Valencia

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sorprendió este viernes en Valencia con una peculiar iniciativa. Anunció que "en breves días" su departamento impulsará "un nuevo algoritmo desde Inspección de Trabajo para fiscalizar las horas extra". En particular, para perseguir las que no se pagan a los trabajadores.

Así lo señaló durante la clausura de una cumbre internacional sobre la jornada de cuatro días. La dirigente se desmarcó de esta iniciativa "rígida" para trabajar un día menos a la semana, y puso el foco en su particular anuncio. La dirigente de Unidas Podemos destacó que reducir el "excesivo" número de horas extras es un paso "imprescindible" para la "necesaria reordenación del tiempo de trabajo".

Al respecto, desglosó que la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año refleja que cada semana en España se realizan un total de 6,6 millones de horas extraordinarias semanales. Ello supone 27 millones de horas extra al mes en todo el país.

De ellas, según precisó Díaz, el 44% no se remuneraron, lo que representa "cerca de 2,9 millones de horas extraordinarias sin recibir compensación alguna". "Esta realidad es inaceptable", aseveró Díaz, si bien puntualizó que se trata de la cifra "más baja desde 2011". "Pero yo no me voy a conformar", advirtió.

Además, apuntó que también existe una "brecha de género" en esta cuestión, porque la mayor parte de las horas extra las hacen los hombres, pero "son las mujeres las que registran una mayor porción de horas no remuneradas". "Otra misteriosa casualidad", ironizó.

Respecto a la jornada de cuatro días semanales, Díaz abogó por no centrar el debate sobre la redistribución del tiempo de trabajo en la posibilidad de implantar una jornada laboral "rígida" de 32 horas. Abogó por fórmulas flexibles como bolsas de horas acordadas entre trabajador y empresa o excedencias formativas como en los "modelos nórdicos".

La postura contraria a la propuesta de la ministra de Trabajo causó un importante revuelo entre los organizadores. La jornada la impulsó la Secretaría Autonómica de Empleo de la Comunidad Valenciana que lidera Enric Nomdedeu (Compromís). Tanto él como la vicepresidenta Mónica Oltra hicieron una profunda defensa de la misma. Se trata de una de las principales propuestas económicas de la formación nacionalista, que ya cuenta con un programa piloto en la autonomía.

La misma cuenta con el respaldo nacional de Más País. De hecho, en la jornada también participó Íñigo Errejón, que anunció que ha llegado a un acuerdo con el Gobierno de España para impulsar a escala estatal ayudas similares a las de la Comunidad Valenciana, que brinda hasta 9.000 euros por trabajador a las empresas para que prueben este sistema: reducir las horas de trabajo semanales sin que el empleado vea reducido su salario.

Errejón, por su parte, anticipó que "muy pronto" habrá "buenas noticias" sobre el proyecto piloto de reducción de la jornada laboral en España para fomentar la innovación tecnológica y los cambios en la organización de los trabajadores, y que movilizará 50 millones de euros para las empresas interesadas en participar. El mismo no lo impulsará el Ministerio de Trabajo, sino el de Industria de la socialista Reyes Maroto.

Propuesta electoralista

Antes de intervenir Yolanda Díaz, en declaraciones a los medios, se negó a valorar las palabras del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que tildó esta propuesta de electoralista. "Nunca valoro las declaraciones de los agentes sociales", recalcó.

En cualquier caso, pese a su negativa velada al proyecto, Díaz destacó que la cumbre es de máxima actualidad e interés porque "el derecho del trabajo nace de la mano de la discusión del tiempo del trabajo". Por ello se mostró dispuesta a reflexionar sobre "cuánto y cómo trabajar" y cómo opera este tiempo en la productividad.

Díaz, durante su intervención y en sus declaraciones previas, ahondó en que "el tiempo del trabajo es el todo" porque "junto al tiempo del trabajo, está el tiempo de la vida", y reivindicó un "nuevo pacto social sobre la jornada máxima y el tiempo de trabajo que emane de una visión sostenible y justa de los trabajos y las vidas que los permiten".

Tal ambición, explicó, se ha extendido a dos proyectos legislativos "capitales" para Díaz: el nuevo estatuto de los trabajadores y la futura ley de los usos del tiempo que "transformará, sin duda, el binomio tiempo-trabajo".

"Reordenación del trabajo"

Sin embargo, aseguró que se siente más cómoda con las fórmulas flexibles para la "reordenación del trabajo" que en una "rígida" como la de la jornada de cuatro días. Díaz apuesta por un "diseño integral" en el que confluyan otros elementos.

También por una "reconfiguración del tiempo de trabajo, ya sea en forma de descansos semanales, permisos, suspensiones, excedencias en línea con el plan Me Cuida, y poner en manos de los trabajadores el derecho a formarse", con excedencias "siguiendo los modelos nórdicos en los que un trabajador pueda pedir una excedencia para hacer una formación en otro país, aprender un idioma" o simplemente estudiar.

También se refirió a "paréntesis para viajar", "para motivarse de nuevo siempre con la garantía de la reserva del trabajo", algo que "no es nada revolucionario" y, según Díaz, están haciendo otros países europeos.

En definitiva, una "soberanía del propio tiempo" y una "flexibilidad acordada" que se pueda negociar con la empresa. "¿Por qué no plantear en la empresa bolsas de horas en los que el trabajador pacte la distribución de su jornada?", planteó.

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