La primera temporada en la NBA nunca es fácil para un novato. La mezcla entre las expectativas generadas y la tremenda competitividad de la liga de baloncesto más exigente del mundo ha provocado que, en innumerables ocasiones, figuras universitarias señaladas para marcar una época se convirtieran en jugadores intrascendentes. 

Del mismo modo, a lo largo de la historia de la liga estadounidense, un grupo de elegidos ha conseguido tener impacto nada más dar el salto a la competición. Jugadores como Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Michael Jordan o Lebron James fueron capaces, en sus temporadas como rookies, de aterrizar en sus franquicias y subir el nivel competitivo de sus equipos desde el primer día que pisaron una cancha. 

En la actualidad, el mundo de la movilidad está viviendo su propio draft. El cambio de reglas generado por los ambiciosos objetivos en materia de sostenibilidad que se están marcando los gobiernos de medio mundo, ha generado que las respuestas a las necesidades del nuevo mercado no sólo puedan llegar desde los actores tradicionales. Al igual que cada año por estas fechas hace la NBA, esta industria está seleccionando nuevo talento que le permita alcanzar las metas que se han fijado.

Sin ir más lejos, la propia Tesla ha irrumpido en el mercado automovilístico dispuesta a liderar la competición desde el minuto uno. Una intención que ya comienza a convertirse en una realidad, como demuestra que su Model 3 se haya convertido en el segundo coche más vendido en Europa durante este mes de junio, sólo por detrás del Volkswagen Golf. 

El reto de la infraestructura de carga

En este contexto, hay que señalar que la principal singularidad de la transformación que va a vivir la industria de la movilidad es que no se trata de una evolución desde el modelo actual. Este negocio afronta un cambio de paradigma total. En esta mutación, la infraestructura de carga aparece como el elemento más importante para facilitar el cambio desde las motorizaciones de combustibles fósiles a las eléctricas. Un segmento en el que dos compañías españolas pretenden tener mucho que decir: Wallbox y EasyCharger

La transformación que viene no se limita a cambiar gasolineras por electrolineras. La movilidad eléctrica no va a sustituir los usos actuales. Los va a modificar y, con ello, las necesidades y las rutinas de los usuarios de esta nueva movilidad. En la actualidad, obligatoriamente, los vehículos deben de pasar regularmente por una estación de servicio para repostar gasolina. 

Esta acción está totalmente integrada en la experiencia de los actuales conductores. No genera ninguna fricción porque ya está en el ADN del proceso. Nadie piensa en los kilómetros que hay que recorrer para ir a este punto. Ningún usuario cronometra los minutos que dedica a llenar el tanque de su coche. La llegada de la movilidad eléctrica va a cambiar este esquema de raíz.

Con los coches eléctricos, la carga además de ser una acción activa - los usuarios van a un lugar a recargar las baterías de sus vehículos- también abre la puerta a una acción pasiva -los vehículos pueden reponer sus baterías mientras el usuario está haciendo otra cosa-. Además, a diferencia del paradigma fijado por los combustibles fósiles, las "gasolineras" esta vez pueden estar en el domicilio o en el trabajo del usuario. Este el punto que quiere atacar Wallbox.

Wallbox, a por la carga doméstica

La compañía catalana está firmando una trayectoria fulgurante que le ha llevado de ser sólo una idea en la cabeza de sus fundadores a cotizar en Wall Street en tan sólo seis años. En este tiempo Wallbox ha conseguido convertirse en un referente mundial y tener una posición envidiable en mercados tan complejos para las empresas europeas como Estados Unidos o China

Gran parte de su éxito radica en haber sabido entender y adelantarse a los cambios que iban a venir de la mano de la movilidad eléctrica. Un conocimiento que su fundador y CEO, Enric Asunción, adquirió durante su etapa trabajando en Tesla. Esta experiencia le permitió poner en marcha soluciones de carga que estuvieran 100% alineadas con las necesidades que iban a tener los dueños de los vehículos eléctricos.

Y es que, la principal pega que gran parte de los usuarios de coches tradicionales le ponen a los nuevos modelos eléctricos es su limitada autonomía. Frente al rango de 900-1.000 kilómetros que tienen la gran mayoría de los coches de gasolina, la media de los actuales vehículos eléctricos va de los 300 kilómetros a los 500 kilómetros. Algo a lo que, además, se suma la diferencia de velocidades entre repostar gasolina (entre 5 y 10 minutos) frente a recargar baterías (de 15 a 30 minutos en las estaciones más rápidas).

Los cofundadores de Wallbox, Eduard Castañeda (CPO) y Enric Asunción (CEO).

 

Los datos del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana señalan que la media de los distintos desplazamientos en vehículo particular en España va de los 20 a los 40 kilómetros. Unas distancias que la autonomía de los actuales modelos eléctricos cubre sin problemas. A esto se añade que la necesidad de acudir a punto de carga puede compensarse con estaciones tanto en los domicilios como en los centros de trabajo. Las horas que pasamos descansando o trabajando son más que suficientes para que, incluso con cargadores lentos, los coches eléctricos recuperen la totalidad de su carga. 

En este punto, el gran reto que se avecina es convertir en puntos de carga los aparcamientos y los garajes, tanto en los bloques de pisos como en los unifamiliares. Es en este punto donde los cargadores de Wallbox han conseguido simplifican muchas de las complejidades que, hasta ese momento, complicaban tanto la instalación como el uso de los cargadores domésticos. Un mercado que la compañía pretende atacar durante los próximos años

Easycharger, quiere dominar la carga en ruta 

Pero, ¿qué pasa con los desplazamientos largos? En momentos como el actual, los ciudadanos disparan el rango de sus trayectos para llegar a los destinos vacacionales. Las rutas de más de 400 kilómetros se multiplican. Es aquí donde pone su foco Easycharger, en conseguir la experiencia de carga en ruta más alineada a las necesidades de los usuarios que realizan trayectos largos. 

Desde la industria señalan dos factores como elementos claves para poder realizar este tipo de viajes en vehículos eléctricos: una red con suficientes estaciones de carga repartidas por los corredores claves del país y una eficiencia máxima del proceso de carga una vez llegan los coches al cargador. Para el primer punto, Easycharger ha anunciado su intención de desplegar 1.000 instalaciones de carga en España de aquí a 2025 gracias a su última ronda de inversión. Un número importante si se tiene en cuenta que el objetivo fijado por el Gobierno es de 110.000 puntos en toda la red de cara a 2023.

Del mismo modo, la compañía nacida en Palencia pretende simplificarlo al máximo el propio proceso de carga. Para ello ha desarrollado una funcionalidad, denominada Plug&Charge, que pretende que los usuarios lleguen al cargador, enchufen su coche y carguen sin necesidad de hacer ningún trámite ni físico ni digital. La instalación reconocerá el vehículo del usuario de Easycharger, lo cargará y cobrará la tarifa correspondiente. Con esto, la empresa española equipara la experiencia de recarga a la de Tesla, la más avanzada del mercado.

Daniel Pérez, cofundador y CEO de EasyCharger.

Además, el plan presentado por Easycharger pone su foco en las instalaciones ultrarrápidas. El objetivo de la empresa es que los vehículos alcancen el 80% de la carga en 5-10 minutos. Unos tiempos que permitirían que, en las paradas para tomar un café, para comer o para hacer un descanso en ruta, los vehículos recuperen autonomía para seguir su ruta sin grandes diferencias con las paradas habituales y recomendadas durante un viaje largo.

Así las cosas, Wallbox y Easycharger afrontan unos años en los que, como si de estrellas universitarias baloncestísticas se tratasen, deberán cumplir las expectativas que han despertado sus inicios de operaciones. Dos empresas que tienen todo lo necesario para convertirse en referencia de dos áreas claves en la movilidad del futuro. Sólo el paso del tiempo demostrará si ambas son capaces de convertirse en jugadores franquicia de la era eléctrica que ahora comienza. 

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