabe que no va a poder hacer una amortización forzosa de ese bono porque es verde entonces va a penalizar al banco y va a exigir otro tipo de pasivos".

Como ejemplo, explica que si se exige a un banco menos capital por dar una hipoteca verde pueden producirse efectos coyunturales no deseados.

"¿Quién puede tener más posibilidades de comprar viviendas verdes? Posiblemente igual que los que pueden comprar vehículos eléctricos: los de mayor capacidad adquisitiva. Seamos conscientes de los costes que puede implicar esta transición. Que no haya desequilibrios económicos y sociales", añadía.

En la misma línea, Mónica Malo, directora de Comunicación, Relaciones Externas y Sostenibilidad de CECA, advertía de que "esas externalidades pueden tener un impacto reputacional sobre los bancos muy importante".

Taxonomía social

Uno de los principales retos de esta transición hacia la sostenibilidad es la definición de las taxonomías y, en concreto, de la social. "Muchas veces en estas transiciones hay ganadores y perdedores y cuando se combina lo social y lo medioambiental todavía más, porque muchas veces esos efectos pueden ser contrapuestos", exponía Malo.

Como ejemplo, explicaba que si el sistema financiero realiza desinversiones en sectores que tienen un impacto medioambiental se puede, al mismo tiempo, perjudicar a la creación de empleo no cualificado. "Esta dualidad es clara", señalaba.

Según apuntaba, los trabajos de la Comisión Europea en relación con la definición de taxonomías están yendo hacia "copiar la sistemática de la taxonomía verde en la taxonomía social", si bien "hay que tener mucho cuidado", pues mientras la primera se puede basar en la ciencia (emisiones de CO2, impacto medioambiental…), la segunda tiene más que ver con los derechos humanos.

Sostenibilidad y fusiones

La sostenibilidad puede ser, además, un factor clave, aunque quizás no determinante, en la negociación de fusiones entre bancos, pues "si hay un ejemplo donde uno puede demostrar su convicción es en los procesos de M&A [fusiones y adquisiciones]", como apuntaba Juan Carlos Delrieu, director de Estrategia y Sostenibilidad en la Asociación Española de Banca (AEB).

"Esto no va de únicamente de si existen datos o de si la regulación está completa o no, esto va de que el discurso que se hace sobre el empeño por apuntarse a la sostenibilidad, por contribuir en estos temas, se tiene que poner de manifiesto cuando se establecen estos equipos de negociación y la sostenibilidad ocupa un lugar tan preminente como las finanzas o lo demás", añadía.

En su opinión, de momento no se puede producir un proceso de M&A basado únicamente en la sostenibilidad, si bien hay que integrar este concepto "en el debate, en las negociaciones, porque esa será la mejor manera de asegurarse de que la fusión o la adquisición es capaz de mitigar riesgos en el futuro".

"No tengo claro que al integrar esos factores el desempeño vaya a ser mayor, está en estudio, pero lo que sí es evidente es que al integrar en el debate los criterios ambientales, sociales, éticos, de gobernanza lo que hace es reforzar las culturas empresariales, convertirse en un indicador de si la fusión va a ser exitosa o no", concluía.

Por su parte, Carlos Montalvo, líder global de Regulación para el Sector Seguros de PwC, advertía de que "antes se nos daba tiempo para tomar medidas a medio y largo plazo y ahora mismo solo a corto" y ponía en valor el papel de las aseguradoras y las reaseguradoras, que "tienen un conocimiento, porque han estado gestionando el cambio climático, que ahora mismo no tiene ningún Estado".

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