El juicio por la concesión de la mina de Aznalcóllar, ganada hace una década por el consorcio Grupo México-Minorbis y contestada en los tribunales por Emerita Resources, se lanza a la guerra total sumando a un actor inesperado.
Es Grizzly Research, un grupo de analistas al estilo Gotham City que, al igual que la firma que echó abajo la cotización de Grifols, analiza a compañías cotizadas "sin miedo", según su propia presentación. Compañías, cabe subrayar, en las que suele tener posiciones cortas, y de las que señala públicamente sus aspectos negativos.
Emerita Resources fue uno de sus objetivos. La analizaron con lupa en un demoledor informe publicado en 2022 que ahora vuelve a primer plano: está en manos del juez de la sección tercera de la Audiencia de Sevilla.
Allí es donde discurre el juicio para zanjar la disputa por los derechos de Aznalcóllar, que Emerita cree que se concedieron al consorcio Grupo México-Minorbis de forma fraudulenta. El gran argumento en contra de quienes ganaron es que, en realidad, solo ellos podían ser los triunfadores porque Emerita no tiene músculo económico para sacar adelante el proyecto.
Según este razonamiento, Emerita es una empresa "especulativa", sin posibilidades reales de explotar el yacimiento y que solo busca anuncios de envergadura para disparar el precio de su acción, sin que tenga intenciones reales de pasar a la acción.
Ahí es donde entra el rescatado informe de Grizzly Research, titulado "Conocido promotor de acciones brinda respaldo Emerita Resources: un historial de engaños y falsas declaraciones", y que no deja títere con cabeza.
"Exagerar y no cumplir"
El documento entronca directamente con esos argumentos de parte de los ganadores del concurso. Así, enfatiza tras bucear en la hemeroteca de otros proyectos de Emerita que se trata de una empresa "sin financiación, sin experiencia, con un historial limitado y con tendencia a exagerar y no cumplir".
"Observamos un patrón de afirmaciones falsas y promesas descabelladas que no se cumplen prácticamente en ningún aspecto", agrega, citando como ejemplo la pérdida de los derechos mineros de la mina Sierra Alta (Asturias) por no abonar una fianza de 13.000 euros.
"Puede que a Emerita Resources no le interese la producción real, sino los anuncios ambiciosos y la publicidad exagerada de acciones", continúa. De hecho, se refiere en específico al impacto que sobre las acciones estaba teniendo en 2022 el contencioso por Aznalcóllar.
"La empresa está insinuando que se hará con los derechos de la mina de Aznalcóllar", apuntaban, y esta circunstancia, junto con la promesa de grandes beneficios para los inversores procedentes de su gran proyecto en nuestro país, el IBW, que abarca tres depósitos polimetálicos en la Faja Pirítica Ibérica, estaba entonces impulsando sus acciones.
"Sin embargo, creemos que ninguna de las dos cosas se materializará", sostenían, apuntando que habían analizado todos los proyectos hasta la fecha de la empresa y "ninguno" había tenido éxito. "Creemos que la mina de Aznalcóllar no será una excepción", vaticinaban.
De hecho, aseguraban que si lograse hacerse con los derechos de la mina sevillana, algo que según la propia Emerita ocurriría si ganan el contencioso, "deberá incurrir en una importante financiación tóxica".
Cautela
¿Qué peso puede tener un informe así? Al menos desde el mercado -al que se dirigen de hecho este tipo de documentos-, se señala que, si bien estos análisis suelen ser tomados con "cautela" al tener Grizzly Research posiciones cortas, "lo que puede sesgar su análisis", en este caso concreto ha tenido más peso.
"La evidencia de la falta de concreción de proyectos por parte de la compañía le ha dado más credibilidad", remarca a EL ESPAÑOL-Invertia Antonio Castelo, analista de iBroker.
Castelo recuerda que desde sus inicios la compañía ha estado vinculada a figuras "controvertidas", como Stan Bharti y su red de inversores y su trayectoria, coincide, "se ha caracterizado por un historial de proyectos que, a pesar de las numerosas promesas y anuncios, no han logrado llegar a producción".
De hecho la cotización muestra la incertidumbre del mercado ante esa falta de concreción, señala este analista. La volatilidad ha sido una constante desde que Emerita Resources salió a bolsa.
"En ciertos periodos sus acciones han llegado a alcanzar máximos" en el entorno de los 4,14 dólares canadienses, como sucedió en noviembre de 2021, "con una subida superior al 2.000% en un corto plazo, para posteriormente experimentar correcciones significativas". Actualmente se sitúan en el entorono de 1,36 dólares canadienses.
Es una inestabilidad inusual incluso dentro de las empresas junior de minería, apunta, que suelen registrar cierta volatilidad. "Esta volatilidad se debe, en parte, a que la cotización se mueve fuertemente en función de anuncios especulativos y de la percepción de sus proyectos, en vez de apoyarse en producción o resultados sólidos", enfatiza Castelo.
