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Aunque el PIB español crece más que la media de la UE, hay otros indicadores que señalan que hay puntos negros en la economía nacional. Este es el caso de la tasa de paro, que sigue siendo la más elevada entre los Estados miembros, pese a que el mercado laboral se acerca ya a los 22 millones de ocupados.

Así, la macroeconomía española exhibe luces y sombras. Y las luces no terminan de llegar a la microeconomía. Los trabajadores españoles se han empobrecido respecto a 2019, primer año completo de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España. Según indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y estimaciones de organizaciones como Adecco o incluso la OCU, los salarios no han crecido al mismo ritmo que los precios y han perdido poder adquisitivo.

El poder adquisitivo supone la cantidad de bienes o servicios que puede comprar una persona según los ingresos que se tengan y los precios que se puedan pagar. Si dichos ingresos no suben en la misma proporción que los precios, se pierde poder adquisitivo.

Este es el caso de los trabajadores españoles en los últimos años. Según se desprende de los datos de la oficina estadística española, el aumento de los salarios no ha logrado compensar la evolución de la inflación. Acelerados por los efectos de la guerra en Ucrania, los precios han crecido de 2019 a 2024 más de un 21%.

Los sueldos no han podido seguir este ritmo. Según la información pública más reciente (que llega hasta 2023), la media salarial ha crecido sólo un 14,9% (hasta los 28.049 euros brutos al año), lejos de compensar la subida de precios.

Otras métricas salariales, como los sueldos más frecuentes, ahondan en esta realidad. Incluso tomando como referencia el nivel más alto de los salarios más habituales (20.000 euros brutos al año), el incremento respecto a 2019 (un 8%) es inferior a la evolución de los precios.

Otro marcador del INE a tener en cuenta es el salario mediano. Consiste en dividir al conjunto de trabajadores en dos partes iguales: la mitad gana menos que esa cantidad y la otra mitad gana más. Este indicador es menos sensible que la media a los extremos (salarios muy altos o muy bajos) y se considera que puede ser más representativo de la evolución salarial.

La evolución del salario mediano también constata la pérdida de poder adquisitivo. Ha subido sólo hasta los 23.349 euros, un 14,7% más, y queda lejos de compensar la pérdida de poder adquisitivo.

Incluyendo estimaciones de 2024, como las publicadas por firmas como Adecco, los trabajadores españoles son más pobres que en 2019. Concretamente, el poder adquisitivo sigue estando un 1% por debajo del de aquel año.

En cualquier caso, el empobrecimiento de la población es todavía mayor si se echa un vistazo más atrás. Según Adecco, el poder adquisitivo de los españoles ha caído un 4,8% respecto a 2008. Una prueba más de los estragos de la crisis financiera de la década pasada, que paralizó las subidas de sueldos, e incluso los redujo, y en la que hubo incrementos de precios (aunque más atenuados).

En cualquier caso, lo cierto es que los datos de renta media por hogar del propio INE contrastan con esta evolución salarial. De 2019 hasta 2024, los ingresos netos de los hogares españoles han crecido un 27%, compensando la inflación. Sin embargo, en este caso hay matices a tener muy en cuenta.

Según explica a este medio el economista Javier Santacruz, en este indicador tienen una importante implicación al alza los salarios públicos (que han crecido más que los privados) y los subsidios o prestaciones, especialmente las pensiones. "Hay casi 22 millones de asalariados, pero también 10 millones de jubilados cuya remuneración ha crecido más", detalla.

Y no menos importante: las rentas medias por hogar, pese a que sí tienen en cuenta cotizaciones a la Seguridad Social e impuestos directos como el IRPF, no incluyen el impacto que tienen los impuestos indirectos y otras aportaciones como las tasas u otras contribuciones públicas.

Estos matices provocan diferencias que sí recogen otros análisis sobre la capacidad económica de los hogares españoles.

Este es el caso de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que analiza la situación económica de los hogares con un índice de solvencia familiar. Pese a que dicho indicador sube hasta los 46,0 puntos en 2024, este dato sigue siendo inferior al de 2019, cuando alcanzó los 48,7 puntos.

Además, hay pesimismo en las familias españolas. Sólo el 18% cree que su economía doméstica va a mejorar este año, frente al 30% que opina que 2025 será peor que 2024, según la OCU.

Una encuesta de Funcas ahonda en esta situación. Casi un 34% de los adultos considera que la situación de su hogar ha empeorado respecto a 2019, frente a sólo un 22% que percibe una mejora.

La clave está en que, pese a que los números apuntan a una mejora de la economía, los beneficios no se habrían distribuido igual para todos. Los economistas María Miyar y Desiderio Romero-Jordán, de Funcas, recuerdan que "los salarios son especialmente bajos en algunos sectores económicos".

"La ganancia media anual por trabajador en 2023 fue de 28.049 euros, mientras que en la hostelería, que registró la retribución más baja, fue de 19.985 euros. Además, una buena parte de los empleos se han dirigido en los últimos años hacia esos sectores de menor cualificación y salarios", indican.

Además, agregan que "el crecimiento de los precios en el periodo pospandemia ha impactado con mayor intensidad sobre los hogares de renta baja, potenciando las desigualdades en renta real".

Finalmente, según los economistas de Funcas, está la "carga impositiva del IRPF e IVA de los hogares, que ha crecido de forma importante en los últimos años por efecto de la inflación".

Sobre este último punto, hay varios académicos que han abordado esta situación. El propio Desiderio Romero-Jordán, que también es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Rey Juan Carlos, calcula que la inflación y no deflactar el IRPF han obligado a que cada hogar de renta media tenga que pagar 1.100 euros más en impuestos al año, como ya contó este periódico.

Cabe recordar que, según los cálculos de la Fundación Civismo, los españoles tienen que trabajar 228 días al año para sufragar todos los impuestos que pagan a las Administraciones Públicas, una cifra que ha aumentado en 51 días, casi dos meses, desde 2019. De hecho, el Día de la Liberación Fiscal, según esta organización, se ha retrasado este 2025 hasta este lunes 18 de agosto.

En cualquier caso, el problema con los sueldos viene de lejos. Según la OCDE, los salarios reales (es decir, una vez descontado el efecto de la inflación, aunque en este caso no se tienen en cuenta determinadas cargas, como los impuestos) en España han crecido apenas un 2,7% desde 1994: de los 32.157 euros de hace 30 años a los 33.044 de 2024.

Así, España es el cuarto país de la organización en el que menos han crecido los salarios reales en este periodo, según el ente internacional. Aquí han pesado varias cuestiones, pero especialmente las crisis financiera de la década pasada y la de precios que se inició con la guerra en Ucrania.

¿Y qué está ocurriendo en el 2025 respecto al poder adquisitivo de los trabajadores? Pese a que los salarios por convenio están creciendo por encima de la inflación en lo que va de año, la OCDE ya lanza alertas sobre la evolución negativa de la riqueza de los hogares.

Concretamente, tal y como ha contado EL ESPAÑOL-Invertia, el órgano internacional avisa de que los ingresos reales de las familias españolas se han reducido en lo que va de 2025.

En el primer trimestre del año, el descenso fue del 0,07%. Y en el segundo, esta evolución se disparó al 0,2%. Habrá que esperar unos meses para ver si esta tendencia revierte o 2025 es otro mal año para los bolsillos de los trabajadores.