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La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha marcado un campo de trabajo amplio a la hora de hacer su informe sobre el apagón, para analizar no sólo lo que ocurrió en el día de los hechos, sino también la práctica habitual en los días y meses anteriores.

Fuentes empresariales conocedoras de los trabajos de Competencia aseguran que los datos que se les han pedido no abarcan solo el timing de las doce horas previas al apagón, sino que pretenden descubrir además si se actuó de forma distinta a lo que se suele hacer, o no.

El informe de Red Eléctrica (Redeia) ha insistido en que su planificación era la correcta, pero si de la mecánica diaria se denota que podía haber centros que cobraban por estar 'de guardia' pero sin capacidad de actuación, su parte de responsabilidad en los hechos puede quedar más en evidencia.

Los investigadores analizan la forma de trabajo diaria entre Red Eléctrica y las compañías de generación para garantizar que los desvíos de la tensión al alza o a la baja por el dominio de la producción eólica y fotovoltaica se pueden controlar.

Red Eléctrica asegura que la programación que se hizo el día del apagón presentaba recursos suficientes para controlar la tensión del sistema, con once puntos de generación (térmica y nuclear principalmente), que, supuestamente, fueron los que fallaron cuando se les requirió entrar.

Esos grupos que se marcan como reserva y que cobran por ello, suelen ser más en función de la demanda prevista, pero fuentes cercanas a ese proceso aseguran que, ni todos son necesarios para frenar una incidencia, ni siempre están en condiciones de aportar energía a tiempo.

Se ha dado el caso de centrales nucleares que estaban en parada técnica y contempladas en el grupo de reserva para aportar energía síncrona que controle la tensión al sistema, un extremo sobre el que hay una línea de investigación abierta.

En la zona en la que se originaron los hechos que provocaron el 'cero total' es importante la aportación de la central de Almaraz, propiedad de Iberdrola, Endesa y Naturgy, que estaba en parada el día del apagón y sin opciones de arrancar a tiempo.

El Gobierno tiene en el punto de mira a las centrales nucleares por la polémica que se ha generado en cuanto a su calendario de cierre y la petición de las eléctricas para prorrogar su funcionamiento a la vista de las necesidades del sistema.

Responsabilidad compartida

Más allá del número de grupos acoplados para intervenir en caso de incidencia, la investigación de la CNMC evaluará si era normal tener grupos en la lista de reserva para actuar a sabiendas de que no podían hacerlo o no estarían listos para dar generación.

Antes del informe de REE, el que publicó la comisión de expertos apuntaba a que el número de grupos acoplados con capacidad de control de tensión era inferior a los programados por el operador del sistema en semanas y meses previos, un punto de partida que ha dado lugar a esta investigación.

De confirmarse como 'normalizado' el hecho de tener centros de generación previstos sin capacidad de actuación de forma habitual, las conclusiones del informe apuntarían más a una responsabilidad compartida entre Redeia y grandes eléctricas en el apagón.

Desde el ámbito empresarial se vislumbra menos carga de responsabilidad en los centros de generación menores que se fueron desconectando a medida que veían cómo se desmoronaba el sistema.

Técnicos consultados en las empresas aseguran que, aunque el procedimiento operativo obliga a quedarse una hora en marcha si eres requerido por necesidades del sistema, ni su capacidad de generación ni su operativa podrían haber frenado el apagón.