Bruselas

Nuevo gesto de deshielo entre Bruselas y Washington tras las turbulencias de la era de Donald Trump. La Unión Europea y Estados Unidos han anunciado este martes un acuerdo para poner fin a su guerra de aranceles a propósito de los subsidios públicos ilegales a los gigantes aeronáuticos Airbus y Boeing. Era la disputa comercial más larga de la historia de la Organización Mundial del Comercio (OMC): durante 17 años, ha envenenado las relaciones transatlánticas.

En la práctica, el acuerdo equivale a un alto el fuego de cinco años, plazo durante el cual las dos partes se comprometen a no aplicar aranceles por este caso. En paralelo, Bruselas y Washington seguirán negociando un marco común para poner coto a las ayudas públicas a Airbus y Boeing. Además, las dos partes se comprometen a colaborar frente a un enemigo común: China.

"En lugar de pelearnos con uno de nuestros mayores aliados, finalmente nos unimos contra una amenaza común. Hemos acordado trabajar juntos para contrarrestar las prácticas contrarias al mercado de China en este sector", ha explicado la representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai.

"Esto abre relamente un nuevo capítulo en nuestra relación porque pasamos del litigio a la cooperación en aviones tras 17 años de disputa", ha celebrado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen

El pacto supone una excelente noticia para la industria agroalimentaria española, que se ha visto particularmente penalizada por estos recargos, pese a no tener nada que ver con el conflicto. Trump impuso gravámenes del 25% a productos españoles como el queso fresco, las aceitunas, el aceite de oliva, los cítricos o el vino.

Sin embargo, Bruselas y Washington todavía tienen frentes abiertos de las guerras comerciales iniciadas por Trump. El más importante tiene que ver con los aranceles al acero (25%) y al aluminio (10%) europeos que el anterior presidente norteamericano impuso en 2018 por motivos de "seguridad nacional". Este conflicto queda simplemente congelado: la UE no aumentará sus represalias contra productos norteamericanos pese a que Biden mantiene de momento los recargos.

Tampoco se ha resuelto la disputa por la tasa digital que varios países europeos (entre ellos España o Francia) imponen a las grandes plataformas estadounidenses. Biden ha paralizado seis meses las medidas de represalia a la espera de encontrar una solución mundial en la OCDE.

Joe Biden, Charles Michel y Ursula von der Leyen, durante la reunión de este martes UE

El pacto sobre Boeing y Airbus se ha formalizado coincidiendo con la primera visita a Bruselas de Joe Biden como presidente. Tras una primera jornada en la OTAN, Biden se ha entrevistado este martes con los máximos dirigentes de la UE, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el jefe del Consejo, Charles Michel.

"América está de regreso. Nunca nos fuimos del todo, pero quiero reafirmar que a Estados Unidos le interesa enormemente tener una gran relación con la OTAN, pero también con la UE. Tengo una visión muy diferente a la que tenía mi predecesor", ha dicho Biden en una breve declaración conjunta (sin preguntas) con Michel y Von der Leyen. 

Ya en su primera conversación telefónica el pasado mes de marzo, Biden y Von der Leyen acordaron suspender temporalmente todos los aranceles cruzados que las dos partes se han impuesto por la guerra Airbus-Boeing. En los últimos días, el vicepresidente de la Comisión y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, ha mantenido contactos permanentes con Tai para convertir esta tregua, que expiraba el 11 de julio, en un alto el fuego permanente.

La disputa se remonta al año 2004, cuando Bruselas y Washinton rompieron abruptamente las negociaciones que mantenían para poner coto a las ayudas públicas a sus respectivos gigantes aeronáuticos y decidieron presentar sendas denuncias ante la OMC. En sucesivos dictámenes, el árbitro comercial declaró ilegales tanto las subvenciones de EEUU a Boeing como las de la UE a Boeing y autorizó a los dos bandos a imponer aranceles de represalia.

Pero el cénit de la guerra comercial se alcanzó durante el mandato de Donald Trump, que decidió penalizar a productos europeos por valor de 7.500 millones de dólares. Unas sanciones que afectaron especialmente a Francia, Alemania y España y que no se limitaron únicamenta a los aviones sino que se concentraron particularmente en productos agroalimentarios.

La UE contraatacó el año pasado con aranceles a productos norteamericanos por valor de 4.000 millones de dólares, que también contaban con el visto bueno de la OMC. Todos estos recargos estaban ya temporalmente congelados desde la llamada entre Von der Leyen y Biden de mayo y ahora la suspensión se prorroga por cinco años, tiempo más que suficiente para encontrar una solución definitiva.

Entretanto, Bruselas y Washington crearán un grupo de trabajo sobre grandes aeronaves civiles. Las dos partes se comprometen a que cualquier financiación que otorguen a los fabricantes sea en condiciones de mercado. Las ayudas a I+D al sector deberán adjudicarse mediante un proceso "abierto y transparente".

EEUU y la UE renuncian a dar cualquier apoyo (ya sea en forma de I+D o de ventajas fiscales) a Boeing o a Airbus "que dañe a la otra parte". Finalmente, los dos socios colaborarán para contrarrestar los subsidios de China a su propia industria aeronáutica que perjudiquen a los constructores europeos o norteamericanos.

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