L. Piedehierro
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Estados Unidos (EEUU) no sólo esquiva la recesión técnica, sino que acelera y crece más de lo esperado. La primera economía del mundo se expandió un 3,3% en el segundo trimestre de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior y un 0,8% respecto a los tres meses anteriores.

Una recesión técnica se produce cuando el producto interior bruto (PIB) de un país decrece durante dos trimestres consecutivos en comparación con los trimestres anteriores.

Entre enero y marzo, la economía estadounidense se contrajo un 0,1% en comparación trimestral y un 0,5% en comparación anual. Fue la primera caída del PIB desde 2022.

En cualquier caso, las cifras publicadas este jueves por la Oficina de Análisis Económico (BEA) superan a las ya comunicadas en julio. Entonces, el crecimiento estimado fue del 3% en comparación anual y del 0,8% respecto al trimestre precedente.

Es decir, la BEA ha elevado su estimación en tres décimas en ambos casos.

Según ha informado la agencia, el aumento en el segundo trimestre reflejó principalmente una disminución de las importaciones, que se consideran una sustracción en el cálculo del PIB, y un aumento del gasto de consumo.

"Estas fluctuaciones se compensaron parcialmente con disminuciones de la inversión y las exportaciones", subrayan.

Sobre el ajuste al alza, explica que "refleja principalmente revisiones al alza de la inversión y el gasto de consumo, compensadas en parte por una revisión a la baja del gasto público y al alza de las importaciones".

La expansión registrada por Estados Unidos coincide con un periodo de tregua comercial. Poco después del Día de la Liberación, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la pausa de los aranceles hasta el 9 de julio.

Es decir, durante casi todo el segundo trimestre. Dos días antes de esa fecha, Trump firmó una prórroga que ha extendido la tregua hasta el 1 de agosto. Asimismo, a finales de junio  Washington firmó un acuerdo comercial con Londres y otro con Pekín.

Este último pacto incluye aranceles estadounidenses del 55% a productos chinos y del 10% de China a bienes estadounidenses, además de flexibilizaciones y nuevas cuotas en algunas áreas comerciales.

Los analistas habían anticipado que el crecimiento de la economía estadounidense sería del 3% o el 3,1% en el segundo trimestre. Es decir, las cifras han superado holgadamente lo esperado por el consenso.

Sí se espera una mejoría, "al no recoger ya el impacto negativo del adelanto de compras en el primer trimestre del año para evitar los aranceles", tal y como explican en Renta 4, pero no de tal calibre.

A pesar de ello, y según calculan en Payden & Rygel, el arancel medio ponderado efectivo sobre las importaciones estadounidenses se sitúa ahora cerca del 17%, frente al 2,5% de principios de año.

Y ello, advierten, "podría restar entre 1 y 1,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB estadounidense en los próximos cuatro trimestres, al tiempo que ejercería presión al alza sobre los precios".

Previsiones

En esa misma línea, los grandes organismos internacionales esperan que la expansión de la economía estadounidense sea menor en 2025 de lo que lo fue en 2024, cuando creció un 2,8%.

Así, el Fondo Monetario Internacional (FMI), y a pesar de haber mejorado sus previsiones en julio, espera que el PIB estadounidense se incremente un 1,9% en 2025. El avance esperado para 2026 es del 2%.

Más pesimista es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que estima que EEUU crecerá un 1,6% este ejercicio y un 1,5% el siguiente.

Las estimaciones, publicadas el pasado junio, son ocho y seis décimas inferiores, respectivamente, a lo que la OCDE anticipaba en diciembre, antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Confianza del consumidor

Los datos de PIB publicados este jueves se suman a la confianza del consumidor estadounidense de agosto, elaborada por the Conference Board y que se conoció el pasado martes.

En el octavo mes del año superó las expectativas de los economistas, aunque descendió ligeramente respecto a las cifras de julio, que a su vez fueron revisadas al alza.

Exactamente, retrocedió hasta los 97,4 puntos, desde los 98,7 enteros de julio, aunque se situó por encima de las 96,4 unidades esperadas por el consenso de analistas.

"Si bien hemos visto cierta estabilización en la confianza del consumidor durante los últimos meses, esta todavía no se ha recuperado de la fuerte caída provocada por los aranceles de la Administración Trump y la volatilidad posterior", explican los expertos de eToro.

Tras alcanzar máximos de un año en los 113 puntos poco después de las elecciones, la confianza del consumidor se desplomó hasta 85,7 en abril, igualando su nivel más bajo desde abril de 2020, en plena crisis del Covid.

Aunque desde entonces se ha recuperado hasta situarse en un rango de entre 95 y 99 puntos, la encuesta sigue reflejando una debilidad latente que no estaba presente antes del anuncio de los aranceles.

Para los expertos de eToro, "los consumidores no parecen asustados, aunque sí contenidos". Cabe recordar que el consumo personal representa más de dos tercios del PIB de Estados Unidos.